Capítulo 20

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Patricia estuvo toda la mañana sensible, el mínimo sonido le amargaba la existencia y le aumentaba el dolor de cabeza y las ansias locas de asesinar a todo aquel que osara llevarle la contraria. Había pensado en todo lo que había pasado el día anterior y pudo recordarlo todo menos la razón de que Megan estuviese en su cama en la mañana. Era tan delicioso verla en la cama junto a ella, pero sería una pena desastrosa que hayan pasado la noche juntas y ella no recordara absolutamente nada, además, estaba ese otro asunto...

- Juro que hubiese vendido mi alma al mejor postor solo por verte ebria - dijo Ana con entusiasmo.

- Podrías solo bajar la voz.

- ¿Quieres que te susurre al oído corazoncito? - alzó una de sus cejas sensualmente.

Patricia puso sus ojos en blanco y recostó su cabeza en su silla. -Soy una tonta Ana.

- Ohhh y ¿eso a qué viene?, ¿hasta ahora es qué te das cuenta?, eso ya lo sabía.

- ¿Por qué siempre tengo que huir?

- Porque eres una huidora profesional, ¿así se diría eso? - rascó su cabeza - Porque es tu mecanismo de defensa y es lo único que te funciona, porque crees que siempre saldrás lastimada o peor aún, que lastimarás a los demás, así que para ti es más fácil huir y no enfrentar las cosas.

- Pero no huyo por cobardía...

- Huyes porque no tienes las respuestas y siempre quieres un lugar seguro donde no sufrir.

- Eso es malo.

- Lo es, pero te estás dando cuenta ahora que las cosas se deben enfrentar sea cual sea el resultado y sea cual sea la situación porque a donde quieras que vayas la situación viajará contigo porque la llevas en el corazón. Puedes dejarlo todo y a todos y podrás solo dejar el lugar, pero jamás podrás dejar el sentimiento y la situación por la que huyes; ella te perseguirá siempre...

- La amo Ana - la miró con pena.

- ¿Crees que no lo sé?, lo sé preciosa, sé que la amas y amarla ha sido tu primer paso para dejar de huir.

Patricia asintió, escuchó el sonido del celular y lo observó...una llamada de Megan que se unía a las varias más que le había hecho en toda la mañana. Lo miró por largo rato, no había querido responder ninguna llamada, ni mensajes porque simplemente no estaba preparada para ello; aunque sabía que ese momento de hablar llegaría. Ella lo necesitaba, no quería hablar mediante un celular cobardemente, sino frente a frente, mirada a mirada, piel a piel...el celular dejó de sonar e indicó que tenía un mensaje de voz. Patricia lo acercó a ella y se dispuso a escuchar el mensaje. Escuchó una música de fondo bastante conocida para ella y luego escuchó...

Te quiero, entraste a mi vida en silencio llenaste mi boca de besos, por eso te quiero...

Quiero estar contigo para siempre

hasta después de la muerte

y que nunca nos separe...

Quiero que siempre estés a mi lado

y siempre estar enamorada...

de ti...de ti...porque te quiero...

Llegaste a mi vida, con tu luz le diste sentido, cuando llegaste tú... yo no creía en el amor, pero llegaste tú, y entraste a mi corazón...

Eres la persona más especial que mi corazón jamás dejará de amar porque eres tú, la persona ideal...

Quiero besar tu boca de nuevo

Del borde...al precipicio (Sankh)Where stories live. Discover now