CAPÍTULO 6. CONFESIONES.

654 40 20
                                    

Me desperté con un tremendo dolor de cabeza y tapada con las sábanas hasta el cuello. Había demasiada luz y, mientras maldecía en voz baja, me di la vuelta para hundir el rostro en el almohadón.

- Maldita sea, pero qué hora es... – bufé.

- Casi mediodía.

Fruncí el ceño porque no esperaba oír respuesta alguna y abrí un ojo para descubrir que Juice estaba recostado a los pies de mi cama con un aspecto fresco y descansado, no como yo.

- ¿Qué haces aquí?

- Los demás están recogiendo afuera. – respondió. – Me he escaqueado alegando que venía a ver si seguías viva.

- Lo estoy. Creo.

- ¿Pasaste la noche con alguien?

Suspiré e hice memoria para ver qué recordaba. Enseguida apareció por mi mente un hombre muy sexy con unos tatuajes que me pusieron a mil. Tragué saliva e hice un esfuerzo por quitarlo de mi mente antes de que regresaran a mí pensamientos inapropiados. 

- Con Happy.

- Lo sabía. – asintió. No abrí los ojos para ver qué cara ponía, pero tenía claro que ya no iba a dejarme dormir más y que tendría que ponerme en marcha a pesar de esta resaca. – Los de Tacoma se volvieron locos buscándolo.

- Estaba en buenas manos.

Hice un tremendo esfuerzo por apartar mis sábanas e incorporarme. Ya me había acostumbrado un poco más a la luz, pero la cabeza me seguía martilleando. Por si fuera poco, Juice se había puesto serio.

- ¿Recuerdas lo que pasó ayer?

- ¿Qué de todo? – cuestioné. 

- Lo de Clay.

- Por desgracia, sí.

- No tienes de qué preocuparte. Ya lo hemos hablado. Clay va a dejarte tranquila. – me aseguró. No estaba en condiciones para reprocharle que yo misma podía arreglar mis asuntos, así que opté por aceptar que hubieran intercedido por mí. – Y sobre la noche que dimos un paseo en mi moto...

- ¿Hablas de cuando nos liamos? – le interrumpí.

- Sí. – asintió. – ¿Crees que es mal momento para hablar de ello?

- Malo no, malísimo.

Juice apretó los labios algo decepcionado, pero no tenía intención de insistir.

- Deberías tomar una ducha y salir a ver al resto. Tienes café y aspirinas sobre la barra.

Media hora más tarde me sentía un poco mejor; ahora solo era cuestión de tiempo que desapareciera la resaca por completo. En cuanto salí del local, vi a los chicos junto a varias mujeres recogiendo los estropicios de la fiesta.

- Cuidado, chicos, creo que nos atacan los zombis.

- Ja, ja. Muy gracioso, Bobby. – repliqué, pero al resto les hizo mucha más gracia.

- ¡Pero si estás viva! – exclamó Chibs. Me acerqué hasta él y me rodeó con su brazo para darme la bienvenida. – Pensábamos que ya no saldrías de esta.

- Solo necesitaba unas horas de sueño, nada más.

Miré a mi alrededor y vi que ya no quedaban motos, solo las de los chicos del grupo. Ya imaginaba que Happy y los suyos no seguirían por aquí, pero habíamos tenido una buena despedida. Me puse a ayudarles al momento, tratando de recompensarles por todo el tiempo que me habían dejado dormir, y de paso fui acercándome lentamente hacia cierto hombre que todavía no me había dirigido la palabra.

IN LOVE & HOPELESS | SONS OF ANARCHYحيث تعيش القصص. اكتشف الآن