La Guardería

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¡Bienvenidos sean todos!

Hoy les damos la bienvenida a los padres y a sus niños, esta es la mejor guarderia de la ciudad, no se lo perderán.

Les aseguramos que su pequeño niño se divertirá jugará y aprenderá, bajo nuestros excelentes cuidados.

Contamos con unas instalaciones de primera, aulas climatizadas, camas para que tomen la siesta y personas totalmente capacitadas para cuidar a la perfección de sus pequeños vástagos.

¡No espere más!

¡La Guardería Olympus tiene inscripciones abiertas hoy!

Dirección: Av. Los Álamos entre la calle los Olmos y la décima.

Telf: 527 -12436 o 527 - 1426 ext: 234

Era el anuncio que leía una castaña, se lo habían entregado hacia un rato cuando salía del centro comercial. La verdad estaba necesitando mucho de aquella ayuda.

—¡Mamá! ¡Mamá! ¡Ti me tocó! —Gritaba uno de sus hijos gemelos desde el cochecito que empujaba.

—No es cierto —Le sacaba la lengua el pequeño niño que iba de su mano con un arnés puesto.

—Si lo toco, yo lo vi —Dijo el castaño que estaba a su otro lado.

—Tú cállate Bele que tu no viste nada —Gruño de nuevo el hasta ahora llamado Ti.

—Yo te vi —Devolvió el pequeño castaño.

—¡Míralo mamá! ¡Me está llamando mentiroso! —Ti empezó a jalarla del brazo.

—Mamá —Dijo otra vocecita que perteneciente a un rubio que estaba de la mano del castaño parecía ser el más grande de todos, pero no pasaba de los cinco años. La castaña lo miro —Per se come las galletas —Señalo al otro niño que iba en el coche, que inútilmente oculto el paquete detrás suyo.

—¡Dame! —Grito el otro niño que iba en el coche.

—¡Mías, mías, mías! —Grito el que tenía el paquete mientras intentaba que el otro no las alcanzara.

La castaña comenzó a pensarse seriamente lo del anuncio que tenía en su mano. Ella suspiró mientras quitaba las galletas de las manos del pequeño.

—Las galletas son de todos, Percy —hablo con voz suave mientras le quitaba el paquete y comenzaba a repartirlas, debido a que estaban abiertas ya. Percy la vio un puchero y comenzó a llorar, lo que desencadenó un llanto colectivo. —Una guardería sería excelente —Murmuró mientras volvía a empujar el coche tratando de no mirar a su alrededor.

La castaña no la tenía fácil, recién una de las niñeras había renunciado, ni por más que había contratado a dos de ellas estas no duraban. Ella tenía cinco hijos en total, ella consideraba a todos sus hijos, aunque el mayor no lo era pero es que ella lo había cuidado desde que era un bebé prácticamente.

El mayor y único rubio era Orión, tenía 5 años, su madre murió cuando lo dio a luz, los siguientes eran los mellizos Tritón y Belerofonte, uno castaño y el otro pelinegro, tenían un carácter totalmente opuesto uno del otro que a veces dudaba que fueran mellizos, tenían 4 años y por último estaban los gemelos. Si vaya fuera su suerte, con solo dos embarazos y ya casi completaba el equipo de básquetbol o al menos medio equipo de fútbol. Los gemelos Teseus y Perseus que tenían tres años a la cuenta.

Ellos alegraban sus días y también perturbaban su paz, Orión era el más tranquilo de los cinco pero igual que cada niño tenía sus momentos y esos momentos eran cuando tenía preguntas y ganas de leer. Tritón solía ser calmado excepto cuando uno de sus hermanos se metía con sus cosas, entonces era cuando todo se descontrolaba. Belerofonte era tranquilo y siempre observando todo a su alrededor pero cuando era momento de jugar era de lo más inquieto. Los gemelos... ¡Ah! Los gemelos eran un total caso, Teseo era el más inquieto de los dos.

Las Aventuras De La Guardería Olympus [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora