Capítulo 21

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Pati subió las escaleras, entró a su habitación y se sentó con su portátil a revisar unos documentos, debía dejar todo listo para su viaje en unos días, hacía tanto que no tomaba un tiempo para ella; Italia estaría bien...ir con Alex estaría bien; pero desde ya sabía que sería la aventura de su vida. Luego de un largo rato por el reflejo en la pantalla de la computadora, se percató que Megan estaba parada en la puerta de la habitación. Pati no se volteó, se quedó inmóvil observando el reflejo; tan quieta, tan perfecta, solo ahí observándola.

- Perdóname, soy una tonta, huyo cuando debo permanecer y permanezco cuando debo marchar, hablo cuando debo callar y calló cuando debo hablar... - dijo permaneciendo en su posición.

- No siempre eres tú la que debes pedir perdón, no siempre tu eres las que está errónea, la que te debe una disculpa y una explicación aquí soy yo - Megan respondió.

- Siempre hay una razón - se volteó para mirarla y le pareció más hermosa, sintió que extrañó tanto mirar ese rostro, escuchar esa voz, sentir su presencia.

- Siempre la hay, cariño mío.

- Sabes qu...

- No, quien hablará aquí seré yo - Megan la interrumpió - Soy una mujer que no tiende a decir las cosas que siente, por las tantas veces de decirlas y no ser escuchada, solo me las guardo y las digo a quien sé que le importa y cuando estoy completamente segura. Jamás haría nada que te dañara y sí, sé que las personas muchas veces prometen no lastimar a la otra y lo hacen de la peor manera esperada; pero yo jamás te lastimaría a ti, preferiría lastimarme a mi propia persona que poner una lágrima en tus ojos. Y muy a pesar de mí y aunque no he querido lo he hecho; nada de lo que has visto aquella noche es lo que pudiste pensar, aunque pudo parecer mucho más de lo que se vio - dijo despegándose de la puerta y caminando hasta Pati. - Gabriel es mi mejor amigo quien no se ha decidido a confesarle a su familia que es gay, así que cada vez que su familia viene de visita, el deja su vida secreta y se queda conmigo, no sabiendo su madre que soy una mujer que no le atraen los hombres. Sí, lo sé, parece tonto, pero es más complicado de lo que parece. Cuantas historias se repiten en diferentes partes porque no tenemos el valor de decir quiénes somos verdaderamente y tememos el rechazo de las personas que más amamos. Le he dicho una y mil veces que debe hablar con su familia, pero tiene miedo; igual que lo tuve yo, como quizás lo tuviste tú y como lo tienen miles de personas por aceptar sus gustos sexuales. Perdóname...

Patricia se mantenía atenta escuchando a Megan, sorprendida por cada palabra que decía, pero entendiendo muy bien de lo que hablaba - ¿Perdonarte?, ¿por qué?

- Por no contarte, por no decirte que se estaba quedando en casa y por la mentira, porque es una mentira la que él vive, pero no lo que quiero vivir contigo.

- Megan mi amor, yo...

- Mi vida, dije que me escucharas - dijo sonriendo y le guiñó un ojo.

Patricia le sonrió y asintió, si era de esa manera pues ella obedecía con gusto.

- Desde el día que te conocí, me cambiaste la vida, le diste algo que le faltaba porque estaba completamente vacía, has llegado a complementarme, caminé mucho tiempo sola, fue mucho el camino y el tiempo que mi corazón estuvo solito, hasta que te encontré y conocí lo que es amar. Conocí lo que se siente la felicidad y reconocí en ti lo que estuve buscando. ¿Sabes que no todas las personas encuentran el amor en su vida?, hay millones de parejas y matrimonios, pero muy pocos de ellos conocen el amor, ese amor que solo llega una vez en la vida y es único. Dichosos los que lo encuentran y lo conservan, dichosos los que lo encuentran y lo pierden porque aun así vivieron el amor y saben que una vez fue de ellos...

Del borde...al precipicio (Sankh)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora