Carácter

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Xiao Zhan agarró el café con leche del mostrador y se despidió de su camarero favorito de camino a la puerta. Se detuvo un momento para ponerse las gafas de sol y tomar un sorbo mientras admiraba la luz de la tarde que caía sobre los árboles.
Entonces detectó un destello a su izquierda y se giró para mirar. Un fotógrafo sostenía la cámara en alto, sin molestarse en disimular.

—Disculpe... ¿podría no hacer eso? —le preguntó ZhanZhan.

—¿Señor Xiao?

—¿Qué?

—¿Cuándo van a casarse usted y el empresario Wang Yibo?

Zhan se apretó la mochila al costado y echó a andar por la acera con el corazón acelerado.
Al mirar hacia atrás vio que el hombre seguía allí, haciéndole fotos. Como si estuviera fotografiando a un especímen en el zoológico.

El bolsillo de la mochila empezó a vibrar y sacó el móvil.

—¿Diga?

—Señor Xiao Zhan, soy  Zhang JingTong, de los servicios sociales. Me gustaría hablar con usted sobre su caso.

El mayor aceleró el paso para volver cuanto antes a la oficina. Con MeiLing e incluso con Yibo. Ni siquiera sentía vergüenza por querer ocultarse detrás de él en esos momentos.

—Muy bien. Me alegra tener noticias suyas. ¿Qué hay del caso? —preguntó mientras entraba por las puertas giratorias al edificio Wang&Tuan.

—Vamos a tener que entrevistar a su prometido. Estará conprometido en el proceso, naturalmente.

—Claro, por supuesto.

—Y MeiLing también sería hija suya...

"Maldición", ZhanZhan había pasado por alto aquel detalle.

—Desde luego —murmuró con la garganta seca. Tomó un sorbo de café, pero solo le sirvió para quemarse la boca. Pulsó repetidamente el botón del ascensor y se metió en cuanto se abrieron las puertas.

—Nos gustaría tener una entrevista con ustedes dos.

—Naturalmente. Yibo estará encantado de colaborar —como si el menor estuviera alguna vez encantado con algo.

—¿Qué le parece si nos vemos este viernes?

—¡Perfecto! —exclamó en un tono exageradamente animado.

El ascensor llegó a su piso, pero en vez de salir permaneció en el interior, pensando a toda prisa, y pulsó el botón para subir al piso de Wang Yibo.

Acabó la conversación con JingTong y cuando las puertas se abrieron echó a correr hacia el despacho de Yibo. Entró sin molestarse en llamar.

—Me han sacado cientos de fotos en la calle. Y luego me ha llamado  Zhang JingTong, y ha dicho que tienen que entrevistarnos a los dos juntos. Ah, y también deben hacer un estudio del hogar. Será en tu domicilio, pues en teoría es allí donde viviremos. Y vas a adoptar legalmente a MeiLing. Es lógico, pero no había pensado en ello hasta ahora y... y tengo miedo.

—No lo tengas —dijo el menor, levantándose del sillón y poniendo sus manos grandes y fuertes en la mesa. Ni siquiera parecía sorprendido por la irrupción de su Zhan-Ge en el despacho. Todo lo contrario. Estaba tan tranquilo y sereno como siempre. Lo cual era injusto, porque al mayor se le iba a salir el corazón por la boca.

—¿Que no tenga miedo, dices?

—No. No hay motivos para ello. Cuando nos divorciemos te cederé completamente la custodia de MeiLing, tienes mi palabra.

Un Amor Declarado y PersonalOnde as histórias ganham vida. Descobre agora