Teacher (OFFGUN)

Capitulo 11

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Sacando un pequeño control remoto del bolsillo de su pantalón, Off presionó un botón que hizo el portón elevarse lentamente para permitirle acceder a la cochera de su casa. Una vez dentro, presionó nuevamente el botón y la gran puerta se cerró detrás suyo. Apagó el coche y se desabrochó el cinturón de seguridad para poder salir de vehículo.

Gun se quedó quieto en su lugar, mirando sus manos en su regazo, temiendo hacer cualquier cosa y molestar más al mayor. Dio un pequeño salto cuando la puerta de su lado fue abierta, elevó un poco la vista para encontrarse con la neutra expresión en el rostro ajeno y se quitó el cinturón dispuesto a bajar también.

Off tomó al rubio por la muñeca y lo llevó con él dentro de su hogar. Pasaron por la cocina (que era el primer lugar con el que la cochera conectaba) y –sin tomarse el tiempo para ofrecerle algo de beber como siempre hacia- los dirigió hacia uno de las dos recamaras para invitados que tenía en el segundo piso.

Este era mucho más sencillo en comparación con su dormitorio, pero aun así era bastante amplio, acogedor u con el color blanco como dominante. La vista de Gun viajó instintivamente hacia la cama, la cual are en tamaño matrimonial, con una base y cabecera en metal color dorado, vestida con una funda sabana y almohadas blancas. Humedeció sus labios con la punta de su lengua y sintió la sangre volver a correr libremente por su mano cuando el mayor le soltó la muñeca.

—Quítate la ropa —ordenó Off en un tono de voz ronco y firme que hizo a Gun tragar grueso. Por su parte, el castaño se dirigió hasta el closet, de donde sacó tres largas bufandas de cuadros en distintos tonos de colores; una en azul, otra en café y la otra en negro.

Cuando el ojimarrón terminó de quitarse el pantalón, elevó la mirada y abrió los ojos considerablemente al ver las prendas que el mayor tomó, pues podía darse más o menos una idea de para qué eran y para ser sinceros no le emocionaba mucho.
—Uh… —Trató de hablar, pero fue interrumpido por su profesor.

—También deshazte de tu ropa interior —ordenó, acercándose a paso tan lento que solo conseguía subir los nervios del menor un poco más. Gun obedeció casi al instante—. Ahora acuéstate justo en el centro —añadió, señalando la cama con una rápida mirada.

—No es necesario que lleguemos a esto, yo puedo-

—No pedí tu opinión —interrumpió serio—, te di una orden —aclaró , dando un paso más cerca de él.

Gun asistió bajando la mirada y se subió a la cama justo como el castaño le indicó.

Off, al ya estar en los pies de la cama, tomó la pálida perna izquierda del menor, ató su tobillo con un lado de la bufanda azul y el otro extremo lo ató a uno de los cortos postes dorados. Hizo lo mismo con su otra pierna usando la bufanda café y después comenzó a caminar al norte, llegando hasta donde el buró le permitía.
—Las manos juntas y arriba —ordenó, estirando con calma la bufanda negra.

El rubio obedeció, colocando una de sus muñecas sobre la otra y subiéndolas sobre su propia cabeza.

Off la tomó con sumo cuidado y las amarró perfectamente al barrote central en la fina cabecera. Sonrió complacido ante el contraste de la oscura tela con lechosa piel de su alumno y al saberlo indefenso.

—No me vea así —pidió Gun, desviando la mirada con las mejillas encendidas en un intenso carmesí—. O al menos desnúdese también para que estemos casi en las mismas condiciones.