en mis venas; trueno

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MATEO

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Una hora en avión y aterrizamos en Uruguay.

A Emi no le cae bien Angie y se nota muchísimo, siempre que ella le pregunta algo él contesta con monosílabas y eso hace que el viaje sea tenso.

El show va a ser mañana pero decidimos venir el día de antes para hacer un poco de turismo.

Llegamos al hotel y vamos a la recepción para recoger las tarjetas de acceso, luego tomamos el ascensor, nos adentramos en el pasillo y paramos en nuestras respectivas habitaciones.

— Vale, nos vemos aquí dentro de una hora para ir a ver los alrededores, Mateo te puedes quedar a descansar si quieres — sugiere mi padre.

— Sí, por favor.

— Pensándolo mejor yo también me quedo, ando cansada — dice Angie tocándose el cuello.

Se escucha un suspiro y sé sin mirar que ha sido Emi, le miro y observo divertido como rueda los ojos.

— Vale, como quieras.

Entramos a nuestra habitación, mi hermano, mi padre y yo compartimos una y Angie esta en la otra.

La suite consta de dos camas: ellos dormirán en una y yo en la otra.

— Emi, ¿nos vamos o quieres descansar un rato?

— Vamos pa.

— Descansa Mateo.

— Descuida papá.

Cinco minutos después estoy solo.

Seguramente Dafne estará en clase pero aún así le escribo un mensaje para informarle de mi llegada.

Daf

ya he llegado, qué tal todo por
ahí?

Espero unos minutos y dejo el móvil en la mesilla al ver que no me contesta.

Ayer después de la conversación que tuvimos me quedé a cenar, en parte necesitaba asegurarme de que todo estaba bien entre nosotros y de despejar sus dudas.

Antes de marcharme me afirmó que lo entendía y que no me preocupara, que me centara en pasármelo bien y dar el show de mi vida.

Miro al techo y noto como los párpados me empiezan a pesar, mi padre tiene razón, ayer no descansé nada adelantando tarea y debo dormir un rato.

Estoy en ello cuando escucho la puerta cerrarse, abro un ojo y como sospecho es Angie.

— Hola, no pensé que estarías durmiendo — dice apoyándose en el marco de la puerta.

— Ayer no dormí nada — explico mientras miro el móvil.

Tengo un mensaje y no dudo en abrirlo.

Daf

todo bien aunque te echo un poquito
de menos

solo un poco? :/

un mucho :)

— Es ella, ¿verdad? — levanto la mirada de la pantalla.

— ¿Qué si es quién?

— Dafne. No hace falta que me lo niegues, nada más ver el mensaje te salió una sonrisa.

— Angie, ¿qué quieres?

— Te va a hacer daño como Gala.

— Angie...

— No Mateo, ¿tuve razón con Gala sí o no?

— Sí.

Cuando le comenté mi relación a Angie ella me advirtió que no le daba buenas sensaciones y me pidió que tuviese cuidado.

Yo en ese momento estaba jodidamente enamorado y no dejé que sus palabras me afectarán pero semanas después se cumplió lo que Angie predijo y acabé la relación.

— ¿Y me hiciste caso?

— No.

— ¿Entonces? No me vengas con esas.

— Admito que me avisaste respecto a Gala pero Dafne no es así.

— ¿Cómo lo sabes? ¿Quién te dice a ti que ahora mismo no está con otro?

Le miro a medio camino del enfado, no quiero volver a tener esta conversación.

— No me lo dice nadie pero confío en ella.

— ¿Como confiabas en Gala?

— No la menciones más joder — suspiro cansado.

— Son iguales y solo lo digo para protegerte, no quiero que sufras otra vez — se separa del marco de la puerta y sale de la habitación.

Y con ella, parte de mi confianza también.