Capitulo 2

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Míster Jumpol entrecerró los ojos, intensificando su –ya de por sí- profunda mirada, logrando intimidar realmente a su alumno.
—Usted dígame, joven Atthaphan —dijo, serio como siempre.

—U-umm No lo sé —respondió Gun , sintiendo como el calor de sus mejillas se expandía por todo su rostro, tiñéndolo de carmesí.

—No ha traído nada —dijo, volviendo a relajar su semblante, pero aun manteniéndolo con ese aspecto imperturbable—. ¿Acaso esperaba que lo que le enseñaré aquí fuese únicamente auditivo? Necesita su libro, su cuaderno y sus lapiceras.

-Oh —Los latidos de su corazón volvieron a tomar un ritmo normal. Por un loco momento creyó que su profesor lo iba bes Sacudió la cabeza para alejar los extraños pensamientos—. Lo olvidé por completo, perdón. No pensé en eso, no suelo hacer nada relacionado con la escuela al salir se está misma.

—Sí, bueno eso me queda claro —comentó—. Nunca entrega mis tareas, solo cuando es en clase después de receso, y estoy casi cien por ciento seguro de que es porque la señorita Tipnaree lo deja copiarla.

El rubio tragó saliva sonoramente, no estaba muy seguro de si era por la acertada suposición que acababa de hacer su maestro o por la gran cercanía que aún mantenía el mismo.
—Aaaah B-bueno, supongo que como he olvidado mis cosas no hay nada que podamos hacer por hoy, ¿no? —dijo, mientras se colocaba de pie, muy nervioso—. Así que mejor me voy a mi casa —añadió, señalando vagamente hacia atrás.

—Oh, por supuesto que no hará eso —dijo Off, poniéndose igualmente de pie—. He cancelado un compromiso para poder asistirlo, así que no vamos a posponerlo por su irresponsabilidad.

—Pero acaba de decir que necesito mis cosas para que usted pueda enseñarme.

—Sé lo que dije. Pero por ahora podemos comenzar con un pequeño examen de diagnóstico para ver qué tanto conoce de la materia y qué se le dificulta más, así podré saber por dónde comenzar.

El castaño hizo de ademán de avanzar en dirección a otro sitio, en busca de la prueba mencionada, pero Gun se apresuró a colocar una de sus manos sobre el amplio pecho de este para detenerlo.
—Ni se moleste con eso, puedo garantizarle que no entendió absolutamente nada de su materia —dijo, dándole una cínica sonrisilla y encogiéndose de hombros.

—Debería darle vergüenza en lugar de causarle torpes sonrisas —dijo el mayor, retirando la mano de su alumno de su propio cuerpo—. De cualquier manera haremos el examen —sentenció, haciendo a su alumno bufar. Salió de la habitación y se dirigió hasta el pequeño despacho que tenía. Volvió tan solo uno o dos minutos después con varias hojas en blanco en una de sus manos y un botesillo con varios lápices y lapiceras en la otra—. Aquí tiene — dijo tendiéndole los materiales—. Puede apoyarse en la mesilla de centro, comenzaré con un dictado.

Gun rodó los ojos, odiaba el dictado casi tanto como las matemáticas, así que al ser esta una fusión de ambas, no podía estar más frustrado.
—Por favor, míster Jumpol, ¿no podemos hacer algo menos aburrido? Paso seis horas del día en la tediosa escu—Se calló al instante al ver la expresión del maestro; tenía los brazos cruzados, el semblante duro y una de sus cejas estaba perfectamente enarcada— Es decir —Colocó las hojas sobre la mesa ratonera y se arrodilló en el piso ante ella para mayor comodidad—. Estoy listo para el dictado.

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5:55 p.m.

—Entonces, ¿a cuánto equivale equis? —cuestionó el profesor, casi sin esperanza de que su alumno respondiera correctamente.

—¿Nueve? —respondió algo indeciso.

La sorpresa al obtener por primera vez en toda la tarde un acierto por parte Gun lo hizo elevar ambas cejas.
—Es correcto.

—¡Bien! — chilló Atthaphan, emocionando, elevando la palma de su mano esperando a que el maestro le diera los cinco, pero por supuesto eso no pasó, así que él solo chocó sus manos y las bajó con una tímida risa.

—Bueno, con esto ya me puedo quedar en paz —dijo Jumpol, mirando la hora en su reloj de muñeca. Al menos sé que esta hora con usted no ha sido un completo desperdicio.

—Oiga —quejó, mirándolo ofendido. El maestro elevó ambas cejas. Nah, tiene razón —concedió, terminando con una pequeña risa.

Off suspiró mientras negaba. Vaya chico era Gun.
— Bueno, eso ha sido todo por hoy. Nos vemos mañana en la preparatoria y aquí a la misma hora —dijo, poniéndose de pie.

—Pero la hora aún no termina —dijo el ojimarrón, mirado la hora en su propio reloj de pulsera—, faltan diez minutos. Igual podemos utilizar ese tiempo para conocernos mejor, ¿no cree? —sugirió, con una agradable sonrisa. Tenía que ganárselo. Si se echaba al profesor Jumpol a la bolsa, lo tendría todo resuelto. Necesitaba aprovechar estas clases para tratar de acercarse a él y buscar su amistad.

El mayor rio, bajó y ronco, tan extrañamente excitante a oídos del menor, quien se sonrojó por haber pensado es eso.
—No voy a hablar de mi vida con usted, Atthaphan —dijo, dirigiéndose hasta la puerta principal—, tengo cosas mucho mejores que hacer.

—Oh, vamos, prof-

—Nos vemos mañana —interrumpió firme, abriendo la puerta para él.

El rubio bufó, dándose por vencido Al menos esta vez.
—Si, como sea —Se levantó del sofá y fue hasta su maestro—. Adiós —dijo, extendiendo uno de sus brazos hacia él.

—Adiós —dijo, estrechando la mano ofrecida.

Gun sonrió y se fue de ahí.

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Al día siguiente
Martes, 10:45 a.m.

Era la hora del almuerzo, y los tres amigos se encontraban sentados en su mesa habitual discutiendo sobre el plan de Gun.

—Creo que se estúpido el hecho de que siquiera lo estés pensando —comentó su amiga—. Porque, vamos, es míster Jumpol, no creo que sea amigo ni siquiera de los demás profesores.

—Estoy de acuerdo con, Namtan —dijo Win, antes de darle una mordida a su emparedado.

Gun se encogió de hombros.
—De cualquier manera, no pierdo nada con intentarlo.

—Pues, en eso tienes razón —admitió Namtan, elevando ligeramente sus cejas, sorprendida.

—Yo solo digo que te vayas con cuidado —advirtió el rizado—, por ahí corre el rumor de que míster Jumpol es gay —contó, mientras asistía—. No vaya a malinterpretar tu repentina amabilidad y creer que te gusta.

La boca del rubio se abrió y su entrecejo se frunció en notable sorpresa. Dejándose llevar por estereotipos, lo habría esperado incluso del profesor de gimnasia, pero ¡¿de Jumpol?! De cualquier forma, solo era un rumor, eso no podía ser cierto ¿O sí?... ¿Qué probabilidad había? Sacudió la cabeza para alejar aquellos pensamientos. Y a él ¿qué le importaba si su profesor de matemáticas era homosexual? Gun se consideraba una persona de mente abierta, así que si resulta que lo que plantea Win llegase a ocurrir, él tan sólo le aclararía a Míster Jumpol como eran las co- «Por Dios, ¿en serio estoy pensando en esto?», se interrumpió, a forma de reproche, mentalmente. «El hombre apenas me soporta y yo ya estoy planeando cómo rechazarlo si se llega a enamorar de mí. Menudo idiota que soy».

—Gun  —Namtan chasqueó los dedos frente a su rostro, haciéndolo volver a la realidad.

—Umm ¿Qué? —habló Atthaphan, volviendo a sacudir vagamente la cabeza y parpadeando rápido un par de veces.

—Digo que si ¿tú crees que ese rumor sea cierto?

—Estamos en pleno siglo XXI, ¿Qué más da si nuestro maestro es gay? —dijo él, encogiéndose de hombros.

—La homosexualidad no tiene nada de malo, pero si sería muy extraños si él se enamorara de ti, ¿no? —añadió, divertida.

—¿Me estás diciendo feo? —cuestionó, fingiendo estar ofendido.

—¿Qué? No —Namtan rió—. Solo lo digo porque ustedes dos son totalmente opuestos.

—Dicen que los opuestos se atraen —comentó, sin prestar mucha atención a sus propias palabras.

—¿Estás diciendo que tú sí esperas que se enamore de ti? —cuestionó esta vez, el rizado.

Las mejillas del rubio se tiñeron de un fuerte carmesí.
—¿Qué? Pfff No —dijo, chicos, yo soy heterosexual. Hace tan solo unos días salía con Vanessa, ¿recuerdan? Y ella indiscutiblemente es una chica.

La morena rió.
—Solo bromeábamos.

—Bueno, pues no me agradan ese tipo de bromas —dijo, poniéndose repentinamente a la defensiva. Tomó su botella de agua y abandonó la cafetería.

Win y Namtan intercambiaron miradas, confundidos por la actitud de su amigo, y se encogieron de hombros.

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5:00 p.m.

El timbre resonó por la casa de Off, haciéndolo dejar se taza de té a un lado y levantarse de silla para ir a atender.—Atthaphan, que sorpresa —dijo, apenas abrió la puerta.

—¿Por qué? —cuestionó el rubio—. Usted ya sabía que vendría.

—Por supuesto que lo sabía —afirmo, con ligero asentamiento—, la sorpresa es por su puntualidad.

—Oh —Gun sonrió—, sí, hoy he medido mi tiempo. Y mire —Se giró un poco para que el profesor pudiese apreciar la mochila en su espalda—, ahora no olvidé mis cosas.

—Que bien, porque si no lo iba a hacer volver a su casa por ellas —comentó y Gun rió, pero al ver que el mayor no estaba bromeando, se detuvo—. Pase —pidió, haciéndose a un lado para permitirle el acceso a su alumno. El ojimarrón entro con la mirada baja, y juntos se dirigieron al mismo lugar que el día anterior: la sala—. Saque su libro y póngalo en la página ochenta y tres— ordenó, apenas ambos tomaron asiento en el gran sofá.

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5:38 p.m.

—No —dijo Off, por tercera vez en ese problema—, lea bien lo que le pide o no va a pod- —Fue interrumpiendo por el sonido de su celular en el bolsillo de su pantalón. Lo sacó para ver de quien se trataba y no pudo evitar sonreír un poco al leer el nombre en la pantalla—. Permítame un momento —pidió al rubio, poniéndose de pie y alejándose un par de pasos para atender la llamada—. Hola cariño —saludó.

El menor trató de volver a leer el problema, pero al escuchar la manera en que su profesor llamó a quienquiera que le estuviese hablando, toda su atención fue a parar en él.

No, me temo que hoy no voy a poder ir —dijo Jumpol—, pero te prometo que el sábado estaremos juntos todo el día, ¿te parece?

«¿Será que tiene novia?», se preguntó el rubio. « O ¿novio?».

Mhm Muy bien De acuerdo Te llamo más tarde, linda.

«Novia».

Off terminó con la llamada y volvió hasta su asiento.
—¿Ya lo ha resuelto? —cuestionó, dirigiendo sus oceánicos ojos hasta el libro de su alumno.

—AaaahNo —respondió Gun , volviendo su atención al libro.
Se quedaron en silencio unos segundos hasta que el más joven decidió que ya no podía quedarse con la intriga—. Así que ¿tiene novia? —cuestionó, sin apartar la mirada de los confusos números en su libro. Al notar que le profesor no respondía, se giró para verlo y tragó grueso al ver su expresión. Era dura y seria, como casi siempre, pero esta vez tenía algo grueso al ver su expresión. Era dura y seria, como casi siempre, pero esta vez tenía algo que aterraba un poco más al menor.

—Mi vida personal no es asunto suyo.

