✦ Capitulo 2: De punta a punta ✦

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𝐋𝐞𝐢𝐥𝐚:

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𝐋𝐞𝐢𝐥𝐚:

Terminé de leer el último libro que me quedaba y los junté todos en mi mochila, me estaba por ir pero recordé que aún tenia el libro del tal Cedric. Lo agarré y lo guardé, seguido a eso volví a mi sala común. Pensaba devolvérselo en cuanto pudiera, pero ahora prefería volver a la cómoda cama de mi cuarto.

Al otro día, después de clases, caminé hacia el patio de la torre del reloj y una vez fuera busqué con la mirada a mis amigos; cuando los encontré me acerqué con una sonrisa.

- ¡Ey! ¿Qué tal chicos? ¿Cómo va todo? - Pregunté contenta y con buenos ánimos.

- Muy bien ¿Y tú? - Respondió Harry correspondiendo mi sonrisa.

- Muy bien, gracias.

Charlamos un rato sobre las sospechas de Harry hacia Sirius Black y algunas cosas más que fueron surgiendo en clases, a pesar de que Ravenclaw y Gryffindor no compartían muchas materias este año. Aún seguía pensando en el libro que se le cayó al Hufflepuff y al mirar los cabellos dorados de mi amigo una idea cruzó mi mente.

- Ron, ¿Puedo preguntarte algo a solas? - Le susurré ya que estaba a su lado.

- Claro - Respondió y los dos nos alejamos un poco de Harry y Hermione de forma disimulada - Dime, ¿Qué ocurre?

- ¿De casualidad sabes donde están tus hermanos ahora? - Hablé refiriéndome a los gemelos, quienes constantemente reían y les hacían bromas a cada persona en este colegio. Aún recordaba la broma que me hicieron el año pasado antes de todo el problema con Tom Ryddle.

- Creo que esta en los pasillos cerca de las escaleras movedizas, se la pasan haciendo bromas allí a los de primer año ¿Por qué preguntas? - Me miró con curiosidad.

- Me crucé con un chico de sexto año y se le cayó un libro, capaz tus hermanos lo conozcan y así poder devolvérselo - Dije con pesadez, ya veía que recorrería media institución para devolver un objeto estudiantil.

- Oh, ¿Con qué un chico, eh? - Preguntó entrecerrando los ojos y cruzando sus brazos de forma arrogante y divertida.

- ¡Ay! Ya calla - Golpeé su hombro divertida y negando con la cabeza.

- Bien, bien - Se rindió riendo levemente - Pues bien, ¿Qué esperas? Ve a buscarlos, fiera.

- Si, iré, ¡Gracias, Ron! - Caminé hacia las escaleras movedizas despidiéndome.

Una vez cerca de la zona que Ron nombró, los busqué con las mirada pero como no los encontraba me iría de vuelta al patio. A último momento escuché una explosión desde un pasillo un poco más alejado. Eran ellos. Me acerqué rápidamente y al llegar los vi riendo como locos, agarrándose sus estómagos y tratando de respirar de forma agitada. Después de unos segundos volvieron a correr, por lo tanto los perseguí.

- ¡Fred! ¡George! Por fin los encuentro - Dije corriendo a su lado, alejándonos del pasillo.

- ¿Qué tal, Leila? - Dijo Fred con una sonrisa mientras seguíamos corriendo; cada vez nos alejábamos más de la gente, y en especial de los profesores.

- ¿Buscas algunas cosas para divertirte en clases? - Rió George mostrándome una bolsa con, lo que supuse que eran, artículos caseros para ganarse el odio de algunas personas. Nos detuvimos en un pasillo vacío y respiramos hondo.

- No exactamente - Reí entre suspiros agitados - Necesitaba saber si de casualidad conocen a un chico llamado Cedric Diggory, es de Hufflepuff y si no me confundo va a sexto año - Me enderecé y los miré, al ser mas altos tenia que alejarme un poco para no romperme el cuello de tanto estirarlo.

- La pregunta es ¿Quién no conoce al joven y apuesto Diggory? - Dijo George sentándose en el suelo para descansar y apoyando su espalda contra una pared, Fred hizo lo mismo.

- Es muy popular en este lugar - Siguió su hermano. Los miré confundida ya que nunca había escuchado hablar de él antes de buscarlo - ¿Por qué lo buscas?

- Le tengo que devolver un libro que se le cayó - Señalé el objeto entre mis manos, que llevaba junto con algunas cosas de la clase anterior.

- Ajá, un libro - Se burló George quitándome credibilidad.

- No seas tímida, hasta nosotros admitimos que Cedric es el bombón de las nenas - Reí a carcajadas y los miré negando la cabeza.

- En serio, solo quiero devolverle el libro. ¿De casualidad sabrán donde puedo encontrarlo? - Ambos sonrieron y se miraron entre ellos haciéndome sonrojar. Realmente sabían como alegrar a las personas.

- No sabemos sus horarios - Admitió George con simpleza.

- No nos relacionamos con él - Siguió Fred.

- Pero creemos que esta con sus amigos de Hufflepuff en el campo de entrenamiento.

- Según algunas fuentes siempre se queda allí charlando y practicando hechizos después de clases - Asentí con una sonrisa ante la información.

- ¡Muchas gracias, chicos! Ya lo buscaré, ¡Les debo una! - Me alejé dejándolos descansar en el suelo.

Una vez más, me alejé y me dirigí hacia el campo de entrenamiento, quien diría que estaría dando vueltas por todo el colegio para devolver un libro, que ridículo ¿A qué punto llegaste, Leila?

Salí del castillo y sin ni siquiera ver lo que sucedía abrí mi boca para llamar al tan conocido Diggory, pero un sonido me interrumpió. Al dirigir mi vista hacia el origen de aquel ruido vi como un hechizo era tirado en mi dirección, así que me apuré a esquivarlo y correr hacia un lado.

- ¿Pero qué? - Lo miré frunciendo el ceño, después mire a los de Hufflepuff quienes intentaban esconder sus risas. ¡Casi me mata!

- Oh, lo siento, no te vi - Se acerco ese tal Cedric a mi para verificar que estuviese bien. Casi le estampo el libro en su rostro por esa disculpa tan deprimente.

- Tu eres Cedric Diggory, ¿Verdad? - Ignoré lo que dijo con desdén.

- Así es - Me sonrió levemente.

- Toma - Le puse el libro en el pecho con un poco de fuerza - La próxima vez si vas a chocar a alguien recoge los libros que se te caen - Dije siendo directa y en un tono serio pero calmado. Tenía que ser madura y no rebajarme a su nivel.

- ¡Oh, mi libro! Lo estuve buscando toda la mañana - Lo agarró y miró que estuviese en buen estado, seguido a eso elevó su mirada hacia mí - Espera, ¿Tu eres la chica que choqué ayer? - Asentí con la cabeza, siendo bastante obvia - Perdona, estaba apurado y no pude frenar a ver si estabas bien.

- Eso ya no importa - Hubo un pequeño silencio incomodo - Bien, me voy - Dije y comencé a alejarme del lugar.

- De acuerdo, ¡Gracias desconocida! - Gritó a mis espaldas, iba a decirle mi nombre pero ya estaba lejos así que no valía la pena.

𝐒𝐨𝐦𝐞𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐂𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐞𝐝¹ │ Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora