Capítulo 17: Ciudad fronteriza

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En las últimas décadas, si no hubiera reparaciones en la corte, los templos habrían quedado desiertos y no mucha gente llegaría al incienso.

Wen Renhe vio la apariencia de las puertas y caminos familiares de Yin Hanjiang, y no pudo evitar preguntarse: cuando Yin Hanjiang se sintió incienso y frotó la estatua y regresó a él, le preguntó: "¿Vienes aquí a menudo?"

Las orejas de Yin Hanjiang eran rojizas, pero permaneció frío en la cara y respondió honestamente: "Si no está cerrado, vendrá una vez al año".

Era la primera vez que venía con Zun Shang.

"La deidad no cultiva méritos ni come incienso en la tierra. La gente está a tu lado, ¿por qué adorar a una estatua?" Wen Ren estaba perplejo.

Yin Hanjiang lo siguió desde una edad temprana, y Wen Rene admitió conocer los métodos de protección de Yin. Hasta que se abrió la "Fama del amor malo", Fang Jue vio que solo veía el lado de Yin Hanjiang. Desde entonces, se ha prestado más atención a Yin Hanjiang, y muchos detalles no se han notado en el pasado.

Por ejemplo, en este templo, han pasado más de 80 años, y la estatua aún es nueva, y parte de esto debe ser el crédito de Yin Hanjiang. Viene una vez al año, pero Wen Ren'e nunca lo encuentra.

Yin Hanjiang solo quería responder. Un hombre vestido de oficial acudió a ellos. Parecía tener 50 o 60 años. Cuando vio a Yin Hanjiang, dio un paso adelante y dijo: "¿Se llama Yin este joven?"

Ante este anciano, Yin Hanjiang no era tan indiferente como los demás, y cortésmente dijo: "Lo es".

El anciano miró la cara de Yin Hanjiang con una mirada nostálgica, y suspiró: "Vine a ver el Santuario de los Mártires Guardianes a la edad de dieciséis años. Durante más de 40 años, vi que cada vez menos personas venían a adorar. Abuelo para ti, vendrás todos los años antes del invierno. No he visto a Ling Zun en estos once años, y pensé que también lo habías olvidado ".

"Mi padre ha sido inconveniente en piernas y pies en los últimos años y ha estado hablando de no venir a adorar. Este año salí por primera vez. Mi padre Qian Dingwan me pidió que viniera. Me dijo que su bisabuelo fue escuchado por los generales en más de 80 años". La familia Yin que fue salva, no se atrevió a olvidarse durante generaciones. Incluso si soy viejo, vendrán mis hijos y mis nietos ".

Yin Hanjiang rara vez habla palabras tan largas y no es bueno para expresar sus pensamientos. Wen Renhe vio que hábilmente pretendía ser su bisabuelo, abuelo y padre frente a los viejos funcionarios, y también podría fingir ser su hijo y nieto, dándole una frescura que nunca antes había tenido.

Once años no han llegado, lo cual es el inconveniente de las piernas y los pies de su padre, son los once años anteriores y posteriores a la Guerra de Zhengmo, y Yin Hanjiang no puede escapar sin venir.

"Mi padre también", el anciano tomó un paño húmedo y limpió el monumento de los mártires frente al Santuario de los Mártires, para que se revelara cada nombre. "Seguía diciendo, si no había un general en la batalla hace más de 80 años, Ahora esta pequeña ciudad puede cambiar de dueño ".

La tela mojada borró cada nombre. El anciano miró un nombre llamado "Zhang Ergou" y dijo con orgullo: "Este es mi abuelo. Dejó a mi padre y murió en el campo de batalla después de pelear. El padre dijo que ahora la pequeña ciudad La tranquilidad es la sangre de mi abuelo y de innumerables soldados. Aunque mi abuelo murió, él todavía era glorioso ".

Sopló el viento otoñal, el anciano envolvió su ropa y le dijo a Yin Hanjiang con una sonrisa: "Los jóvenes son jóvenes y fuertes, no tienen miedo al frío y deben agregar más ropa en invierno, de lo contrario se sentirán incómodos cuando sean viejos".

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