xl. el camino por recorrer

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ORDEN DE MUERTE,
capitulo cuarenta: el camino por recorrer!


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          SI ACOSTARSE ABRAZADO A ALGUIEN ERA UNA SENSACIÓN TAN MARAVILLOSA, despertarse siendo sostenido por alguien era mil veces mejor para Joy, era extraño, era nuevo, pero dentro de todo cálido. Pequeños rayos de sol se filtraban entre las cortinas cerradas que tenía la habitación e iluminaban un poco el rostro de la rubia, quien se acomodó mejor en su posición, hundiendo su rostro en el cuello de Chris para poder acurrucarse mejor entre las sábanas. El castaño dormía plácidamente a su lado, completamente desnudo como el día que vino al mundo, al igual que ella — el olor mezclado de aloe vera y jazmín prominente en las sábanas blancas donde los tapaba a ambos. Súbitamente, Redfield apretó su agarre contra el cuerpo de la rubia, básicamente pegándola a su cuerpo desnudo para sostenerla mejor, hundiendo su rostro en el cabello de su amante. Joy acarició el brazo del castaño con su dedo, suavemente, sintiéndose sonrojada al recordar lo que habían hecho anoche.

          Parecía imposible el haber negado la atracción física que se tenían entre ellos.

          (Y como esta terminó explotando como si fuese el Monte Vesubio.)

          Tantas emociones contenidas, tanto escondido, tanto enterrado para que el otro no lo supiese.

          Chris no dudó en cerrar la puerta de la entrada antes de poner a Joy contra esta, besando sus labios como si fuese la última vez que los besaría, como si ella simplemente desapareciera si él se apartaba de su lado. Él la besó con tal castidad que ella parecía estar hecha en una mezcla de mármol y cristal, dejando que el suelo termine mojándose por el agua que caía de sus cuerpos. Joy se separó cuando ya no tenía más oxígeno, posando ambas manos en las mejillas del castaño, mirándolo con puro y genuino cariño. Chris le dio uno, dos besos en sus labios antes de recorrer su mejilla para luego terminar atacando su cuello sin ningún tipo de vergüenza. Joy estaba prendida fuego, o al menos aquellos besos dejaban mucho que desear, pero nunca había visto a alguien actuar tan desesperada y apasionadamente como lo hacía Chris en ese momento. Ella jadeó, completamente ebria y desbordada por tanto afecto, que no dudó en tironear el cabello de su compañero y Chris se separó de ella.

          Oh.

          Ella se sonrojó al ver aquellos orbes marrones-verdosos mirándola fijamente.

          Parecía ser la combinación perfecta de amor, hambre y pura lujuria.

          Por ella y para ella.

          Inevitablemente, Joy también se encontraba así y no tardó en volver a besarlo con la misma pasión que antes. Chris decidió tomar la iniciativa en ese momento, apagando las luces de la casa y llevando a la rubia hacia la habitación que compartirían aquella noche de tormenta. Su espalda estrelló contra una de las paredes y el castaño cerró la puerta con una patada, dispuesto a hacer claras sus intenciones con ella en ese momento — Joy lo entendía, Joy lo quería y llegar a esa conclusión de querer tenerlo por completo la volvió loca de lujuria. Hasta incluso de amor. Ella soltó un jadeo cuando Chris tocó la piel expuesta por debajo de su sudadera, permitiendo que el castaño intensificase el beso que compartían, dejándola sin aliento — arrebatada e impetuosa como ella lo era. Sus manos eran más grandes que las de ella, eran cálidas e inclinadas a ser un poco rugosas debido a utilizar armas, a pesar de tener guantes. Pero había suavidad en ellas, había anhelo mientras exploraban la espalda de la rubia.

ENEMY ━━ Chris Redfield ¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora