XXVII

6.6K 776 52
                                    

—¿Y Giselle?

—En casa de mi madre.

—¿No la trajo anoche?

—No, pero pasa de todos modos.

—No, vendré al medio día.

—Sebastien ¿Puedes hacerme el favor de pasar? Sólo quiero hablar contigo, ni que fuera a violarte o algo así.

—No es una buena broma, y lo sabes —le dijo serio.

—Pasa entonces.

Entró a la casa, y ella lo guió hasta la cocina, donde había preparado el desayuno para ambos.

—Sírvete lo que quieras.

—No tengo hambre.

—Okay, te serviré un poco de cada cosa entonces —le dijo tomando una taza.

—¿Puedo saber por qué haces esto?

—Porque Giselle sólo quería que fuéramos a una maldita cena, y no pudimos ni hacer eso. Así que, en compensación tendremos un desayuno juntos.

—¿No habíamos dicho que le diríamos que habíamos ido y ya?

—¿Qué estuviste haciendo estos siete años, Sebastien? —le inquirió ignorando su pregunta, sirviéndole una taza de café, otra de té, una de leche tibia, y un vaso con jugo de naranja.

Él suspiró y tomó el vaso con jugo, dándole un sorbo.

—Nada, aprender a vivir en la selva.

—¿En verdad te volviste tan musculoso sólo por eso?

—No entiendo porque te impresiona tanto mi cambio físico.

—Porque eras muy delgado cuando te conocí.

—Estaba consumido por las drogas, Charlize —pronunció con obviedad, tomando una galleta.

—¿Y cómo llegaste aquí?

—Casi me muero por una neumonia, y en el centro donde estaba, consideraron que lo mejor era enviarme con los míos.

—¿Centro de rehabilitación?

—Sí, te dije que iría a un centro de rehabilitación cuando te fuiste.

—Por si no lo recuerdas, no eras un tipo de palabra, Sebastien.

—Te dije que lo haría, que quería cambiar por ustedes.

Ella tomó una tostada, y luego le dio una mordida, antes de mirarlo.

—¿Cómo fue vivir aquí?

—Fantástico ¿Y qué hiciste tú en estos siete años? —le dijo molesto.

—Trabajar para mantener a Giselle e intentar llevar una vida normal. Ser madre y mujer.

—¿Cuántos hombres le presentaste a Giselle?

—Ninguno, no confío en los hombres, siempre fueron todos cama afuera.

—Ya veo, sexo sin compromiso —le dijo tomando una manzana.

—No quería otro fracaso amoroso.

—Ah ¿Ahora lo nuestro fue un fracaso amoroso? Creí que sólo había sido un secuestro por sumisión por ejercer miedo sobre ti. Que fueron seis meses en donde lo único que hice, fue violentarte.

—Pues imaginate, Sebastien, una joven de veinte años, embarazada, viviendo con un drogadicto alcohólico que me robaba todo el dinero para satisfacer sus vicios, no fue fácil para mí. Intenté quedarme contigo y aguantar lo más que pude, pero tú superaste todo —le dijo antes de darle un sorbo a su café.

—Necesitaba ayuda.

—Y yo no era tu psicóloga ni la cura para salvarte, me estabas arrastrando a mí y a Giselle a tu mundo de mierda. Si no me iba en ese momento, quien sabe que hubiese pasado.

Él miró hacia abajo, y luego respiró profundo.

—Tal vez tienes razón, toqué fondo cuándo tú te fuiste.

—Ojalá hubiese tenido la fortaleza para acompañarte, pero mi cabeza sólo estaba en el bebé... Mi prioridad era él, no tú.

—Es así como piensa una madre, y está bien —Pronunció bajo.

Ella lo miró y luego le sirvió más jugo.

—Recuerdo cuando antes de dormir, las veces que estabas en la casa, me ayudabas a pasar crema en mi vientre, porque yo no quería estrías —sonrió.

—Y siempre te decía que por más que te salieran, para mí seguirías viéndote hermosa.

—Sí, e igual me salieron unas pequeñas —sonrió.

—¿Qué sentiste al verla?

—Un amor que creí que jamás podría sentir en mi vida. La apoyaron en mí pecho, y supe que la amaría con todas mis fuerzas. Y ni hablar cuando comenzó a ronronear al darle el pecho —sonrio con ternura—. Era una preciosura de ojos azules... Era imposible verla y no pensar en ti.

—Increíble que la hayas podido amar entonces.

—Estaba herida, pero también te quise.

—Nunca lo hiciste, Charlize.

—Te quería, no llegué a amarte como tú me amabas, pero te quería... Lamentablemente, lo que tú eras mató todo lo que sentía.

...

Sin míWhere stories live. Discover now