xxix. la sombra

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DEMENCIA,
capitulo veintinueve: la sombra!


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          JOY WILLIAMS INHALÓ EL AIRE FRÍO QUE LLEGÓ A SU NARIZ EN CUANTO SALIERON HACIA LA SUPERFICIE, sintiendo una paz absoluta que nadie podría quitarle, ni siquiera Chris intentando de molestarla. Nadie podía perturbarle de esa manera luego de que toda la adrenalina terminase drenándose de su ser luego de una muy buena pelea, librada en un campo de batalla donde tenían una simple misión: vencer. El proyecto Talos había sido un completo fracaso y el resto de los soldados terminaron de hacer su trabajo mientras ellos continuaban buscando a Sergey. Joy se decepcionó muchísimo cuando descubrió que el bastardo había logrado escapar y finalmente, lograron apagar los sistemas principales, incluyendo la computadora inteligente que tanto admiraba el científico ruso. Toda la información de proyectos y pruebas había sido eliminada, dejando nada a su paso. Joy quemó la carpeta que Vladimir le enseñó y detonó un explosivo en aquella cámara, destruyendo el cadáver de Rhina en el proceso.

          Y luego hubo paz.

          Williams se mostró silenciosa en el trayecto que tuvieron hacia la superficie.

          Había demasiadas cosas pasando por su cabeza.

          En primer lugar, estaba Sergey Vladimir, cabeza de lo que sería la sección europea/rusa que tenía Umbrella allí; quien aparentemente había decidido desaparecer como si fuese humo, dejando más preguntas que respuestas concisas que necesitaban al menos para poder comprender y, además, por encima de todo eso, él era un terrorista que no dejarían de buscar por mucho tiempo, aunque él intentase esconderse como una rata asustada. Joy sabía perfectamente que no podía vivir con ciertos resentimientos, que no podía vivir por siempre con aquellas emociones tan negativas — llevándola a la conclusión de que debía dejar ir y hacer lo que es correcto: haber aceptado que sus compañeros de pelotón ya estaban en paz con ella. Sin embargo, eso no acababa allí.

          Al parecer, nunca se acababa allí.

          En segundo lugar, estaba el cadáver de su compañera, Rhina Jansen, quien finalmente descansaba en paz. Williams sabía que tardaría bastante en borrar el dolor que sintió al verla en un estado tan deplorable, así que realmente esperaba alguna respuesta más concreta por parte del anfitrión ruso que hizo que su visita fuese una autentica mierda. No obstante, Joy sabía que se trataba de un camino personal, de algo que ella podría indagar por su cuenta y así poder saber realmente qué fue lo que sucedió esa madrugada de octubre, finalmente para continuar caminando rumbo hacia la siguiente etapa de su duelo (el cual se había hecho demasiado largo para su gusto) y así poder aminorar el dolor inconsciente que se encontraba alojado en su pecho.

          No lo fuerces, no lo esperes, deja que simplemente fluya.

          (Ella le debía un par de copas a la doctora Atlas.)

ENEMY ━━ Chris Redfield ¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora