➼ catorce

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Capítulo catorce:
Señorita Stacy.

Al parecer había una nueva maestra en Avonlea que sustituiría al señor Phillips. Gracias a Dios mis pedidos fueron escuchados, ya era hora de un cambio y de tener a alguien que de verdad se preocupara por la educación.

─Vestida de hombre─ oí decir a Jane.

─Al té con las Madres Progresistas─ continúo Prissy─. Es como ponerse una soga en su cuello.

─No hablen mal de ella sin siquiera conocerla─ pidió Anne.

─A mi me parece espectacular─ apoyé─. Y ojalá me dejaran usar pantalones. Sobre todo en invierno.

Todas me miraron sorprendidas, excepto mi amiga pelirroja que me sonreía.

─Yo ayudaré a la señorita Stacy─ dijo Anne con una sonrisa llena de emoción─. Sé lo que es ser buena y que te critiquen con dureza.

Nos sentamos en nuestros lugares dispuestas a seguir conversando, pero llegó Billy con una escopeta y alardeando que iba a asesinar a un zorro. Oh no, que no sea el que aparece en el Club a veces.

─¿Zorro? ¿Cuál zorro?─ preguntó Anne alarmada.

─El que anda robando gallinas─ respondió el rubio.

─¿Te robó a ti?─ pregunté en tono de burla, haciendo que me mirara mal.

─Aquí no hay zorros, así que guarda el arma─ se metió Gilbert viendo la pelea que se iba a armar─. Quiero vivir para conocer a la nueva maestra.

La puerta se abrió dejando ver a una mujer cargando dos bolsos que parecían pesados, y una especie de planeta en miniatura que rodó hasta los pies de Billy. Ella miró al chico y suspiró.

─Acabo de poner el mundo a tus pies─ bromeó con una sonrisa─. Buenos días a todos.

─Buenos días─ contestamos.

Billy ayudó a la nueva maestra con los bolsos.

─Soy la señorita Stacy─ dijo─. Por favor, lleva esa arma afuera, no debe estar en el salón.

Billy salió para dejar la escopeta. La maestra Stacy caminó hacia el frente del aula mientras hacía comentarios sobre el salón. Dejó sus cosas sobre la mesa y se sacó la bufanda, informando que debíamos presentarnos.

─Párense por favor─ pidió.

Anne se levantó primero, seguida de mi y luego los demás. Nos pidió que movieramos los pupitres a un lado para sentarnos en ronda. Rodé los ojos luego de ver que Josie parecía no estar de acuerdo. Ayudé a Anubis a mover nuestra mesa y pronto el salón pareció más espacioso de lo normal.

SOLO AMIGOS | g.b ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora