➼ diecisiete

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Capítulo diecisiete:
Adiós.

Llegué a casa. Recibí las felicitaciones de mi familia, pero la verdad era que ya no tenía ganas de irme. Aún así no iba a admitirlo porque mi tía ya tenía sus cosas preparadas para partir mañana. Era obvio que el ambiente estaba muy emocional, con varias lágrimas de Ellie diciendo que no quería que me fuera, y otras de papá que no quería aceptar que mañana ya no nos íbamos a ver por largos períodos de tiempo.

Gilbert. Mierda, se había ido todo al carajo. No había podido confesarme y mañana, al mediodía, ya me iría.

Había fracasado, pero a la vez estaba feliz por él. Iba a estar junto a una chica que lo amaba, iba a estudiar en Paris para ser un gran médico e iba a tener una gran vida.

En cuanto yo, bueno, vida saludable ya está bien.

Subí a mi habitación para comenzar a empacar. Coloqué todo lo que iba a necesitar por unos largos cinco años. Me sentía agotada, devastada y desilusionada. Desde chica, mi único sueño siempre había sido encontrar a un amor que me esperara hasta terminar mis estudios, que se quedara allí cuando el estrés me invadiera, y que me apoyara en todo. Ahora me daba cuenta de que todo eso lo hice yo con Gilbert, pero él lo iba a hacer con Winifred. ¿De qué sirve dar cuando no vas a recibir?

Mi mamá, si estuviera conmigo, diría: "si de verdad lo amas, déjalo ir". Pero, ¿cómo hacerlo de una manera en que no duela como mil demonios? Exacto, era difícil. ¿Que si estaba alegre por él? Claro que si, me hacía feliz verlo lograr sus objetivos, a pesar de no ser yo la que lo ayudara esta vez. Desde el primer momento en que acepté mi enamoramiento dije: "es solo amor adolescente, ya pasará".

Pues no fue así.

Miré el cuaderno donde anotaba todos mis problemas, como una vez me sugirió mi padre. Varias veces pensé en dárselo a Gilbert, como una declaración, pero la cobardía me invadía. Me acerqué para tomarlo entre mis manos y ojear cada hoja. Si no hablaban del castaño, hablaban de mis estudios. Fui leyendo uno por uno, dándome cuenta de cómo algunos habían sido arreglados con el pasar del tiempo, hasta que...

"Entiendo que seamos solo amigos, siempre lo entendí y traté de aceptarlo por miedo a perderte. Pero, maldición, no puedo olvidarte.

Cada momento que pasamos juntos, cada risa hasta llorar, cada broma... todo, me hace querer estar contigo hasta el resto de mis días. Eres la luz de mi vida, y siempre lo serás.

Pensé que Anne era la chica con quien debía estar, hasta que un día me abrió los ojos, diciéndome que no podía ser tan estúpido, dándome a entender que te hacía daño sin darme cuenta.

Y no me casaré con Winifred, ni iré a la Sorbona, no puedo hacerle esto. Por suerte tuve las agallas de admitirle eso, o sino solo la ilusionaria.

SOLO AMIGOS | g.b ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora