Capítulo 3

1.9K 115 6
                                    

Había algo que Patricia no entendía o Alex y Ana le habían dicho algo a Fabiola y las tres estaban confabulando para hacerla caer o los cometarios de ellas le habían hecho abrir la mente y darse cuenta que en realidad Fabiola traía cierto interés en ella. Era hermosa, interesante y sensual y... se dirigió al escritorio para quitar esos pensamientos de su mente y que mejor para quitar el placer de su vida que llamar a su madre, tomó el teléfono y marcó larga distancia directo al inf...

- Hola, Mamá.

- Patricia, eres una desconsiderada, no te dignas en llamar nunca o no respondes el teléfono cuando yo lo hago - le gritó de mala manera su madre.

- Estoy muy bien mamá, que bueno que tú lo estés también - dijo cínicamente.

- Además, tienes esa actitud tan incorrecta, soy tu madre Patricia.

Patricia llevó su mano libre a su frente y la descansó en ella -Ya Mamá, dime qué quieres.

- Mira Patricia te diré una cosa, debes ponerle algo de vergüenza a esa hija tuya...

- Tu nieta dirás.

- No, hija tuya porque mi sangre no lleva - le replicó.

- Ya Mamá, no vamos a retomar este asunto otra vez.

- Bueno, tu hija me llamó vieja amargada...

Patricia alzó su vista al cielo y suspiró.

- Y no le permitiré a esa mocosa que me llame vieja amargada, porque no es nada mío y además si lo fuese le pondría vergüenza a esa niña...

- Ya Mamá, ¿qué te molesto más, lo de vieja o lo de amargada? - dijo Patricia tranquilamente.

- Ves de lo que estoy hablando, tu hija es como es, porque tú se lo permites. Los hijos son el reflejo de sus padres y la tuya es tu copia y no sé cómo porque ni hija tuya es; pero es rebelde, irrespetuosa y sabrá Dios si termina siendo una asquerosa lesbiana también...- dijo con gran desprecio en su voz.

- Ya Mamá - gritó Patricia - Listo, ya ves porque no te llamo, porque no respondo tus llamadas, no puedo tener una conversación normal contigo sin que estés criticándome, juzgándome. No, si en esta vida no necesito que la gente me señale, si con mi propia madre me es suficiente - se levantó de su silla y se detuvo frente al ventanal - Y te diré una cosa, si tú no eres lo suficientemente madre para defender a tus hijos y amarlos, yo si lo soy y no te permitiré por nada del mundo que hables de esa manera de mi hija - guardó silencio - Y sí, mi hija, lo es aunque a ti no te importe, aunque a ti no te guste, aunque a ti te parezca la decisión más estúpida que he tomado en mi vida....

- Eres una vergüenza para la familia Patricia...- le interrumpió su madre.

- Si Mamá, también te quiero, que sigas bien, ciao.

- Patricia no me vayas a co...- el teléfono se desconectó.

Hablar con su madre terminaba siempre en la guerra de Troya, era como el cataclismo de Damocles, la hecatombe de los dinosaurios, el holocausto de Hitler, cualquier cosa que fuese terrible y horrorosa. A Patricia le dolían todas las palabras de su madre, era como un enorme puñal que se le introducía en el corazón cada vez que la escuchaba, un disco que repetía lo mismo una y otra vez, y aunque quería a su madre, por el hecho que era su madre, había llegado al punto que no dejaría que la afectara del todo su actitud y no se dejaría insultar como ella quisiese, cuando lo quisiese...

Horas más tarde Patricia llegó a su casa con cara de pocos amigos y no hizo más que verle el rostro a su hija, le dijo - Alex, ¿qué le dijiste a tu abuela?

Del borde...al precipicio (Sankh)Where stories live. Discover now