Capítulo 16

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Fabiola continuó su trayecto normal, pensando algunas ideas, pero sin analizarlas profundamente, sabía por conversaciones anteriores con Pati algunas cosas, pero ¿era pertinente tan solo dejarla ir y no luchar?, la vida le había enseñado que ella muy bien podría escoger, pero no ser escogida.

Llegó hasta Ana, le informó de su visita y Ana amablemente la guió hasta la oficina de Pati. En la puerta se detuvo, observó a Pati despaciarse por la oficina leyendo unos documentos, con sus lentes, descalza y dentro de su extrema concentración, pensó que se veía sumamente sensual. ¿Acaso había una pequeña posibilidad de...?

- Buenas tardes Pati - comenzó a caminar hacia ella.

Pati detuvo su danza y posó su mirada hasta la detective que ya había llegado hasta ella. Fabiola se acercó, la besó en la mejilla y le sonrió con su mejor sonrisa.

- Hola Fabiola, que agradable verte el día de hoy ¿cómo te va?

- Siempre el placer es para mí sin duda - dijo con seguridad.

Pati la invitó a sentar y se sentó junto a ella, cómo siempre y cómo cada una de las veces que la había visto estaba bella, había cortado su cabello; el cambio la hacía lucir aún más bella. Era algo que no se podía negar, nunca lo había hecho y nunca podría decir otra cosa que Fabiola era una mujer espectacular, muy a su pesar de que no pudiese sentir más que un cariño especial, una admiración genuina y un respeto inmenso.

- Te asienta de maravilla tu nuevo look, te ves muy linda, con todo respeto - dijo.

Fabiola sonrió por el comentario - Gracias, claro no tan hermosa como tú.

Pati le sonrió y tras varios minutos dijo - A ver detective, ¿ya me trajo los documentos?

- Si estos son, solo míralos - extendió su mano y le alcanzó los documentos.

Pati los tomó y comenzó a mirarlos detenidamente por varios minutos - Si están en orden, pero faltan unas pruebas, porque hay una discordancia en balística.

- ¿No me digas? - dijo Fabiola tratando de recordar.

- Si te digo - dijo y le acercó un documento para que lo viera.

- Ahh si es cierto - dijo un poco pensativa - De hecho, están, pero no sé porque no están ahí - esta vez alzó la vista para mirarla - ¿Sería posible que pases por ellos más tarde?

- Pues sí, no creo tener problema con eso. Te llamo más tarde y quedamos entonces.

- Sí, me parece muy bien y disculpa que no estuviesen completos - se puso de pie y la miró por largo rato, no pudo aguantar decir lo que quería - Aún tengo sentimientos por ti y juro que si me dieras la oportunidad te haría la mujer más feliz del planeta tierra, pero ya sé que tu no sientes lo mismo por mí y eso está bien, lo puedo entender. Megan es muy linda y espero que sea ella quien pueda hacerte feliz a ti...

- Fabiola...no deberías...

- ¿No debería qué Pati?, ¿sentir lo que siempre me has provocado?, albergar, aunque sea una última y perdida esperanza de que podría ser alguna día?, no es tan fácil Patricia y eso lo sabes muy bien tú...no puedes quitarte del

corazón los sentimientos, aunque esa otra persona no sienta lo mismo. Sería tan fácil que fuésemos computadoras, que le borramos la memoria y listo, vuelves a subir nuevos programas y ni enterada, pero no mi querida Pati, no lo somos, así que nos toma más tiempo deshacernos de esos sentimientos. Pero sabes, me siento feliz por ti, te diste la oportunidad, no importa con quien, pero lo hiciste. No hay mayor cosa que desee ahora mismo que ser yo la merecedora de tu corazón, pero soy bastante conforme y espero que seas muy feliz - dijo con gran sentimiento.

Pati la miraba aun sentada, analizaba cada una de sus palabras y observaba cada una de las facciones de esa mujer. Sabía que Fabiola era una gran mujer, pero ahora estaba completamente segura que lo era. Era más que eso... hubiese deseado poder corresponder a ese amor, pero no podía, no lo sentía, no era precisamente para ella. Pudo quizás, ¿esforzarse?, no, así no se logra, eso solo nace...Y si, reconocía muy bien ese sentimiento de amar y no ser amada, lo había vivido, lo había sentido, lo había sufrido en carne propia y el dolor es...no quería lastimar a Fabiola, nunca lo quiso, no lo quería ahora, no lo quería nunca. De alguna manera se sentía culpable por el dolor de la mujer que estaba de pie frente a ella, aunque ella no podía obligar a su corazón a amarla, sentía que Fabiola no merecía sufrir por ella...

Pati se puso de pie y quedó frente a Fabiola - Podría decirte tantas cosas Fabiola, podría decirte que eres una mujer increíble, que eres hermosa, que eres honesta, que eres un amor de persona, que eres una profesional grandiosa, que eres tantas cosas, pero lamento tanto dentro de mi corazón que no pueda decirte lo que tú quieres escuchar, lo que mereces, lo que ansias, lo que necesitas. Para mí es un honor que una mujer como tu sienta por mí de esta manera tan sincera y única, quizás no sea merecedora de ello.

- O sí que lo eres Pati - interrumpió.

Pati sonrió con tristeza y la tomó de las manos - Ojalá se pudiese mandar en el corazón...- acto seguido la abrazó por tiempo indefinido, un abrazo lleno de gran sentimiento, donde se fundían dos corazones sinceros.

Ambas miradas estaban llenas de lágrimas, no pudiendo contenerlas ya, las dejaron salir, fue una especie de complicidad en la situación.

Fabiola limpió las lágrimas del rostro de Pati - No llores, eres perfecta, pero no puedes dar lo que le pertenece a alguien más...yo entiendo perfectamente - la miró a los ojos profundamente y luego dijo - Es hora de partir, me llamas más tarde y quedamos para los documentos, ¿sí?

- Claro que sí, cuenta con eso - y vio desaparecer a Fabiola tras la puerta.

Suspiró con sus manos en su cintura, bajó su cabeza con los ojos cerrados y pensó que la vida en ocasiones no era muy justa...salió de su trance, tomó su bolso y se dispuso a salir de la oficina lo más rápido posible porque había quedado en cenar con Megan y Alex. Aun así, las ideas y los pensamientos la perturbaban un poco. Se detuvo frente Ana, se despidió sin muchas explicaciones y desapareció.

Al llegar al auto pensó en tantas cosas, en todo y nada. Recordó someramente a Jesica y toda esa historia que por mucho tiempo trajo con ella, cargando esa pesada bolsa de desilusiones, sin sabores, infelicidad, dolor, sufrimiento...no quería que nadie sufriese lo que ella, no quería que Fabiola fuera una víctima indirecta.

Le costó mucho tiempo poder aceptar que a ella le quedaba vida, que podía existir el amor para ella, que el pasado son solo un cúmulo de experiencias vividas que tan solo nos hacen aprender y levantarnos más fuertes, pero cuánto le costó, cuánto tiempo perdió...pensó en Megan entonces y comprendió que el amor no llega tarde sino justo a tiempo.


Del borde...al precipicio (Sankh)Where stories live. Discover now