Con A de Asher [COMPLETA]

Capítulo 11 | Demonios

—¿Por qué lo haces? —pregunto tragando saliva.

Ni siquiera se si quiero saber la respuesta.

—Para escapar —responde en un tono frío y contundente.

Hago el intento de posar mi mano sobre la suya, pero en cuanto la levanto, la detengo en el aire y la devuelvo a su posición. Todo esto me está superando.

—¿De qué? —pronuncio finalmente.

—De mis propios demonios.

Al decir aquello, giro la cabeza en un acto reflejo y me encuentro directamente con sus ojos azules clavados en mí. Esta vez no lucen chispeantes y llenos de vida, sino que parecen más bien el mar en un día de tormenta; oscuros e impenetrables.

Por un momento mi yo inocente espera que me diga que todo es una burda mentira y que en realidad nunca ha consumido drogas, pero esa posibilidad se esfuma cuando pronuncia aquellas palabras cargadas de rabia:

—Creo que debería felicitarte.

Mi cara es la viva imagen de la confusión. ¿Qué?

—Ya tienes la excusa que llevas buscando todo este tiempo para sacarme de tu vida —continúa—. ¿O es que no piensas que soy un ser despreciable por consumir cocaína? —escupe con una ira que se esfuerza en contener. Las venas de su cuello están hinchadas y la tensión que se proyecta en su mandíbula es más que evidente.

Mi silencio consigue hacerle reaccionar.

—Lo peor es que pensé que no eras como el resto. Suelo calar a la gente en cuanto la veo, pero está claro que contigo me equivoqué. Me has juzgado sin darme la oportunidad de explicarme —afirma con la voz cargada de aversión y clavando sus ojos en la pared blanca que hay frente a nosotros—. Si las miradas matasen, yo ya estaría muerto.

Acto seguido se levanta de mi cama, recoge su ropa y desaparece de la habitación dando un portazo.

¿Pero qué demonios acaba de pasar?

Me quedo inmóvil en la misma posición durante varios minutos, con la mirada fija en la puerta por la que acaba de salir Asher. Quizás sea cierto que me haya equivocado al juzgarle tan rápidamente, pero también es cierto que no le conozco bien.

Apenas le he visto cinco o seis veces, aunque admito que en cada una de ellas una corriente eléctrica ha recorrido centímetro a centímetro mi delgado cuerpo, y que incluso he llegado a plantearme si siento algo más por él que una simple atracción.

El hecho de tenerle cerca aviva todo mi ser. Su forma de hablar, su manera de comportarse y el efecto que produce su tacto en mi piel es indescriptible, celestial. Sin embargo, el pedestal en el que mi cabeza lo ha situado, se ha desmoronado por completo. Ahora mismo no se qué pensar.

La pantalla de mi móvil se ilumina y un nombre aparece en ella de forma intermitente: Paolo.

—Dime Paolo —respondo secamente.

No tengo ganas de hablar por teléfono ahora mismo. Pero ni un poquito.

—¿Y esa voz de niña del exorcista? Acabas de espantar todo mi positivismo.

—Es culpa tuya por llamarme a estas horas de la noche. ¿Qué quieres? —inquiero sin cambiar mi tono de voz.

Paolo resopla a través del auricular.

—Tengo la solución a tus problemas.

—¿Eh?

Eso no me lo esperaba. Pensé que su llamada se basaría en contarme alguno de sus dramas con Bruce. Ya estoy acostumbrada a sus llamadas trasnochadoras, siendo lo habitual cuando sale con algún chico nuevo. Paolo siempre ha sido un poco dramático, incluso tiene tatuado en el dorso del brazo "vive hasta que te duela". Todo él es una mezcla entre Meryl Streep, Jon Kortajarena y Chandler en friends.

—Mañana a las cuatro estate en la dirección que acabo de enviarte por WhatsApp. Confía en mí.

—¿A dónde iremos? ¿Y cómo se supone que vas a resolver mis problemas?

—Mañana te lo contaré todo. No seas impaciente, honey.

Y cuelga.

Aquella noche sueño con un chico de pelo oscuro y ojos claros. Un niño que ríe a carcajadas mientras juega con su muñeco favorito en un prado verde, hasta que una sombra lo atrapa y se lo lleva al abismo con él.

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Se que es cortito, pero por eso voy a subir el siguiente ahora mismo 🔥🔥

💥 Solo os digo que os preparéis porque viene fuerte 💥

Atte:
Wilmanet✔️✔️