CAPÍTULO 29. REENCUENTRO.

215 9 1
                                    

- Espero que no te moleste que vuelva por aquí. Sé que estuve hace un par de días pero... me quedé en blanco cuando iba a hablar.

Me senté en la hierba y observé la imponente tumba de Jax Teller delante de mí. Dejé un par de rosas y luego me encendí un cigarrillo. Estaba convencida de que Jax no hubiera tardado más que unos segundos en pedirme otro.

- Ya sabes que estoy haciendo negocios con el club y todo eso, pero después de casi cuatro meses sin quitarme el ojo de encima parece que comienzan a confiar en mí. – le relaté. – Tig me ha dicho esta mañana que han aprobado que pueda hacer viajes relativamente cortos fuera de Charming así que ya tengo el equipaje listo para irme de fin de semana.

Bajé la vista a la hierba y luego la levanté al cielo, que se mantenía despejado y con el sol a medio salir. Se podía decir que sin duda hacía un buen día, pero estar aquí me dejaba un extraño sabor de boca.

- Es una putada que no pueda contarte esto en persona. – protesté. – ¿Aunque sabes lo que más lamento? Pensar que te has ido de aquí odiándome. Sé que te cabreé un montón y que te dije cosas poco agradables, pero no las pensaba de verdad, ¿sabes? Solo estaba dolida y, para que mentir, asustada.

Hice un esfuerzo por disipar la tristeza y me esforcé por sonreír levemente, tratando de buscarle el lado cómico a la situación.

- Apuesto a que te has arrepentido varias veces de haberme dejado que me quedara en el club cuando todavía huía de los Mayas.

- Él y todos. – me giré al instante para ver a Chibs apoyado en el tronco del árbol, mirándome, y no tardó en acercarse un poco más a mí.

- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

- Un buen rato. No quería estropear tu discurso. – respondió con tranquilidad. – ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?

- Vengo a mostrar mis respetos. – respondí. – Y también les he llevado flores a Bobby y a Clay.

- Puedo entender que visites a Bobby y a Jax, pero ¿a Clay? – cuestionó con notoria sorpresa. – Ni si quería os llevabais bien cuando vivías con nosotros.

- Lo sé, pero vosotros no visitáis su tumba así que no me importa hacerlo yo. – le solté deseando que no hubiese sonado demasiado a reproche. – Hay que tener un mínimo de humanidad.

- Ya, de eso vas sobrada. Al menos selectivamente.

Genial, ahora era él quien me reprochaba a mí las cosas. Lo único que podía hacer era rezar para que en esos momentos no se repitiera la charla de que Juice no se merecía ni seguir vivo ni tener una oportunidad más. Cogí una gran bocanada de aire y me puse en pie para poder quedar un poco más a su altura.

- ¿Sabes lo que pasa, Chibs? Que no me gusta ver la muerte como la forma de pagar tus pecados. – mascullé. Era bastante posible que no quisiese mantener esta conversación, pero se lo había buscado él solito al espiarme. – ¿A caso crees que tú mereces seguir vivo? ¿O que lo merezco yo? Ya ves el mundo en el que vivimos. Hemos hecho cosas horribles. A ojos de otra persona o de otra banda seguro que nos merecemos morir, pero aquí seguimos.

Chibs suspiró con pesadez y adoptó esa mueca de molestia que tan habitual se me hacía ya en él, pero no hizo amago de marcharse.

- Puedo entenderlo, ¿está bien? – acotó de mala gana. – Pero que comprenda tu punto de vista no hace que perdone a Juice. Ni ahora, ni nunca.

- Está bien. Yo también puedo entender por qué no puedes perdonarle.

Le dediqué una pequeña sonrisa ladeada y Chibs se volvió hacia la tumba de Jax. Sabía que venía aquí bastantes veces y que se le hacía siempre demasiado duro, pero juraría que cada vez se mantenía más estable.

IN LOVE & HOPELESS | SONS OF ANARCHYWhere stories live. Discover now