48.- Experimentos

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He tenido la oportunidad de leer tratados científicos acerca de la licantropía

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He tenido la oportunidad de leer tratados científicos acerca de la licantropía. Debo admitir que tienen un interesante punto de vista acerca de la existencia de estas criaturas de la oscuridad, y la propagación de la maldición.

Los científicos contemporáneos indican que la licantropía es una enfermedad infecciosa que se transfiere a través de la mordedura. Ellos le llaman "virus". Y dicen que este "virus" se propaga por el cuerpo. Su objetivo es estudiar el "virus" que causa que un humano se transforme en licántropo, y de esa manera encontrar un antídoto que los cure.

A pesar de las desavenencias entre nuestros bandos, debo admitir que la comunidad científica tiene una postura reveladora al respecto. Tal vez eso que nosotras hemos llamado maldición no es otra cosa que este virus. Y sí, tal vez analizando el virus se encuentre una cura. Yo, como bruja estudiosa, puedo admitirlo sin vergüenza.

Pero los hombres son orgullosos. Están empecinados en encontrar la cura sin nosotras, y para todas es claro que jamás lo lograrán de esa manera. El hombre en su orgullo pretende olvidar que esto no es un trabajo individual. Este virus-maldición de la licantropía fue creado con magia. La magia de las sombras de Annevona. No importa cuánto se esfuercen: Sin magia, la cura no es viable.

Anotaciones sobre la ciencia moderna

Amphelise de Thacir

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Cuando escuchó el auto acercarse no imaginó que ella llegaría también. Quizá debió confiar en su intuición, pues todo el día sintió que algo no andaba bien del todo con ella. Que la necesitaba. Sus sospechas se confirmaron cuando Zack detuvo el auto, y Aurea prácticamente salió corriendo del vehículo para darle el encuentro.

Antes de que pudiera reaccionar la bruja le dio un abrazo. Abish correspondió, y cuando pensó que eso solo era un saludo típico de Aurea, se dio cuenta que esta no quería soltarla. Algo pasaba.

—¿Estás bien? —le preguntó la cazadora. Aurea había pegado el rostro a su pecho, la abrazaba como si buscara su protección.

—Tengo un drama.

—Siempre. —Completó ella. ¿Aurea sin dramas en la vida? Imposible.

—Prométeme algo.

—Bien.

—Promete que vas a proteger mi útero de los intrusos.

—Pero qué mierda...—Ni siquiera se pudo contener, se le escapó eso. Y Aurea que no la soltaba.

—Solo promételo.

—Si, si. Lo juro, ¿ahora me dices qué está pasando?

—Mi aquelarre quiere que me embarace, y yo no quiero.

—¡Aurea! —Gritó sorprendida. Ni siquiera pudo mantener la postura, solo se separó de ella y buscó su mirada—. ¿Me estás hablando en serio?

Memorias de Xanardul: Las escogidas [#1]Where stories live. Discover now