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MATEO

❁══════❁

y sé que aún me amas

Lo releo mil veces y cada vez que lo hago un cachito de mi mundo se derrumba.

Me quedo literalmente helado y no sé cuantos segundos o minutos estoy así hasta que escucho su voz.

— ¿Vamos? — coge el móvil y se lo guarda en el bolso mientas se adelanta.

El coche nos está esperando en la entrada, le abro la puerta y entro después de ella.

El viaje a su casa es protagonizado por el silencio y la tensión, yo no tengo nada que decir y ella tampoco.

En un momento dado la puedo ver escribir a no sé quien, confío en que no sea a César.

Me considero de esas personas que no son celosas a no ser que le den razones para serlo, y un mensaje del ex de tu novia diciendo que quiere volver es más que suficiente.

Llegamos a eso de la una de la noche y me bajo para acompañarla a la puerta.

— Gracias por traerme — busca las llaves en el bolso.

— De nada.

Me doy la vuelta para volver al coche.

— Espera, tenemos que hablar. Pasa.

Le hago caso y entro al salón.

— Voy a ver como está Jordina, ahora vuelvo.

Sube las escaleras y la pierdo de vista, creo que no estoy preparado para tener esta conversación.

Aprovecho para mandarle un mensaje a mi viejo.

AaPapá

estoy con Dafne, llegaré tarde

No contesta.

Dejo el móvil en la mesa y empiezo a dar vueltas por el salón, viendo las fotos que están colgadas de la pared cuando Dafne entra.

— ¿Quieres algo de beber?

— No gracias, estoy bien.

— Vale... — se sienta en uno de los sofás y espera a que la imite pero no lo hago.

— ¿De qué quieres hablar?

Se levanta y se pone en frente mía.

— No es lo que estás pensando.

— Sí que lo es Dafne, os vi. Sólo admítelo y dejamos de hacer el tonto.

— No.

En ese momento me llega una notificación, seguramente sea mi padre.

— ¿No qué? — pregunto mientras agarro el móvil.

— Que no lo voy a admitir, no estoy enamorada de él.

No es mi padre, son notificaciones de Instagram en la que me mencionan cientos de veces en una foto.

Lo normal sería pasar como hago siempre pero esta vez no lo hago y en parte me alegro.

— ¿Entonces esto qué es? — cuestiono muy a punto de estallar.

Le enseño una foto en la que sale besándose con el gilipollas de su ex.

— Yo... — calla de nuevo.

No pienso quedarme aquí viendo como niega lo evidente, por lo que me aparto y voy hacia la puerta.

— Mat, espera — avanza hasta estar de cara y puedo ver las lágrimas que evita dejar correr. — Estoy enamorada de ti, solo de ti.

— ¿Por eso cuando duermes dices su nombre, verdad? — su cara refleja sorpresa. — Dafne no estoy para estas mierdas, apartarte.

— ¿Se acabó? ¿Me vas a dejar por eso? — las lágrimas de antes ahora ruedan por su cara.

— Dafne, quita de en medio.

— ¡No me pienso quitar! ¿¡No me crees!? — me grita.

— Creo que le has besado, creo en que en tus sueños piensas en él, creo en que todavía le sigues queriendo y creo que solo me has utilizado para olvidarle — me mira dolida.

Tócate los huevos.

— ¿Daf?

Una voz proveniente de la escalera nos interrumpe, es su hermana.

Se seca las lágrimas antes, va a atender a Jordina y yo aprovecho para irme.

Cierro la puerta bruscamente y cierro también toda esta historia de supuesto amor.

en mis venas; truenoWhere stories live. Discover now