—Umm Sí, lo siento.

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Miércoles.
8:44 a.m.

La clase de matemáticas estaba a sólo segundos de concluir, por lo que ya lo único que estaban haciendo era apuntar la tarea, y eso le aburría bastante a Gun. Decidido a encontrar una distracción, se giró hacia atrás para ver con quién que estuviera cerca podía platicar. Se topó con que detrás de él se había sentado Jane, una chica bastante divertida con la que ya había cruzado un par de palabras antes.
—Hey, ¿quieres que te haga un truco? —cuestionó en un susurro.

La chica pasó su mirada del cuaderno al rostro de Atthaphan y arrugó el entrecejo con una sonrisa, divertida.
—¿Un truco? —susurró de vuelta.

—Sí —afirmó—. Mira, dame tu mano —La se cabello negro obedeció y le tendió su mano izquierda. Gun le rodeó la muñeca con una mano, apretándola—. Cierra tu puño con toda la fuerza que tengas —indicó, y Jane obedeció de nuevo—. Ahora ábrela —pidió, después de unos segundos. La mano de la chica estaba blanca casi por completo—. Después yo toco cada uno de tus dedos —comentó, mientras hacia lo dicho, y por último pasaré mi mano sobre la tuya y podrás sentir la magia correr por ella —Pasó su mano a escasos centímetros de la suya mientras abría los dedos que aprisionaba su muñeca, haciéndole sentir a la chica un cosquilleo—.¡Ta-da!

Jane rió.
—Por Dios, esa no fue la magia corriendo, fue la sangre volviendo a circular por mi mano.

—Pero parece magia, ¿a que sí? —dijo, riendo también.

—Pues sí, pero-

—¿Los interrumpo? —cuestionó el profesor con voz firme, llegando a su lado, e inconscientemente se quedó varios segundos mirando cómo Gun sostenía la mano de la pelinegra.

—Umm No, señor, disculpe —respondió Jane, alejando su mano de la ajena y bajando la mirada.

—Lo siento—dijo Atthaphan, volviendo a girarse hacia al frente.

El timbre que daba fin a su clase e inició a la siguiente, resonó por toda la escuela y pronto los alumnos comenzaron a salir, pero cuando Gun iba a ponerse de pie para hacer lo mismo, Off lo detuvo por un hombro.
—Usted no. Espéreme un segundo.

Apenas el salón quedó con ellos dentro únicamente, Jumpol se sentó tras su escritorio y Atthaphan se acercó.

—¿Qué ocurre? —cuestionó el menor.

—Quería darle unas cosas sobre la clase de esta tarde —mintió.

—Bueno —dijo, encogiéndose de hombros, desinteresado.

El ojiceleste buscó unos papeles inexistentes entre las carpetas de unos cajones, y mientras hacía aquello, cuestionó vagamente:
—Así que ¿usted y Ramida están saliendo?

El entrecejo de Gun se frunció en una mezcla de confusión y sorpresa.
—¿Disculpe?

—Ramida, Jane —aclaró, irguiéndose y poniendo su entera atención en él—. ¿Es su novia?

Gun no supo qué era lo que su estómago se revolvía. ¿Nervios? ¿Emoción? ¿Diversión? Quizás era lo último, por haberse invertido los papeles de anoche. Sonrió y disfrutó mucho al decirle:
—Mi vida personal no es asunto suyo.

La mandíbula del mayor se tensó.
—Parece que me he dejado la hoja en casa —dijo, cerrando el cajón de golpe, desviando el tema—.ni modo, se la daré por la tarde. Puede retirarse —añadió, secamente.

—Con permiso —Se dio la madia vuelta y se fue.
Off presionó sus labios en una fina línea mientras empuñaba su mano con frustración.
«¿Por qué siquiera se me ocurrió preguntar eso?», se reprochó mentalmente. «Me dan igual los estúpidos romances de mis alumnos»

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Holaaaaa....

Realmente espero que disfruten la historia 😅 y si hay un error porfa aganmelo saber y no olviden dejar su 🌟🌟🌟🌟 gracias

Teacher (OFFGUN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora