en mis venas; trueno

26

DAFNE

❁══════❁

— ¡Jordina date prisa, llegamos tarde! — grito mientras reviso los mensajes del móvil.

— ¡Ya voy!

Hay unos cuantos del grupo en el que estamos todos.

Puré de mononeuronales

Danielsito <3

a las 2 en el parque ese cerca de
la casa de Daf, tengo q contarles
algo

Valennnn

por que tan lejos??

pero si vives al lado idiota

Valennnn

tu calla

Mateo

es mucho más bella cuando
está en silencio

rayito, que saltas si no eres
canguro

Irina

uuuuh hahahhaha

Manuuuu

+3 por contestación, se la lleva Daf

se celebra en el obelisco

Sarita <3

se puede saber de que habláis tanto?
a dormir todo el mundo coño

— Vamos — habla mi hermana ya preparada.

Bloqueo el móvil y nos ponemos en camino, como suponía llegamos con retraso.

— Dafne, ¿otra vez tarde?

— Disculpe — me siento.

— Que no se vuelva a repetir — avisa la seño y continúa con la clase.

— Las costumbres no cambian — susurra Mateo.

No le hago caso y saco las cosas de la mochila.

Al finalizar la clase la profesora nos comunica algo sobre una tarea.

— ¿Sobre qué? — pregunta alguien del fondo.

— Sobre lo explicado, además lo harán con el compañero que tengan al lado. Ya lo pueden hacer bien porque vale para nota.

— No me jodas — hablo en bajito.

— ¿Tiene alguna cosa que decir Dafne?

Niego con la cabeza.

— Bien, la semana que viene lo recogeré.

Y dicho esto, se marcha del aula.

Suspiro recogiendo mis cosas y salgo yo también.

٭٭٭

A las dos ya les estoy esperando en el parque y el primero en aparecer es Valentín.

— ¿Qué hay? — saluda sentándose en el banco.

— ¿Te ha costado mucho llegar?

— Y si, me crucé medio país — declara sonriendo.

Van llegando de a poco y cuando creo que estamos todos me doy cuenta de algo.

— ¿Y Melissa?

— No va a venir más — me responde Mateo.

— Oh, ¿lo habéis dejado? Con la buena pareja que hacían — pongo cara de pena.

Todos me miran extrañados menos él, que sabe que lo digo con toda la ironía del mundo.

— Bueno, como os veo algo estresados por los estudios y encima se acerca el veranito... — empieza a hablar Dani.

— Falta un huevo para el verano y además, ¿qué importa, acaso vas al instituto? — interrumpe Valen.

— Déjale hablar — habla Manu.

— Al grano por favor — pide Sara.

— Vale, ¿qué os parece si pasamos un fin de semana en Rosario? Mi primo tiene la casa libre... Va animaros y así de paso desconectamos.

Me urge escaparme de todo lo que me rodea.

—  Yo me apunto —digo visiblemente ilusionada con la idea.

Quedamos en ir hablando sobre el tema y nos dispersamos para irnos a nuestras casas.

— Dafne, espera — me persigue Mateo.

— ¿Qué pasa?

— Tendremos que empezar el trabajo... — me mira.

— Sí, claro. Haz tu parte y pásamela — me giro y echo a andar.

— ¿Cómo? ¿No será mejor que quedemos?

— No, no lo será. ¿Algo más? — niega con la cabeza. — Entonces adiós.

Llego a casa cinco minutos después.

— ¿Hola? — me quito la mochila.

— En la cocina — responde mi hermana.

Voy hacia allá y me la encuentro con Valen.

— ¿En qué momento...? — cuestiono confundida.

— Mientras hablabas con trueno. Bueno, ¿comemos?

— Sí — dice Jordina.

— No — hablo a la vez. — Valentín, fuera.

— ¿Me estás echando? — finge victimismo.

— Sí, vete.

Su teléfono empieza a sonar.

— Te has librado — me acerco a la nevera.

Sale al salón para contestar y segundos después entra Valen.

— Dafne.

Yo sigo en busca de ingredientes para hacerme un bocadillo.

— ¡Dafne! — habla más alto.

— ¿Hmm?

— ¿Podemos hablar? Ahora.

Me asomo, parece ser importante.

— ¿Todo bien? — cierro la puerta de la nevera.

Me hace un gesto con la cabeza señalando el pasillo.

— Jordina, ¿me haces tú el sándwich? —  pregunto dejando el queso en la mesa.

— Vale.

Le dejo a lo suyo y voy a donde Valen.

— ¿Qué ocurre?

— Es tu padre, está en el hospital.