Capítulo 10

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Megan se detuvo esperando que el ascensor abriera sus puertas, cuando lo hizo, vio asomarse el rostro de Alex y no pudo más que abrir sus ojos en señal de horror y regalarle una sonrisa tímida.

Alex, miró a Megan con una mirada maliciosa, miró a la derecha, miró a la izquierda, devolvió su mirada a Megan y rascó su nuca, alzó sus cejas y dijo - Con razón no encontraba a mi profe el día de hoy, ¿imparte clases de lenguas?

- No seas tonta Alex, tú misma me dijiste que hablara con tu mamá por lo de la audiencia y aquí estoy - dijo ocultando su nerviosismo.

- Ahhhhh claro, entiendo la sonrisa de mi...y tu respuesta de no puedo...y las cosas que... y el no... ¿Y qué tal tu cita? - preguntó cruzando sus brazos a la altura de su pecho.

- ¿Qué cita?

- Con la abogada, tonta.

- No fue cita, fue reunión de negocios.

- Ohhhh, en ocasiones para mi tiene el mismo significado.

- Aleeeex- mencionó Megan, con la única necesidad de salir corriendo del lugar.

- Ya, ya, me mal interpretas, yo también vine a hacer negocios con mi mamá.

- ¿Ah sí?

- Sí, vine a invitarla a almorzar, yo la llevo y ella paga, es un buen negocio ese, ¿no crees?

No pudiendo ocultar su diversión por el comentario, Megan dijo -Si lo creo es de los mejores.

- ¿Quieres ir con nosotras a almorzar? - la miró con curiosidad.

- No, ¿y que tu madre pague mi almuerzo?, que vergüenza espantosa - respondió visiblemente sorprendida por la invitación.

- No, yo te invito, pero mi mamá encantadísima de invitarte...es muy dada ella.

- Me encantaría, pero debo llegar a la Universidad en breve para mi próxima clase.

- Aguafiestas.

- Calumniadora.

- Ya pues, ¿te veo mañana?

- Sí y otro día, no le diré no a tu invitación.

- Lo tendré en cuenta, Madame.

Megan entró al ascensor, miró a Alex que la despedía con una gran sonrisa burlona y dijo - Eres una soberana molestia.

- Sí, pero muy bien que te gustan las molestias, porque esto es hereditario cariño... - le guiñó el ojo y tocó el botón para enviar a Megan a su viaje hasta el lobby.

Alex solo podía reír sin cesar y llegó hasta el escritorio de Ana con una gran sonrisa.

- Mi vida, aquí todo el mundo sonríe hoy, ¿qué, es el día nacional de la sonrisa Colgate?

- Eso no existe Ana.

- Pareciera, la chica que salió de la oficina de tu madre llevaba una sonrisita, la mujer que se quedó dentro de la oficina se carga una sonrisota que ni ella se la cree y tú ahora con otra, ven dame un delicioso beso y pégame la sonrisa para sentirme a la moda de la sonrisa.

- ¿Francés o Italiano? - preguntó con seriedad.

Ana le ofreció una mirada cargada de malos sentimientos - Si me tocas con tu lengua, juro que te mataré.

Del borde...al precipicio (Sankh)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora