Niña Perfecta

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—Y entonces que se dice, Octavian? —Decía una mujer mayor que iba de la mano con un pequeño rubio de ojos azules.

—Por favor y gracias —respondió, en su mano llevaba un oso de peluche que le había dado su abuela este día tan importante.

—No hay que gritar, ni golpear ¿entendido? —seguía diciendo la mujer y el pequeño rubio de no más de tres años asintió enérgicamente —Tampoco tienes que llorar, yo vendre por ti más tarde —

—¿Y mamá? —pregunto viéndole, después de todo su madre había prometido ir a verlo a la guardería.

La mujer hizo una imperceptible mueca ante su pregunta pero después le sonrió dulcemente.

—Tal vez ella no pueda ir a verte hoy por eso digo que yo vendré por ti ¿de acuerdo? —el pequeño pestañeo varias veces antes de asentir renuente. La verdad el quería que su mamá y su papá lo recojan, le agradaba su abuela pero extrañaba a sus papis, estos trabajaban todo el día en la oficina y apenas lo veía.

Siguieron caminando unas cuantas cuadras hasta estar frente a la guardería Olympus, la mujer veía a su pequeño nieto, el único que tenía y le preocupaba, los padres apenas le ponían atención y la poca que le prestaban no le hacia ningún bien a su infantil mente. Los padres de Octavian, el señor y la señora Augurum, eran unas personas verdaderamente difíciles de tratar. La mujer no sabia como es que su hija se pudo convertir en alguien así.

—Adiós Abue —se despidió el niño cuando llegaron delante de las puertas y una de las chicas que trabajaba ahi le tenia de la mano.

—Adiós Octavian, no olvides que debes portarte bien y cuida de Teddy —ella beso su mejilla antes de dejarlo en las manos de Silena e irse.

—Bien, vamos a dentro y te mostrare el lugar ¿te parece? —el pequeño rubio asintió ante las palabras de ella y la siguió.

—Solo perfección Drew ¿entendido? —hablaba un hombre con un traje bastante caro y un reloj de oro. Iba dentro de un auto de color gris, tenía un chófer que lo manejaba, a su lado iba una pequeña niña
que parecía una de esas preciosas muñecas de porcelana, rasgos asiáticos igual que el hombre, su cabello largo hecho dos coletas y su uniforme de la guardería, asintió.

Pronto el auto se detuvo y la niña bajó ayudada por el chófer, miró a todas partes antes de avanzar junto con este, habían varios niños corriendo hacia la entrada de la mano de hombres de traje como el de su papá y otros de mano de mujeres.

— Entonces, no se lanzan juguetes, ni flechas Lee —iba diciendo una mujer rubia a un niño parecido a ella de unos cuatro años.

—Pero ¿Y si me lo lanzan primero? — cuestiono el pequeño y ella sonrió.

—Aún así, no — respondió ella y Drew se los quedo mirando mientras caminaban y ella junto con el chófer pronto les dieron
alcance — Buenos días — saludo amablemente la mujer.

— Buenos días — asintió el chófer de la pequeña y ella se quedó mirando detenidamente al niño que iba de la mano de ella.

—Hola — saludo el pequeño.

— Pero que encanto niña — la mujer le sonrió a la pequeña y ella se puso recta.

—Buenos días —hizo una reverencia y la mujer sonrió.

—Oh pero que educada.

—Lo es — fue todo lo que dijo el hombre y pronto llegaron delante de las maestras.

—Buenos días —saludo Silena, el hombre le entrego la mano de Drew que llevaba su mochila a sus espaldas junto con su lonchera.

—Buenos días y regreso por usted más tarde señorita Tanaka — el hombre hizo una reverencia y después se fue. Silena solo se quedó mirándole.

Las Aventuras De La Guardería Olympus [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora