Extra #2

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Casamiento

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Casamiento

─Pauline, tranquila─ decía Ellie, viendo a la chica caminar de aquí para allá.

─¿Tranquila?─ preguntó con irritación, a punto de tironearse el cabello─. Voy a tirarme por la ventana.

─Me mareas─ dijo John, viendo a la mayor a través del espejo─. Deberías calmarte.

Pauline suspiró una última vez antes de arreglar su vestido blanco. Sus manos y piernas temblaban demasiado gracias a los nervios. Pasó la mano por su cabello por milesima vez, pensando que quizá el peinado estaba muy torcido. Podia sentir la mirada de sus hermanos, quienes seguramente pensaban que estaba loca.

Pero, ¿cómo no iba a estar nerviosa? Se iba a casar con Gilbert. Pronto pasaría de ser Pauline Roberts a ser Pauline Blythe.

Del otro lado de la casa, cierto hombre no dejaba de verse una y otra vez al espejo. Sentía que podía vomitar. Miraba su cabello, lo acomodaba cada dos segundos y luego acomodaba el cuello de su camisa. Todo eso lo hacía bajo la mirada divertida de Sebastian, Charlie y Moody.

─¿Creen que sea capaz de hacerle feliz? ¿Creen que sea correcto que esté conmigo? ¿Y si se arrepiente en medio de la boda? ¿Y si...

─Gilbert, si te pones a pensar así acabarás devolviendo hasta lo que comiste la semana pasada─ interrumpió Bash.

─Todo va a salir bien, hermano─ alentó Charlie.

Gilbert simplemente asintió a la vez que suspiraba con nerviosismo. Finalmente se colocó el saco negro y mojó sus muñecas en colonia antes de pasarlas por su cuerpo. Estaba pronto, pero sentía que algo faltaba. Tanteó los bolsillos, confirmando que sus votos estaban ahí.

¿Entonces qué le faltaba?

Decidió ignorarlo, seguramente eran sus inseguridades jugando con su mente. Secó sus manos con la tela de su pantalón y movió su cabeza de manera que su cuello estrallara.

─¿Qué hora es?─ preguntó dirigiéndose a Moody.

─Las siete y cuarto. Ya casi es hora─ contestó viendo su reloj.

─Bien. ¿Saben de algún invitado que no se vaya a presentar?─ fue lo único que se le ocurrió preguntar para calmarse.

─Creo que no─ Charlie se encogió de hombros─. Bueno, iré a prepararme antes de que Anubis me tire una maceta por la cabeza por no estar vestido ya. Suerte, compañero.

Gilbert simplemente asintió viendo como el ruloso se iba de la habitación.

•••

Pauline trataba de mantenerse parada para no aplastar ni arrugar su vestido, pero sus pies ya la estaban matando. No quería esperar más, quería entrar a aquella iglesia de una vez por todas. Se movía con inquietud en su lugar, practicando mentalmente sus votos bajo la atenta mirada de sus hermanos, Ruby, Anne, Diana, Jane, Tillie y Josie.

SOLO AMIGOS | g.b ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora