- Nunca pensé que estaríamos hablando de negocios contigo. – se mofó Chibs.
- Ni yo tampoco, pero me gusta tu modus operandi. – comentó Bobby.
- Bobby tiene razón, puede que no nos viniera mal tenerte cerca. – le siguió Jax.
- No os puedo prometer que tenga tiempo para venir de propio a Charming cada vez que me lo pidáis, pero si está en mi mano me encantaría ayudaros con lo que sea. – asentí complacida. – Supongo que ya no hace falta que os dé mi número nuevo.
Happy me dedicó una mirada de compromiso y se encogió de hombros. Le había dicho expresamente que no se lo diera al resto del club, pero no había tardado más que unos meses en romper su palabra.
- Lo siento, Jane, pensé que querrías vengarte de ese tipo. – se excusó algo cohibido.
- No te enfades con Happy, yo mismo se lo pedí. – añadió Jax, dándome a entender que obviamente no podía resistirse a una orden de su presidente.
- No pasa nada, no me molesta. Fui muy radical al desaparecer sin dejaros ni mi número, pero me alegro de haber retomado el contacto.
- Todavía puedes quedarte unos días más. – sugirió Chibs. – No estamos como para fiestas de bienvenida, pero sabes que puedes quedarte por aquí sin problema. Mi cuarto de invitados sigue igual que lo dejaste.
- Sería todo un honor, pero ya he recibido un par de encargos a los que me quiero dedicar personalmente.
- Tienes una red muy grande, no entiendo por qué no tienes más hombres a tu servicio para que hagan el trabajo duro. – comentó Bobby con el ceño fruncido. Ellos estaban acostumbrados a hacerlo en grupo o dividirse el trabajo entre unos y otros; sin duda éramos bastante diferentes.
- Me gusta que mis contactos me vean en persona. – le expliqué. – A algunos no les cobro, así que quiero que sepan que he sido yo quien les ha ayudado.
- Yo les cobraría a todos. – me aseguró Happy. – Y un porcentaje más grande que tú.
- El dinero está bien, pero no tanto como los favores. – esa frase se la había dicho muchas veces, pero nunca llegaba a compartir mi creencia. – Si trabajo con alguien y me paga, el caso queda zanjado. Pero si le salvo el culo y aún encima gratis, se acuerdan de que me deben una. Y eso puede venirme mucho mejor que un fajo más de billetes.
- Me quito el sombrero ante ti, Jane. – dijo Jax teatralmente. Supongo que ya era hora de dejar de hablar tanto de negocios, no fuera a ser que les gustara mi estrategia y me hicieran competencia en el mercado.
Pasé el resto del día por ahí y me di cuenta de que estaban metidos en más problemas de los que querían admitir delante de mí. Lo supe porque ni si quiera podían tomarse la tarde libre y estaban constantemente haciendo llamadas, moviéndose de un lado para otro y murmurando cosas entre ellos.
Tig fue quien pasó conmigo la mayoría de las horas. Al principio hablamos despreocupadamente y nos pusimos al día, mas luego le dije que sabía lo que le había ocurrido y que estaba aquí para consolarle si lo necesitaba. A pesar de que no me contó los detalles de la muerte de su hija, me confesó que todavía tenía pesadillas y se acostó sobre mi regazo mientras yo acariciaba su pelo. Por lo que parecía, yo seguía siendo de las pocas personas, por no decir la única, con la que se atrevía a mostrarse vulnerable y herido.
Recién había caído la noche cuando me monté en el coche tras despedirme de todos los Hijos. A penas había doblado la calle cuando les vi tomar sus motos y salir hacia quién sabe dónde. Supongo que no podrían descansar ni si quiera esa noche.
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IN LOVE & HOPELESS | SONS OF ANARCHY
FanfictionHuir era mi única opción, pero ni si quiera el refugio parecía demasiado seguro. Debí suponer que adentrarme en los Hijos de la Anarquía solo me rodearía de más violencia, aunque puede que eso no fuera lo único con lo que me encontrase. 12/4/2021 ➞...