El repercutir de una casi relación

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Una semana había pasado desde la discusión de Levy y Lisanna. La relación de Natsu y Lucy parecía no mejorar. No se dirigían la palabra, se podría decir que se ignoraban.

El grupo seguía estando igual a pesar de discusión de Natsu y Lucy. Aunque la reciente enemista hizo que Natsu se alejara del grupo, decidía pasar sus horas de descanso en la azotea y algunas pocas veces con Lisanna.

En vista de esa decisión, la banda se vio afectada, las practicas la tenía que cubrir Gray, ya que, ni las amenazas de Erza, ni las caras triste de Wendy y Gajeel, funcionaban para que Natsu volviera a las practicas.

Gray intento recuperar el lado explosivo de Natsu, lo que le provoco un regaño del docente por dañar unos libros y un castigo de Erza.

Lucy por su parte, almorzaba con el grupo, aunque su humor era más volátil. La mención de Natsu la ponía de mal humor. Levy se encargaba de acompañarla a casa, ya que, Gray era arrastrado a las prácticas de los Syaler.

Lisanna dejó escapar un suspiro, esperaba que la situación mejorara. Sentí la tensión en el ambiente en cuanto a Lucy y Natsu. En vista de eso, trataba de acompañar a Natsu, aunque sacarle conversación a Natsu era tan difícil. Debido a la discusión con Levy también se apartó del grupo, por lo tanto a veces comía con Natsu o comía sola en la zona abierta de Fairy Tail.

Ese día era San Valentín, el día esperado por todas las chicas que ansiaban confesar sus sentimientos, Lisanna era una de ellas. Se preparó las noches anteriores, con búsquedas en internet para la realización de chocolate.

Ella era un desastre en la cocina a pesar que su hermana era la ex presidenta del club de economía doméstica. Propuso hacerlo sin necesitar la ayuda de su hermana. Así que quemo muchas ollas, y probó muchos chocolates salados. Hasta finalmente dar con los chocolates con la forma y el sabor perfecto, los coloco en una caja en forma de corazón en donde coloco un lazo y ya estaba listo para entregar.

-Hoy es el día-Confesó notando los chocolate guardado en su maleta.

Las clases avanzaban a su ritmo normal, Lisanna no lograba tomar los apunte debido a su reciente nerviosismos, cada vez que observaba la hora faltaba menos para entregar los chocolates. Finalmente la campana sonó, anunciando su primer descanso, nuevamente se estiro para destensar todos sus músculos, guardo todas sus cosas y tomo sus chocolates.

-Este es el momento Lisanna, no tienes por qué acobardarte-Confesó tomando aire y avanzando fuera del salón.

Comenzó a avanzar por los pasillos, trato de ocultar los chocolates cuando se cruzaba con algún estudiante. Finalmente en ese momento lo vio. Caminaba por los pasillos distraído. Cuando decidió irse con su tía a Edolas, pensó mucho en su amor de infancia.

Esta vez se confesaría. Con un suspiro avanzó hasta donde estaba él.

-Me gustas-Confeso mientras sus mejillas comenzaban a adquirir ese tono carmesí-Desde que me fui a Edolas, pensé en dejarlo pasar sin embargó, he vuelto y sentí que era mi oportunidad.

-Lisanna-Le escucho pronunciar mientras ella se inclinaba y extendía su caja de chocolate.

Solo esperaba su respuesta, ¿no salió tan mal?

-.-.-.-

-¿Natsu?-Escucho la voz de una niña.

Ahí noto que estaban sentados en la laguna del parque que quedaba cerca de la antigua casa de la niña.

-¿Qué?-Pregunto mientras apartaba el trozo de galleta que devoraba.

-¿Me extrañarías si me voy lejos?-Preguntó mientras batía sus pestañas.

Realmente no somos hermanos comunes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora