Capítulo 6

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Martes.
6:50 a.m.

Lo primero que Off hizo al llegar a la institución este día, fue ir a la sala de maestros, normalmente solo llegaba ahí a la hora del almuerzo, pero hoy tenía algo por hacer. Después de hacer su mente trabajar por horas después de haber sacado a Gun de su casa, se le ocurrió una idea de como volver su vida al “camino correcto”, al camino de las normas y de lo que está bien visto: Salir con una mujer.

No conocía a muchas féminas de su edad, por lo que no le quedó de otra más que pensar en alguna de sus compañeras que estuviese soltera y no le degradara… tanto. Sus opciones se redujeron a dos maestras: la de anatomía y la filosofía.

Así que aquí iba, si alguna de las dos estaba ahí, entonces esa seria. Y si ambas estaban, entonces verían cual mostraba mayor interés. Simple.

Al entrar al salón, fue recibido por sonrisas y los “Buenos días” por parte de los seis docentes que ahí se encontraban, y que por suerte, entre ellos estaba la maestra de anatomía.
Tomó una profunda respiración por la nariz antes de devolverles el gesto y acercarse hasta la cafetera en donde su “presa” se encontraba.
—Buenos días, Mook —saludó, tomando una de las tazas que había sobre la barra.

—Buenos días, Off —saludó, dándole una linda sonrisa acompañada de hoyuelos.

Okay, ya no sabía que decir. Nunca cruzaba más que un saludo con nadie que no fuera de su familia o sus alumnos. «Piensa en algo, Jumpol tú puedes», se alentó mentalmente.
—Umm… ¿Tus clases del día de hoy son muchas? —«Idiota».

—No —respondió sin eliminar su sonrisa—, hoy me libero rápido, ¿y tú?

—Uh, sí igual yo.

—Ya veo —dijo, ella asistiendo con lentitud con si estuviese analizando la situación.

Off igual asistió, y sin saber que mas decir, se giro hacia la jarra con café para servirse un poco de a humeante bebida. Quizás tenfria que pensar en otro plan, el no estaba hecho para el cortejo y muchos menos con una mujer.

—Sé que eres bastante serio, Off —habló nuevamente le pelirroja—, asi que te haré esto más fácil—El entrecejo del castaño se frunció en confusión, no entendía de qué hablaba miss Worranit de pronto.—¿Qué te parece si hoy almorzamos juntos y nos ponemos de acuerdo sobre un buen lugar para salir más tarde? —sugirió la mujer—. Porque estabas planeando invitarme a salir, ¿No?

«Vaya, eso fue demasiado fácil»
—Justamente —afirmó, dejando salir el aire que no sabía está reteniendo—. Entonces, nos vemos a las diez treinta.

—Seguro —dijo ella, guiñándole un ojo y dando el primer sorbo a su taza.

Jumpol asistió y salio se ahí satisfecho. Eligio bien, una mujer que tomaba la iniciativa era la mejor opción para este momento, porque él definitivamente no daría ningún paso.

[…]

10:35 a.m.

En la hora del almuerzo y en la cafetería todo lo que se oía eran las pláticas mezcladas de los estudiantes. Win y Nam debatían sobre si eran mejores las papas rizadas o las normales, mientras que Gun, ajeno a los “interesantes argumentos que sus amigos daban, solo podían pensar en que apenas terminará el recreo tenían clase con Míster Jumpol. No podía esperar para volver a verlo, iba decidido a hablar con él al final del módulo y, quien ellos podrían llegar a algo que beneficiara a ambos respecto a el sentimiento que compartían.

No se sentía demasiado seguro como para contárselo a sus mejores amigos, él hasta hace poco seguía creyendo firmemente ser heterosexual… Qué bueno, no es como si antes le hubiesen atraído las chicas, pero los chicos tampoco le gustaban y por eso se decidió a etiquetarse como hetero.

En fin, no tiene problema con ser gay, de hecho, está feliz de serlo y de que muy posiblemente su profesor de matemáticas también lo sea. No había ningún tipo de miedo en su mente sobre confesarle aquello a su madre, ella era alguien bastante inteligente y de mente abierta, todo bien por ahí, solo había algo que detenía en decírselo a Win. Él era casi como su hermano y no quería que aquello arruinara su amistad.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una horrible, horrible pareja que divisó entrando a la cafetería: Eran Míster Jumpol y Miss Worranit (la profesora de anatomía). No le hubiese al terado tanto verlos si el castaño no tuviese una mano en la cintura de la pelirroja de bote. Quería ir hasta ellos, separarlos y dejarle muy en claro a su boba maestra que el hombre a su lado lo había besado a él y que por lo tanto no debía entrometerse en la relación que posiblemente ellos tendrían… Pero por supuesto no lo haría.

Vio como Míster Jumpol paseaba su vista por todo el enorme salón y se detuvo al cruzar miradas con él, se miraron por unos segundos y luego el mayor volvió la vista hacia la mujer. Gun lo entendió todo. El hombre quería desentenderse de los que ocurrió en su casa fingiendo una relación… Y si quería jugar, entonces Gun también podía participar.

—Uh, ¿chicos? —habló, ganándose la atención de los rizados—. Iré por Señaló hacia donde la cocinera y los alimentos se encontraban—… Umm… Un jugo, ¿no quieren algo?

—No, gracias —respondió Nam.

—Yo también quiero un jugo 3dijo Win, buscando en el bolsillo de su pantalón y sacando un billete—. Uno de uva —añadió, tendiéndole el dinero a  su amigo.

—De acuerdo —concedió Gun se puso de pie y fue hasta allá. No estaba pensando con claridad, tan sólo estaba actuando por impulso… Lo que siempre le causaba problemas.

Llegó rápidamente hasta donde los jugos y, después de pagarlos, le encajó la pajita a uno para abrirlo. Fingió llevar prisa y camino rápido mirando hacia el piso con un blanco fijo. Impactó contra el curvilíneo cuerpo de su profesora de anatomía e hizo presión a la caja de jugo para que esta manchara su precioso vestido beige.

El agudo chillido de la profesora llamó la atención de varios en el lugar y, sobretodo, la atención de Off. Era momento de Gun para actuar.
—Ay no, como lo siento —dijo, cubriendo su boca con ambas manos—. Soy un tonto, perdóneme.

La pelirroja miró hacia abajo la enorme mancha en su ropa y negó.
—No se preocupe, Atthaphan —dijo tratando de sonar lo más calmada posible—, ha sido un accidente, a todos nos pasa.

El ojiazul miraba en silencio, quería reprender a Gun, pero por el beso del dia anterior que él correspondió, no sentía el valor suficiente para dirigirle la palabra siquiera. Estaba avergonzado de si mismo y no quería que el menor sacara ventaja d aquello. Tema que la regañarlo, Gun contaría lo sucedido y no podía arriesgarse.

El rubio dirigió su mirada hacia la de su mayor y le sonrió falsamente.
—Lo siento mucho, en serio —dijo, antes de irse a la mesa con sus amigos—.Aquí tienes tu jugo —le dio la caja intacta a Win.

—¿En dónde está el tuyo? —cuestionó, mirándolo extrañado.

—Oh —Levanto su aplastada cajita—, esta aquí. Un pequeño accidente.

Dicho aquello, Gun se quedó en silencio con una maliciosa sonrisa. Aún tenía un movimiento más para su juego. 

[…]

11:36 a.m.

La clase de matemáticas estaba por terminar, ya solo le hacía falta pasar lo que Míster Jumpol escribió en el pizarrón y que, por supuesto, el timbre sonara para salir.

Gun, quien ya había acabado aquello, se giró atrás para llamar la atención de Jane.
—Oye —susurró sonriente.

—¿Sí? —hablo la chica, llevando un mechón de su dorado cabello detrás de su oreja.

—¿Tienes planes para estar tarde?

La mejillas de la joven comenzaron a teñirse de un leve carmesí y tardo un par de segundos en negar.
—N-no, estoy libre —respondió.

Cierto ojiazul miraba la escena de reojo con bastante recelo.

—Maravilloso —dijo ampliando su bella sonrisa—. ¿te gustaría ir al cine conmigo?

Jane asistió frenéticamente.
—Me encantaría. ¿A qué hora?

—Yo paso por ti a las cinco, solo dame tu dirección —Sacó su celular y entró a la aplicación de notas para anotar lo que la rubia le dictaba—. Perfecto.

La campana se dejó oír y todos comenzaron a salir.

—¿Cuál es tu siguiente clase? —cuestionó nuevamente a Jane, mientras ambos se ponían de pie.

—Arte —respondió tímida.

—Vamos, te acompaño —dijo, extendiendo su mano izquierda hacia ella.

—G-gracias —Tomó su mano vacilante y ambos salieron del aula.

El pobre lápiz en la mano de Off crujió al quebrarse por la mitad debido a la fuerza con que este lo apretaba.

[…]

Diez días después…
Jueves, 1:03 p.m.

Los siguientes días siguieron siendo de guerra; días en la que ambos hacían todo lo posible por restregarle su cita al otro: tomándolas de la mano, abrazándoles, besando sus mejillas y charlando en cada esquina que sabían el otro transitaba.

Teacher (OFFGUN)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora