XV

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Tiempo después

Charlize estaba sentada en su sala, usando su computadora, cuando su hija de ocho años entró, con el ceño fruncido.

—Mamá.

—¿Qué ocurre, cariño? —le dijo sin mirarla.

—Quiero conocer a mi papá.

La castaña dejó de escribir y miró a su hija confundida.

—¿Qué?

—Quiero conocer a mi papá —le dijo seria—. Quiero saber quién es, quiero conocerlo.

—Está bien, hay un vídeo de él.

—No, no mamá, no quiero ver videos ni fotos, quiero conocer a mi papá. Todos mis compañeros tienen papás, y no importa que tú estés separada de él, yo quiero conocerlo.

—Giselle, tu padre vive en una isla muy lejos de aquí, y cómo ya te expliqué, él firmó su renuncia a ti. No es un buen hombre.

—Quiero conocerlo igual.

—Eso es imposible —le dijo volviendo la vista al ordenador.

La niña la miró afligida, abrazándose así misma.

—¿Por qué eres así? Yo quiero conocerlo, mamá, por favor.

—Giselle, estoy trabajando.

—Mamá.

—Ve a hacer tus deberes, o mira televisión, no lo sé, estoy ocupada ahora.

—Necesito conocer a mi papá, y tú no quieres eso —le dijo con lágrimas en los ojos—. Vi el video que él le envió a la abuela, y él no parecía malo, tú no quieres que yo lo conozca, eres mala —pronunció llorando, antes de irse.

Charlize respiró profundo, y luego se pasó una mano por el rostro. Giselle se ponía muy intensa cuando quería algo.

***

Suspiró mirando el correo, viendo que finalmente le habían respondido de la isla, dándole un número de teléfono para llamar.

—Hola, mi nombre es Charlize Paris, yo envié hace una semana un mail para poder comunicarme con alguien que pudiera darme información sobre un muchacho. Él es kanatita, su nombre es Sebastien.

"—Lamentablemente, no podemos dar información personal sobre nuestros ciudadanos."

—Pero me dieron éste número para hablar y saber de él. Tenemos una hija en común, y ella quiere verlo.

"—La comunicaré con el despacho de Derechos de niños y adolescentes."

—De acuerdo, espero —pronunció bajo, jugando con un bolígrafo.

Y luego de varios minutos, escuchó a una chica del otro lado.

"—Despacho de derechos de niños y adolescentes kanatitas, mi nombre es Jane ¿En qué puedo ayudarla?"

—Hola Jane, mí nombre es Charlize Paris, y estoy buscando información sobre un muchacho, su nombre es Sebastien. Nosotros tenemos una hija en común, y ella quiere verlo.

"—Aguarde un momento, le pediré sus datos personales para verificar su identidad."

—De acuerdo —pronunció antes de responder lo que la muchacha le preguntaba.

Esperaba que finalmente luego de aquella llamada, pudiera hablar aunque sea con Sebastien. Quizás una video llamada podría ser suficiente para su hija.

"—Lo lamento mucho, señora Paris, pero no tenemos registros en los últimos siete años de Sebastien. Si logramos conseguir información sobre él, le estaremos avisando en los próximos días."

—¿Cómo qué no tienen información sobre él? —preguntó desconcertada.

"—Muchos de nuestros compañeros viven en la parte salvaje de la isla. Es por eso que es casi imposible acceder a la información actual de su paradero."

—¿Y cuánto tiempo les llevará saber sobre él?

"—Es imposible saberlo con exactitud, pero en cuanto sepamos algo sobre, se lo informaremos. Que tenga buen día."

Genial, eso resolvía todos sus problemas. Giselle llevaba una semana ofendida con ella, sin querer hablarle, y los inoperantes de la isla, no podían resolverle un simple problema.

***

Giselle miró el vídeo de su papá, y las lágrimas se acumularon en sus ojos. Ella quería conocerlo, y sabía que su padre también.

Le había dicho que la amaba, y al parecer, había estado llorando. Y eso la lastimaba mucho, porque su papá sufría, y ella también.

...

Sin míWhere stories live. Discover now