Capítulo 6

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Terminado el almuerzo y la plática se devolvieron a la oficina en un total y absoluto silencio, al llegar a la puerta del edificio Patricia volteó su rostro para agradecer el almuerzo a la detective. - Gracias Fabiola, pasé un momento espectacular como hace mucho no lo hacía - dijo mirándola a los ojos con mucho nerviosismo.

- No tienes que agradecer lo que yo también disfruté y quería desde hace mucho tiempo - declaró con una sonrisa, se acercó a Pati y le besó en la mejilla; para luego darse vuelta y retirarse por la puerta principal.

Patricia quedó momificada en el instante que besó su mejilla, se sintió helada e inmovilizada; hasta que pudo caminar y esperar el ascensor con sus pensamientos sumidos en plena confusión, las puertas se abrieron interrumpiendo ese viajar descontrolado de ideas. Entró al ascensor, tocó el botón y comenzó a observar los números que cambiaban automáticamente, cuando las puertas se abrieron nuevamente, sonrió dejando salir un suspiro como anunciando lo que le esperaba.

- ¿Señorita interesante le aprovechó su rico, nutritivo y apetecible almuerzo? - la esperaba Ana al final del pasillo.

Patricia continuó su camino sin mirar a su amiga.

- Ah, ¿no me vas a responder?, pero no traes mala cara o sea fue un éxito tu almuerzo. ¿Comiste aperitivo? - le siguió Ana con sonrisa burlona hasta la oficina.

Patricia se sentó en su escritorio y sin mirar a Ana preguntó - ¿Algo interesante?-

- Carajo Patricia, ¿algo interesante?, claro que algo interesante, tu cita...- le gritó Ana con desesperación.

- Almuerzo, no cita - respondió Pati con cinismo.

- Me importa una mierda si fue almuerzo, cita, encuentro sexual, luna de miel o piscolabis presidencial, pero me interesa saber todos los jodidos detalles de lo que sea, ¡ahora! - dijo abriendo sus ojos en señal de impaciencia.

- Ohh, pero que mal hablada eres...me fue bien, Fabiola es muy linda - dijo bajando su vista hasta los documentos en su escritorio.

- Bah, ¿solo bien?, ¿solo linda?, tu sí que eres bien marica - dijo haciendo una mueca en completa desaprobación.

Patricia no se pudo aguantar la carcajada que le provocaron las palabras de su amiga y dijo - Lo cierto es que la pasé excelente, ella es buena compañía, linda diría yo...

- ¿Y? - se le acercó Ana.

- Y fue buena idea salir a almorzar con ella.

- ¿Y?

- ¿Y qué? - gritó Pati.

- ¿Y qué más...? - movió la manos en una danza completamente inentendible, pero que solo quería decir que quería saber más.

- Nada, solo me dijo que yo le interesaba y que le gustaría comenzar a frecuentarme más seguido - comentó mordiendo las uñas de sus manos.

- Al fin una mujer directa y segura, ya era hora que apareciera la domadora de leonas, bueno en este caso borregas, pero eso no viene al caso, lo que si viene al caso es que, ¿qué demonios vas a hacer? continuar lamentándote el resto de tu vida que tu madre te odie por ser un engendro del inframundo hija de Lucifer, lamentándote que alguna mala mujer haya venido a tu vida a joderte y te haya lastimado y ya no creas en el amor.

- No continúo lamentándome por las cosas en mi vida que debieron ser de otra manera es solo que...- Patricia se puso de pie y comenzó a caminar hacia el ventanal donde se detuvo pensativa y fijó su mirada a donde siempre...a ninguna parte.

Del borde...al precipicio (Sankh)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora