Ya había metido mis bolsas en el maletero del coche y también me había despedido de Russell, quien todavía permanecía apoyado en el marco de la puerta esperando a que me fuera. Tanto él como yo estábamos contentos de que el trato con los Hijos hubiera salido tal y como lo preparamos, pero la hora de partir se nos hacía dura a ambos. La noche anterior me había asegurado que no le importaba perder algo de dinero por el "nuevo acuerdo de negocio", pero insistí en que el dinero que le diera a los Hijos de la Anarquía sería solo de mi parte. Era mi decisión y él ya había hecho mucho por mí; no podía pedirle más. Aun así, si todo iba bien, el negocio crecería bastante junto a los moteros; lo que significaba que seguiría ganando menos pero tendría más clientes.
Juice se acercó a mí con una pequeña sonrisa que creía forzada y yo cerré al maletero para poder prestarle toda mi atención. Esa noche habíamos dormido juntos, con la diferencia de que era yo quien me abrazaba a él. Nuestra conversación ya en ese entonces había sonado algo triste.
- ¿Tienes miedo de irte a Charming? – me preguntó.
- Un poco. – asentí. – Pero sé que todo irá bien.
- Eso espero.
- ¿Tú tienes miedo de quedarte solo con Russell?
- No lo sé. Ya hemos hablado de cómo funciona el trabajo y todo eso. – masculló receloso. – Lo que no me gusta es separarme de ti.
Ahora, mientras le miraba a los ojos, podía revivir sus palabras a la perfección. Yo tampoco deseaba poner tantos kilómetros de distancia entre nosotros, pero era lo que ya habíamos hablado y lo que tenía claro que debíamos hacer. Aún si no me hubiese vuelto a Charming, nos habríamos separado de todas formas.
- Ten cuidado. – me pidió.
- Lo tendré. – le prometí. – Tú también.
- No tienes de qué preocuparte, Russell parece un buen guardaespaldas. – bromeó y yo no pude contener tampoco la risa. No obstante, cuando volvimos a ponernos serios, sabíamos que era el momento de decir adiós. Él no parecía saber qué decir así que fui yo quien se puso de puntillas y le abrazó. Juice no tardó en rodearme también con sus brazos con vehemencia.
- Ahora todo va a estar bien. – le susurré al oído. – Es un nuevo comienzo.
- Sí. Lo sé. – asintió. – Pero te voy a echar de menos.
- Yo también.
Nuestras frentes se juntaron y, aún con los ojos cerrados, sentía que nuestros labios estaban a nada de tocarse. Me moría de ganas por besarle y por el firme agarre de sus manos en mi espalda y cintura sabía que también él, pero no debíamos. Eso solo complicaría más la despedida, por más que me jodiese reconocerlo. Cogí una gran bocanada de aire y busqué las fuerzas de donde no las tenía para separarme un poco más. Nuestras miradas se unieron, mas todo se quedó ahí. Le besé en la mejilla y di un paso atrás para separarnos.
- Llámame, ¿vale? O te llamaré yo. – le dije. Juice volvió a sonreír y asintió.
- Todos los días, si quieres.
- Me parece perfecto.
Juice me dio el espacio que necesitaba y yo abrí la puerta de mi coche. Le dediqué una rápida mirada a Russell y me pareció entrañable su pequeña sonrisa, como si estuviera viendo a una joven pareja de enamorados de película. El caso es que nuestras vidas distaban mucho de ser las idílicas que salían en los largometrajes.
- Nos volveremos a ver pronto. – le dije a Juice, quien asintió y se llevó las manos a las caderas. Finalmente, y sin querer alargarlo más, me metí en el coche y encendí el motor. Era hora de ponerse en marcha.
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IN LOVE & HOPELESS | SONS OF ANARCHY
FanficHuir era mi única opción, pero ni si quiera el refugio parecía demasiado seguro. Debí suponer que adentrarme en los Hijos de la Anarquía solo me rodearía de más violencia, aunque puede que eso no fuera lo único con lo que me encontrase. 12/4/2021 ➞...