XLV: Sin mí

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—No me los voy a quitar.

—P-Pero Charie.

—Es peligroso, y son dos, no voy a hacerlo.

—Por favor, vas a estar bien, no quiero que los tengas, por favor... No quiero arruinarte la vida una vez más —sollozó con tristeza, cubriéndose el rostro con una de sus manos—. Yo lo siento tanto, fui tan imbecil.

—Ya está, Sebastien, las cosas están hechas —le dijo dejándole las pastillas sobre la cama—. Y tal vez tienes razón... Lo mejor es cada uno por su lado, al parecer no podemos entendernos.

Él asintió con la cabeza, sin dejar de llorar, sin poder mirarla. Porque todo le parecía tan injusto, y dolía tanto. Él la amaba tanto, que hasta injusto le parecía volver a pasar por lo mismo una vez más.

Se puso de pie, y sacó su ropa del armario de ella. No era mucha, después de todo, sólo llevaba tres meses viviendo en la casa de Charlize, y lo que más usaba era su uniforme como oficial.

Tomó todo entre sus brazos, y salió de la habitación. Giselle aún no se había despertado, y era mejor así. No sería una buena imagen para la niña ver a su padre llorar.

***

Meses después—

—Te traje galletas, y un sándwich de pavo, y también un poco de batido de bananas —sonrió la niña sacando las cosas de su lonchera, dejando todo sobre la mesa.

Sebastien miró las cosas y sonrió.

—¿Por qué siempre me traes comida, cariño?

—Es que te has puesto muy flaco, pa —le dijo preocupada, mirándolo—. Y siempre tienes ojeras. ¿No estás durmiendo bien?

—Sí, pero a veces trabajo mucho.

Ella negó con la cabeza y lo tomó del rostro, aprovechando que su padre estaba sentado.

—Tu piel está de un color extraño, algo... Amarilla ¿Estás enfermo?

—No, hija, estoy bien, no te preocupes —sonrió levemente, dándole un beso en la frente—. Te amo.

—Yo también te amo.

—¿Me ayudas a comer tu sandwich? —sonrió.

—No, es para ti, y debes comértelo entero.

—Está bien.

Giselle se sentó junto a él, y luego buscó algo en su celular, antes de mostrárselo.

—Mira, ayer acompañé a mamá a hacerse la ecografía, el bebé está bien dijo la doctora.

Sebastien observó la ecografía, con cierta tristeza. Ya no eran dos, sólo uno. Uno de los bebés había dejado de crecer, y luego de unas semanas, su corazón simplemente se detuvo.

Y eso era algo que Giselle no sabía. Al momento de contárselo, Charlize sólo estaba embarazada de un bebé.

—Tú debes ayudar a tu mamá a cuidar al bebé, Gise.

—¡Sí! Ya quiero que nazca la bebita —sonrió—. Aunque quería un niño, estoy feliz de tener una hermana.

—Debes amarla mucho, hija —sonrió suavemente.

***

"—Los resultados de tus análisis son un desastre, Sebastien, los volveremos a repetir, y además pediré una resonancia.

—Está bien.

—Por tus síntomas, hay que estar alertas.

Él asintió con la cabeza, sin decir nada. Llevaba semanas sin apetito, y había notado que su piel se tornaba de un color amarillento, al igual que sus ojos.

Se la pasaba con náuseas, y lo poco que comía, lo vomitaba. Sin contar con el dolor de panza."

"—¿Entonces? ¿Qué tengo?

Sebastien.

—Sé que es algo grave, vi el rostro de la doctora que me dio los resultados de la resonancia, y lucía preocupada. Sólo dígame, ¿Qué es?

—Tienes cáncer de hígado, y eres un hombre muy joven aún, podemos tratarlo. Incluso ya he hablado con el equipo médico, eres uno de los primeros casos en la isla con cáncer.

Él asintió con la cabeza, sin saber cómo reaccionar.

—Empezaremos con..."

Alguna vez había escuchado que la naturaleza era sabia. Quizás Charlize no había perdido a ambos bebés, pero era mejor uno que dos, para cuidar sola.

Y él en algún momento debía pagar todas las cosas malas que había hecho. Robar, drogarse, emborracharse, vender drogas, arruinarle la vida a una mujer inocente... Había hecho muchas cosas malas.

Había comido todo lo que su hija le había llevado, no podía rechazar lo que la niña le había dado con tanto amor... Pero ahora no podía dejar de vomitar y sufrir esos espantosos dolores de panza, que lo hacían temblar hasta ceder a las lágrimas.

Nadie sabía lo que tenía, sólo había pedido carpeta médica en su trabajo, porque así no podía cumplir sus funciones como oficial.

Lo único positivo a todo, es que si moría, la póliza que había sacado sería suficiente como para que Charlize y las niñas vivieran un tiempo.

"Sin mí en tu vida, habrías brillado y llegado muy lejos, Charie. Ojalá jamás me hubieras cruzado en tu vida.

Sin mí en tu camino, hoy quizás estarías casada con un buen hombre, que te haría feliz, que tú amarías mucho. Y quizás, recién estarías eligiendo tener a tu primer bebé.

Lamento todo lo que te hice, Charlize, sin mí, tu vida habrías sido un hermoso jardín, y no el horrible pantano al que te arrastré.

Llena de flores y risas a las niñas, ellas  son inocentes." Había comenzado su carta de despedida, en caso de no lograrlo.

...

Ya el título de la historia, creo que decía mucho 😢😢😢

Sin míWhere stories live. Discover now