32- |𝐅𝐞𝐫𝐞𝐧| 𝐁𝐢𝐞𝐧 𝐨 𝐌𝐚𝐥 (𝟏) ☪

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FLASHBACK
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Mië era la aprendiz de Gandalf, y por bien de ella, su instructor le había dado la orden de salvaguardarse en Mirkwood. Para él, sería un buen lugar donde no intentarían buscarla, por cualquier peligro que acechara, pues tenía un gran poder que el mal deseaba poseer. Portaba la fuerza del bien y el mal, el collar de Luna llena que llevaba en el cuello con una mitad en color azul y la otra en rojo. Era lo que la ayudaba a tomar el control de tales poderes, pues sin él, el mal podría dominarla, pero sabiendo usar ambos, el poder aumentaba. El color azul representaba el aura del bien, guiado por las emociones positivas que la chica tenía, mientras que el rojo representaba el mal, guiado por emociones negativas.

Permanecía mirando la armonía del lugar en el que había pasado ya bastantes años. Fijó su vista en uno de los guardias de Thranduil, sabía su nombre, pero no lo recordaba. Desde hace un tiempo no entendía por qué le miraba tanto, si solo era un elfo más.

—Mië —escuchó cómo la llamaban a la puerta. Seguro era Tauriel, la única persona con la que hablaba, aparte de Legolas y Meludir, los únicos que no la veían como "bruja", pues su manera de vestir en color negro era peculiar.

—Pase —respondió al llamado. Pronto las puertas se hicieron oír, y la cabellera roja apareció delante de ella. Mië alzó la vista para toparse con una Tauriel con el ceño fruncido.

—¿No piensas salir de tu nido? —inquirió.

—Tau, sabes que no me gustan esas fiestas que organiza el rey. Son tan cansadas, todos toman y después de eso caen en los brazos de Morfeo. Además, no me gusta bailar —se detuvo un momento para ver a su amiga, que había comenzado a pasearse por toda la recámara y mover las manos nerviosas—. No tengo nada que ponerme que no sea mi ropa negra que asusta a todos. ¿Sabes lo que piensan de mí? —finalizó con un largo suspiro seguido de un bostezo y recargó su cabeza en la almohada. Pronto sintió cómo era estrujada.

—Por favor, te prometo que buscaremos algo que te siente bien, pero debes venir conmigo —suplicó la elfa haciendo un puchero.

—No lo sé —repuso con la voz fatigada.

—Solo debes decir que sí, ¿puedes? —dijo la elfa una vez más, rogando que aceptara.

La chica rodó los ojos para luego asentir mientras miraba a su amiga componer una sonrisa. Se echó hacia atrás, cayendo de nuevo entre las sábanas, pero la pelirroja tiró de su brazo para incorporarla.

—¿Qué? —preguntó mientras volvía a bostezar.

—Vamos a buscarte algo que usar —dijo Tauriel, mirando a su amiga—. ¿No dormiste anoche?

—No, nada —respondió—. ¿Y por qué debemos ir ahora? —frunció el ceño y pasó ambas manos frotando sus mejillas con irritación.

—Pues porque son las cinco y debemos apurarnos. Anda —animó hasta que, al fin, Mië se dignó a levantarse.

—¿Tienes idea de que las costureras seguramente están llenas, verdad? Se supone que debes hacer el pedido semanas antes —informó, mientras Tauriel asentía.

—Sí, lo sé —giró su cabeza, viendo a su amiga caminar con pereza a su lado mientras iban por el largo pasillo—. Es por eso que no nos dirigimos con las costureras.

Mië la miró sin entender qué planeaba—. ¿Cómo dices? —le preguntó a la pelirroja, esperando respuesta.

Tauriel no respondió y siguió mirando al frente mientras caminaba a paso firme. La chica resopló, pues sabía que cuando Tauriel hacía eso, no obtendría respuesta.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ||ESDLA & El HOBBIT|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora