Capítulo 19

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Megan tocó la puerta una vez, dos veces, tres veces y nadie respondió; tras pasar más tiempo Fabiola abrió la puerta. Se sorprendió de la presencia de Megan en su casa - ¿Megan?

- Fabiola - dijo mirando hacia dentro de la casa.

- ¿Dónde está? - preguntó con la mirada perdida.

- Amm, es que ella...- respondió con nerviosismo.

- ¿Ahh? - abrió la puerta y pasó por el lado de Fabiola entrando a la casa. Megan estaba bastante disgustada de saber que Patricia estaba ahí, dio unos pasos, se percató de una puerta abierta frente a ella y vio a Pati acostada en la cama. La miró por unos segundos, juntó los dientes y asintió. No sabía que estaba pasando ahí, pero aun así...caminó hasta que estuvo frente a Pati, miró a su alrededor y observó que había un vaso de licor en la mesita de noche. Se detuvo un poco...todo era tan confuso; lo cierto era que no le importaba lo que estaba pasando o había pasado, esa mujer que dormía en esa cama era la persona más importante de su vida.

Se sentó al borde de la cama, acarició su rostro – Pati - dijo suavemente, pero Pati no despertó. Megan se acercó al rostro de Pati y susurró - Patricia, mi amor. - Pati abrió los ojos confundida y se encontró con los hermosos ojos de Megan - Heyyy cosita rica - alcanzó a decir.

- Debemos ir a casa.

- ¿Qué haces tú? No... ¿dónde estoy? qué... - no pudo decir nada más porque las palabras simplemente no emergían claras.

- Patricia estás totalmente ebria - dijo un tanto seria. - Así que necesitamos ir a casa y que puedas descansar.

Patricia solo hizo caras y asintió con la cabeza. Megan le ayudó a incorporarse, hizo que pasase su brazo por sus hombros y ella la sostuvo de la cintura. Comenzaron a caminar fuera de la habitación hasta que llegaron justo donde estaba Fabiola aun parada en la puerta de entrada - Gracias por la velada...Fabi...- dijo Patricia seguido de una risita de ebria.

Megan la llevó al auto, regresó por su bolso y celular. Se encontró de frente con Fabiola, la miró con una tristeza única, con una tristeza que le partía el alma, con un dolor que solo las penas del amor pueden expresar. Megan no sentía ningún negativo pensamiento por Fabiola; en realidad siempre la había entendido, había comprendido por qué permanecía y podía reconocer cada sentimiento que de su corazón emergía.

Aun siendo que Pati se hubiese decidido por ella, aunque sintiera que perdía a la mujer de su vida, aun sintiendo el dolor más único en su vida, aun así, jamás podría culpar a Fabiola; aunque el sentimiento la embargaba en estos momentos le regaló una sonrisa a Fabiola.

Fuera de la casa escuchó cuando Fabiola le dijo - Desearía mentirte y decirte que estaba en mi cama porque había pasado la noche conmigo, juro que me encantaría decirte eso, pero no es cierto. Solo vino aquí, se embriagó y pasó toda la noche hablando de ti. Podría decirte que lucharé por su amor porque por ella vale la pena permanecer, pero no puedo luchar por el amor de alguien que no me pertenece; porque me ha quedado más que claro que su corazón y cada sentimiento hermoso que nace, te pertenecen. No puedo hacer que las cosas sean distintas, traté de hacer que me amara; pero puedes controlar muchas cosas, pero jamás el sentimiento del amor - dio la media vuelta y desapareció.

Megan quedó inmóvil observando el espacio por donde había desaparecido. Pudo haber dicho otra cosa, pero prefirió decir la verdad, definitivamente eso decía mucho de la gran mujer que era Fabiola y esta era precisamente la razón por la que Megan no podía sentir otra cosa por esa mujer que no fuera admiración y respeto. Embargada de sentimientos caminó al auto y con su preciado tesoro abordo se puso en marcha.

Del borde...al precipicio (Sankh)Where stories live. Discover now