CAPÍTULO 16. NEGOCIOS.

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Chibs me acompañó hasta el motel en el que había quedado con el hombre al que querían robarle los documentos. No había pedido más explicaciones, con esto me bastaba. Le dije que ir con su moto sería demasiado llamativo, así que cogí mi coche y él fue a unos metros de distancia, la dejó en la manzana de al lado y vino hasta el parking del motel donde yo ya le esperaba con el coche aparcado. Entró y se sentó en el asiento del copiloto.

- Todavía queda media hora para la hora que acordasteis. – comentó sacando un cigarrillo e invitándome a otro.

- Me gusta ir a mis citas con antelación. Así sé si la otra persona está tramando algo, pero parece que está todo tranquilo.

Chibs pareció sorprenderse de lo precavida que era, pero asintió conforme con mi idea.

- Juice no ha aparecido por el taller en todo el día. – añadí con descuido, pese a que era algo que llevaba queriendo mencionarle desde hacía un buen rato.

- Estará ocupado.

- Sí, con Clay, pero ¿todo el día? – insistí. – Se me hace raro.

- No me importa lo que haga ni durante el día ni durante la noche.

- Antes erais uña y carne.

- Sí. Antes. Las cosas cambian, Jane. – su voz comenzó a adquirir un tono molesto y las dudas que tenía en mi cabeza crecieron enseguida.

- ¿Te ha hecho algo para que te enfades de esta manera con él?

Chibs le dio una calada a su cigarrillo y me observó con una ceja enarcada mientras echaba el humo. Tal vez no era tan buena fingiendo que este tema no me importaba demasiado.

- Si llego a saber que querías que te acompañara para hacerme un interrogatorio, habría mandado a uno de los novatos contigo.

Apreté los labios y asentí. Luego tiré el cigarrillo por la ventana y cogí mi bolso asegurándome que tenía todo.

- Tranquilo. No hace falta que te preocupes más. – espeté con frialdad. – Se apañármelas yo solita.


Abandoné la habitación del motel cuando recibí el mensaje de Jax confirmándome que ya lo tenían todo. El tío estaba durmiendo plácidamente y le costaría unas cuantas horas despertarse. Cogí mi coche, vi que ninguno de los Hijos me esperaba y conduje hasta la casa de Juice. Volví a aparcar y llamé varias veces, pero no obtuve respuesta. Lo mismo ocurrió cuando utilicé el timbre.

- Maldición. – murmuré entre dientes. Retrocedí varios pasos tan solo para darme cuenta de que no había ninguna luz encendida. ¿Dónde podía estar a las tantas de la noche si no era en su casa? Regresé al coche y esta vez fui hasta la casa de Clay. Vi la luz encendida de una de las habitaciones y pensé que esta vez tendría suerte. El caso es que cuando llamé, no me abrió la puerta quien yo imaginaba.

- ¿Jane? – cuestionó Clay. Vaya, parecía más viejo y cansado. Incluso llevaba una bombona de oxígeno. – ¿Qué haces aquí?

- ¿No está Juice contigo?

- Se ha ido a su casa hace horas. Es tarde. – respondió como si fuera obvio.

- Ya he estado en su casa y no me ha abierto. – le expliqué con retintín. – Debe estar evitándome.

Clay suspiró con pesadez y se hizo a un lado:

- Entra.

Me ofreció algo de beber, pero fui yo la que se levantó para hacer café para los dos. No es que llevara intención de ser servicial con este hombre, pero la versión desgastada de Clay había conseguido ablandarme un poco.

IN LOVE & HOPELESS | SONS OF ANARCHYWhere stories live. Discover now