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DAFNE

❁══════❁

En esta ocasión me despierta la luz del sol y giro en la cama tratando de evitar quedarme ciega, me llama la atención que en la mesilla hay una caja de pastillas.

Me vienen de lujo, la cabeza me retumba como si estuviera en un concierto de rock, a parte desde las escaleras llega el olor a desayuno recién hecho, cosa que me revuelve el estómago.

Me levanto de la cama, voy al baño y me aseo, luego persigo el aroma hasta llegar a la cocina y encontrarme con el culpable de mi malestar repentino.

— Buenos días — me dirijo a la nevera.

— Hola — me saluda Mateo.

Lleno un vaso de agua y acto seguido me tomo la pastilla.

— ¿Y los demás? — no hay nadie en el salón y arriba no se escucha ni una mosca.

— Están durmiendo — responde terminando de desayunar.

— Gracias por traerme anoche — agradezco en voz baja.

— No hay de qué — se levanta y deja el plato en el fregadero.

Le pasa algo y sé que es.

— Mat, lo que pasó ayer...

— No hace falta que me lo expliques Dafne, al fin y al cabo no somos nada.

Me quedo sin palabras y él aprovecha para salir.

— ¡Espera! — se para en la terraza y se gira bruscamente.

— ¿Qué?

— Lo siento, ¿vale? No debí ponerme así.

— Ya te he dicho que...

— Ya sé que no somos nada — le interrumpo. — Pero...

— ¿Pero qué? — me mira levantando la ceja.

— Olvídalo — suspiro dándome la vuelta y me meto en el salón.

— Me estás volviendo loco joder. Un día me besas y pienso que estamos cerca de volver, y al otro te veo tonteando con otros. ¿Qué es lo que buscas Dafne?

Niego con la cabeza y le esquivo, como a los sentimientos que amenazan con volver a salir.

Subo a la habitación, cierro la puerta, me apoyo en ella y suelto todo el aire que llevaba tiempo aguantando.

Estoy hecha un lío por lo que decido darme una ducha para despejarme y salgo del baño justo cuando mi teléfono empieza a sonar, es mi hermana.

¡Hola! ¿Qué tal todo?

— Genial... ¿Cómo está papá?

Está bien.

— ¿Y tú? — pregunto mientras me visto.

Todo perfecto, ¿cuándo vuelves?

— Mañana por la tarde.

¿No irás a clase?

— No por Dios — me rio.

Vale. Nos vemos mañana, te quiero.

— Adiós nena, cuídate.

Después de colgar me pongo a ordenar la ropa tirada por el suelo cuando tocan a la puerta.

— ¡Está abierto! — grito intuyendo que es Sara pero no es ella.

— Tenemos una conversación pendiente, ¿no crees? — pregunta Mateo entrando.

— No, no lo creo — digo siguiendo a lo mío.

— Sé que quieres decirme algo y hasta que no lo hagas no me iré — se cruza de brazos y me mira.

— Como quieras.

Minutos después termino de doblar las prendas y las coloco en la maleta, Mateo sin embargo ha estado todo este tiempo apoyado en la puerta sin dejar de mirarme.

Me pone nerviosa pero no pienso flojear.

Tengo una idea, un poco patética pero bueno.

Cierro la valija, agarro el teléfono y llamo a Sara ante la atenta mirada de Mateo.

— Hola bebé.

Estoy en la habitación de al lado, que perezosa eres por Dios.

— Sí sí, estoy bien. Anoche me trajo un amigo.

¿De qué hablas?

— Vuelvo mañana a Buenos Aires y quiero volver a verte...

Tía no te entiendo pero igual te seguiré el rollosuelta una risita.

Esta es la amiga que toda persona merece.

— Sí, me parece bien.

Genial, te invito a un helado ¿sale?

— ¿De fresa? — pregunto mientras me miro las uñas.

Sabes que odio esa frutilla.

— Nos conocimos ayer, no sé tanto de ti — sonrío.

¿A quién conociste ayer? ¿Y por qué no me has dicho nada?

— Vale, nos vemos Santi.

Uy Santi... Boe, utiliza forro — me aguanto la risa y cuelgo.

Me levanto del suelo y me dispongo entrar al baño cuando me agarra del brazo.

— ¿A dónde vas?

Le miro, tiene la mandíbula tensa y los ojos entrecerrados.

— No te importa.

— No irás a ningún lado y menos con el tipo ese.

— ¿Me lo vas a impedir tú? — alzo la ceja.

— No me pongas a prueba Dafne.

— ¿Por qué te comportas así? Al final y al cabo no somos nada, ¿no?

Se queda callado y yo sonrío, que se joda.

Le empujo ligeramente, me meto en el baño y no salgo hasta que escucho como se cierra la puerta principal.

en mis venas; truenoKde žijí příběhy. Začni objevovat