Otoño

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El clima estaba cada vez más frío pero eso no le importaba a dos pequeños niños castaños a los que su madre les había pues un par de abrigos muy grandes, también botas, guantes y gorros. Mismos que ya habían sido dejados de lado hace cinco minutos pues estorbaba para la ardua actividad que estaban realizando en este momento. Estaban saltando sobre las hojas del árbol que había en el patio trasero de su casa.

—¡Travis! ¡Connor! —llamo una voz desde adentro de la casa haciendo que los dos pequeño se detengan en el acto y sonrían mientras saltaban una vez más sobre las hojas haciéndolas crujir — ¡Travis! ¡Connor! ¿Dónde están niños? — la voz se oía cada vez más cerca pero los pequeños seguían saltando sin más sobre las hojas.

Una mujer de cabello castaño como el de ellos y de ojos café claros salió a la puerta del patio donde los niños estaban saltando de lo más divertidos. Ella resoplo al ver que los pequeños simplemente estaban jugando como si ella no les estuviera llamado desde hace un buen rato.

—¿Es que acaso mis dos hijos están sordos? — cuestiono ella con los brazos en la cintura, frunciendo el ceño y mirándolos fijamente. Ellos dejaron de saltar y vieron a su madre con esos ojos tan azules que le habían heredado a su padre.

—Hola mami — saludo con su manito el más grande de los dos y mostrando esa sonrisa de inocencia. La cual ella ya no se creía para nada.

—Hola — le siguió el más pequeño también moviendo su manito. Ella suspiro.

—Nada de hola mami ¿Dónde están sus gorros? — comenzó a buscar con la mirada estos. Ellos solo se escogieron de hombros y siguieron saltando hasta que ella los detuvo una vez más —Es hora de ir a la guardería —Tomo los gorros y guantes cuando los encontró y se los puso.

—Pero, queremos seguir jugando —hizo un puchero el más grande de los dos mientras su madre le ponía el gorro.

— Jugaran en la guardería cariño —respondió su madre mientras ponía el gorro al más pequeño y luego lo levantaba en sus brazos.

—Pero en la guardería no hay hojas —decía el que estaba en sus brazos para luego sacarse el gorro de la cabeza y tirarlo al suelo cuando su madre se agachaba a levantar a su otro hijo —Gorro feo —

—Connor, no —regaño ella y el mas grande salió corriendo.

—Quedarse en casa —se metió corriendo a la casa en lo que ella recogía el gorro de Connor.

—Travis, ven aquí —exclamo ella sosteniendo mejor al otro que aún estaba en sus brazos.

—¡Corre, Travis! ¡Corre! ¡Corre, Travis! —alentaba Connor desde los brazos de su madre mientras está corría tras su hermano intentando agarrarlo antes de que se fuera debajo de la mesa pero no lo logró.

—Te tengo —dijo otra voz afuera de la habitación hacia donde había huido el pequeño castaño escapista.

—Papá, no —se quejo el pequeño mientras venia en los brazos de un hombre castaño de ojos azules.

—Papá si —lo acomodó en sus brazos —Buenos días, cariño — saludo el hombre a la mujer.

—Lamento que te despertaran amor —ella suspiró tomando las mochilas de ellos junto con las loncheras —Vuelve a la cama, los llevaré a la guardería —

—Te ayudo a llevarlos al auto —logro hablar apenas porque su hijo estaba estudiando sus mejillas y moviendolas.

—Papi tiene líneas y está viejo —decía el pequeño Travis moviendo las mejillas de su papá mientras lo cargaba al auto.

—No quiero gorro —se quejaba Connor en los brazos de su madre mientras se lo quitaba una vez más.

—Hace frío cariño, lo necesitas —explicaba su madre mientras lo metía al auto y le ponía el gorro una vez más, el padre de ellos subió a Travis.

Las Aventuras De La Guardería Olympus [Terminada]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum