CAPÍTULO 8

248 14 0
                                    

De camino a Bosnia me dediqué a mirar el paisaje, desde el mar al salir de Gran Bretaña, hasta las montañas y las llanuras que atravesamos. De vez en cuando intercambiaba unas palabras con Jandiara pero sin llegar a una conversación contundente y otras veces observaba de reojo al amigo de Seth.

Había que admitir que era realmente atractivo. Pero también tenía que admitir que no me atraía como lo hacía Seth.

Maldito.

—Llegamos —anunció el piloto. Observé el aeropuerto desde las alturas y como el otro helicóptero ya se encontraba allí. Bajamos del mismo y seguimos a Kiefer el cual iba hablando con el piloto.

—Nuestra primera misión —canturreó Jandiara.

—Por fin, ¿estás nerviosa? —pregunté sonriéndole y a continuación solté una risa— porque yo estoy que me subo por las paredes.

—Yo diría más bien “emocionada” —sonrió mientras aceleramos el paso al ver que nos estaban dejando atrás.

Llegamos a paso apresurado donde los demás nos esperaban junto a dos camiones de estampado militar con una lona color caqui que cubría donde íbamos a ir sentados. Con una sonrisa incómoda, Jandiara y yo nos acercamos a Brent quien nos estaba saludando tímidamente con la mano.

—Hola chicas

—Archer —saludó mi amiga.

Noté una sensación rara en mi espalda y me giré chocando con los ojos grises que me ponen los nervios de punta cada vez que los veo. Me quedé sin respiración e incluso ignoré sin querer a Brent el cual me estaba llamando. Eso ocurrió hasta que me acordé de lo de esta mañana y aparté rápidamente los ojos. Pude oír su bufido desde mi posición. También pude oir unos cuantos pasos hacia mi dirección hasta que por el rabillo del ojo observé que Kiefer se acercaba a él, entonces Seth se quedó quieto. Aún así sentía de vez en cuando su mirada en mí.

—Soldados, subir a los camiones—anunció Duncan— en dos horas llegaremos a una explanada y allí estableceremos nuestro campamento cerca de Bužim. Hundley.

Cerré los ojos al oír mi apellido salir de su boca. Seguidamente le miré.

—Ven.

Miré hacia mis compañeros y Jandiara me miró con una mirada denotando su curiosidad ante la llamada de nuestro superior hacia mí. Me acerqué lentamente a Seth mientras evitaba su mirada.

—¿Qué quieres? —pregunté bruscamente cruzándome de brazos.

—Ay… nena, te he dicho que trates bien a tu superior —se rió, creo que para relajar el ambiente, cosa que no funcionó. Se calló y pude observar de reojo como se mordía el labio inferior— lo siento.

Levanté mis cejas hacia él incrédula.

—Lo siento, ¿vale? —suspiró— Lynn, yo… —se removió nervioso causándome ternura— no quiero tratarte mal ¿vale? —repitió— pero es complicado… es complicado para mí

—¿Vale? —dijimos a la vez. Solté una risa floja.

—No sé por qué pero quiero que sepas cosas —dijo demasiado nervioso como para comprender.

—¿Cosas? —pregunté sonriendo.

Suspiró, supongo intentando relajarse.

—Yo soy así por una razón —fruncí el ceño confusa— no sé por dónde empezar. Tú eres…

—¿No me vas a presentar a la señorita Duncan? —me sobresaltó la voz del teniente Jones. Y como ya me había pasado cuando quedé con Brent, de nuevo no quería que nadie nos hubiera interrumpido.

AMOR Y PÓLVORAWhere stories live. Discover now