28

2.8K 147 1
                                    

DAFNE

❁══════❁

Por suerte mi padre ya se encuentra mejor: yo me aseguro de que se tome las pastillas y Jordina de que no sufra emociones fuertes.

En estas tres semanas no he vuelto a salir, es como si me hubiera dado cuenta que ni mucho menos es como yo pensaba, esa era la salida fácil a los problemas.

Miro por la ventana reflexionando sobre todo aquello, mientras los demás arman escándalo.

— ¿Entonces mañana nos vamos de joda? — pregunta Dani mientras conduce.

— Tendremos que descansar un rato — interviene Irina.

— Yo quiero beber así que de una — dice Manu.

— Esa es, vamos a pillarnos un pedo que flipas — habla Sara.

— Pero que alcohólicos, acabaremos en comisaría con el padre de Sub (ahre) — concluye Valentín.

Todos estallan en risas, todos menos yo que no sé ni de que hablan, miro el teléfono y calculo que quedarán cuarenta minutos más de viaje.

En ese momento me llega un mensaje.

Mateo

todo bien?

Le tengo en el asiento de atrás, ¿por qué no me habla directamente?

no lo parece

Tampoco tengo intención de que lo parezca.

Bloqueo el móvil y cierro los ojos ansiando poder dormir un rato.

٭٭٭

— Esta no se despierta ni de broma.

— Bueno pues la cargaré hasta la habitación.

Escucho las voces de fondo, voy a abrir los ojos cuando siento los brazos de Mateo en mi espalda y detrás de las rodillas.

Mi primer instinto es gritar y el segundo agarrarme a su cuello.

— Que no se iba a despertar eh — le dice a Valentín.

— Hola dormilona — dirige su mirada hacia mi.

— ¿Se puede saber qué haces?

Estoy cerca de dejarle sin respiración de lo fuerte que lo agarro, no me responde y entramos al hall.

Es una casa preciosa con las paredes blancas y los muebles a juego, además brilla por la luz natural.

Paramos al inicio de la escalera.

— Bájame, puedo subir yo sola.

— Como quieras — me mira. — De nada, eh.

Paso de él y entro en la primera habitación que veo, una vez allí me vuelvo a dormir.

٭٭٭

— Daf, despierta.

Dios, ¿me pueden dejar en paz?

Una vez más una voz no muy lejana que reconozco como la de Irina, me habla.

— Venga tía — me zarandea hasta que abro los ojos.

— Más te vale que sea importante — reclamo sentándome en la cama.

— Vamos a ir a visitar los alrededores, ¿te vienes?

— No creo que pueda ni levantarme, yo me quedo aquí — respondo tumbándome de nuevo.

— ¿Has venido solo para dormir?

— Llevo tres semanas sin hacerlo, por lo tanto, sí — contesto algo cortante.

— Como quieras.

Sale de la habitación y al cerrar la puerta me levanto, se me ha quitado el sueño.

Miro el móvil pero no tengo ningún mensaje e instantes después escucho como la puerta principal se cierra, se han marchado.

Aprovecho para bajar a buscar algo de almorzar ya que no he comido nada en toda la tarde.

Entro a la cocina y me lo encuentro cortando cebolla.

— ¿Qué haces aquí? — le pregunto a Mateo.

— ¿Y tú?

— No me encontraba bien.

— Finjamos que te creo — termina con la cebolla y la echa a la olla.

— ¿Te ayudo? — me siento en un taburete.

— Pero si no sabes hacer ni fideos amor — se empieza a reír.

— Que te jodan — me levanto con la intención de irme.

— Va, que era broma. No te enfades — me mira con esos ojos los cuales me llamaron la atención el día que le conocí.

Tomo asiento de nuevo y el tiempo que está cocinando lo observo.

— ¿Podrías dejar de babear?

— ¿Podrías dejar de ser tan insoportable? — me mira de nuevo.

— Ven y abre la boca anda — alza el cucharón con el que remueve la salsa y me da a probar. — ¿Qué tal?

Me muerdo el labio, está rico pero tampoco quiero subirle el ego.

— Está bueno — digo al final.

Pasa su mirada de mis ojos a mis labios, me levanta la barbilla y se acerca a mí.

— Déjame comprobar...

Y así sin más, me besa pillándome desprevenida como la primera vez.

en mis venas; truenoWhere stories live. Discover now