No es tan facil

4.9K 500 259
                                    


-Okay. Ahora puedes explicarme, ¿por qué nunca contestaste tu teléfono o me llamaste? Estás a salvo en la casa de tu madre...

- Ya te dije que no estaba en su casa. Perdí mi celular y tenía miedo de llamar.

- ¿Por qué?

- Olly. Pensé que aún estabas con él. Llamé una vez, como tres días luego de irme y él atendió.

- Nunca me lo dijo. Hijo de perra.

- Estaba celoso. Siempre lo supo.

- ¿Qué es lo que siempre supo?

- Que eres mío. – y Harry lo besó. Bueno, besarlo es una forma de decir, parecía que estaba tratando de robarle el alma con la boca, probablemente. Louis estaba en shock, lo dejó besarlo y sintió sus manos en sus costados, el cuerpo cálido contra el suyo, su esencia envolviéndolo. Harry era un gran besador, Louis debía al menos admitir eso, mordiendo cuando debía, lamiendo cuando tenía que lamer, no demasiada saliva y –demonios – si ya no estaba duro.

Harry puso sus manos en la cintura de Louis y notó que podía cubrirla completamente, sus dedos corazón tocándose en la parte baja de la espalda de Louis. Se giró.

- Estás demasiado delgado. Mira esto, Louis, puedo rodearte la cintura. – dijo, sus labios en la mandíbula del mayor.

- No pude... evitarlo, no puedo pensar cuando haces eso. – Harry soltó una risita (soltó una risita, este chico causaría la muerte de Louis), y se detuvo.

- Te haré comer hasta que vuelvas a lucir sano.

- Luzco sano. Sólo delgado. Delgado no es malo. De hecho me gusta de esta forma.

- Pero extraño tus muslos – beso – y tu estómago – y tus brazos – beso – y tu trasero. – beso. Louis se rió pero lo alejó.

- Mi trasero es lo único que extrañas. Pervertido. A propósito, aunque no sea tu padre biológico, aún soy quien te crió. Te di de mi pecho, Harry.

- ¡Oh mi Dios! ¡¿Hiciste eso?! Eso es... extraño. No necesitaba saberlo.

- Solo para que sepas qué tan padre tuyo soy.

- Más como madre, de hecho.

- Cierra la boca. Ve a tomar un baño. Apestas.

- Mi celo está por venir. Apestaré más, si a eso te refieres.

- Me refiero a que hueles como pescado.

- Oh. Okay. – Harry trató de besarlo, pero Louis movió la cara.

- Ya hablaremos de esto. No ahora.

- Okay.

Pero no lo hicieron. Louis estaba casi dormido en su cama cuando Harry apareció, metiéndose en la cama sin dudarlo, rodeando a Louis por detrás y respirando en su cuello. Louis se durmió en sus brazos, sonriendo aunque se negara, sintiéndose a salvo y amado por primera vez en años.

La semana siguiente Harry estaba en celo. Y le rogó a Louis que se quedara. Obviamente, Louis se fue. Y Harry estaba realmente enojado cuando regresó.

- ¿Por qué tuviste que irte?

- No me voy a emparejar contigo. – fue como un baldazo de agua helada para el alfa.

- ¿Qué?

- No me voy a emparejar contigo.

- Estás jugando conmigo. Louis, no soy tu hijo. Entiendes eso, ¿cierto?

- Sí, pero yo te crié, Harry.

- Estás jodiendo conmigo, ¡no puedes hablar en serio! ¡No puedes hacerme esto! – su cara se tornó roja y sus ojos, aguados. Louis tenía ganas de llorar. – Lo fui a buscar, te demostré que ahora podemos estar juntos. Regresé para estar contigo como tu pareja, no como tu hijo.

- Lo siento, pero no puedo.

- ¡¿No puedes?! ¡¿No puedes?! Explícamelo, por favor, cómo no puedes cuando dormimos juntos cada noche; cuando miramos películas acurrucados en el sillón, cuando comemos juntos y nos divertimos... ¡y te besé! ¡Me dejaste besarte la otra noche!

- Fue un error.

- Tú... maldito mentiroso, tu... ugh, te odio, Louis. Te odio. – Harry cerró la puerta, y Louis suspiró. Pero cinco minutos más tarde, Harry abrió la puerta con una mochila en el hombro y Louis se congeló en su lugar.

- ¿Qué estás haciendo, Harry? – preguntó, sin respirar.

- Me voy, obviamente.

- No, no puedes irte. Lo prometiste.

- Lo prometí porque creí que lo comprendías, cómo te quería, cuánto quería estar contigo y estabas bien con eso. Pero viendo que tú aún te... rehusas a estar conmigo, incluso cuando nada lo impide, me voy. Hasta que cambies de parecer o yo encuentre una pareja con quién regresar. – estaba enojado, y era una mentira. Nunca iba a encontrar una pareja, iba a conseguir a Louis, aunque fuese a los ochenta, pero moriría siendo el alfa de Louis.

- ¡No! No puedes, ¡no lo entiendes! Te amo, te amo ¿de acuerdo? Te lo dije, pero no puedo...

- No puedes permitirte ser tú mismo. Eso es lo que ocurre. Voy a cambiar mi apellido.

- ¡¿Qué?!

- Desde ahora, llámame Harry Styles. Nos vemos, Louis.

Y se fue.

Ese era un horrible hábito suyo, irse y dejar a Louis atrás, llorando en el piso y arañando su propia piel con necesidad.

Harry no pudo olerlo, pero Louis estaba en celo.

The Dumbest MistakeWhere stories live. Discover now