CAPÍTULO 28. UN NUEVO COMIENZO.

191 15 5
                                    

Ya había metido mis bolsas en el maletero del coche y también me había despedido de Russell, quien todavía permanecía apoyado en el marco de la puerta esperando a que me fuera. Tanto él como yo estábamos contentos de que el trato con los Hijos hubiera salido tal y como lo preparamos, pero la hora de partir se nos hacía dura a ambos. La noche anterior me había asegurado que no le importaba perder algo de dinero por el "nuevo acuerdo de negocio", pero insistí en que el dinero que le diera a los Hijos de la Anarquía sería solo de mi parte. Era mi decisión y él ya había hecho mucho por mí; no podía pedirle más. Aun así, si todo iba bien, el negocio crecería bastante junto a los moteros; lo que significaba que seguiría ganando menos pero tendría más clientes.

Juice se acercó a mí con una pequeña sonrisa que creía forzada y yo cerré al maletero para poder prestarle toda mi atención. Esa noche habíamos dormido juntos, con la diferencia de que era yo quien me abrazaba a él. Nuestra conversación ya en ese entonces había sonado algo triste.

- ¿Tienes miedo de irte a Charming? – me preguntó.

- Un poco. – asentí. – Pero sé que todo irá bien.

- Eso espero.

- ¿Tú tienes miedo de quedarte solo con Russell?

- No lo sé. Ya hemos hablado de cómo funciona el trabajo y todo eso. – masculló receloso. – Lo que no me gusta es separarme de ti.

Ahora, mientras le miraba a los ojos, podía revivir sus palabras a la perfección. Yo tampoco deseaba poner tantos kilómetros de distancia entre nosotros, pero era lo que ya habíamos hablado y lo que tenía claro que debíamos hacer. Aún si no me hubiese vuelto a Charming, nos habríamos separado de todas formas.

- Ten cuidado. – me pidió.

- Lo tendré. – le prometí. – Tú también.

- No tienes de qué preocuparte, Russell parece un buen guardaespaldas. – bromeó y yo no pude contener tampoco la risa. No obstante, cuando volvimos a ponernos serios, sabíamos que era el momento de decir adiós. Él no parecía saber qué decir así que fui yo quien se puso de puntillas y le abrazó. Juice no tardó en rodearme también con sus brazos con vehemencia.

- Ahora todo va a estar bien. – le susurré al oído. – Es un nuevo comienzo.

- Sí. Lo sé. – asintió. – Pero te voy a echar de menos.

- Yo también.

Nuestras frentes se juntaron y, aún con los ojos cerrados, sentía que nuestros labios estaban a nada de tocarse. Me moría de ganas por besarle y por el firme agarre de sus manos en mi espalda y cintura sabía que también él, pero no debíamos. Eso solo complicaría más la despedida, por más que me jodiese reconocerlo. Cogí una gran bocanada de aire y busqué las fuerzas de donde no las tenía para separarme un poco más. Nuestras miradas se unieron, mas todo se quedó ahí. Le besé en la mejilla y di un paso atrás para separarnos.

- Llámame, ¿vale? O te llamaré yo. – le dije. Juice volvió a sonreír y asintió.

- Todos los días, si quieres.

- Me parece perfecto.

Juice me dio el espacio que necesitaba y yo abrí la puerta de mi coche. Le dediqué una rápida mirada a Russell y me pareció entrañable su pequeña sonrisa, como si estuviera viendo a una joven pareja de enamorados de película. El caso es que nuestras vidas distaban mucho de ser las idílicas que salían en los largometrajes.

- Nos volveremos a ver pronto. – le dije a Juice, quien asintió y se llevó las manos a las caderas. Finalmente, y sin querer alargarlo más, me metí en el coche y encendí el motor. Era hora de ponerse en marcha.

IN LOVE & HOPELESS | SONS OF ANARCHYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora