Capítulo 16

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4: 37 p.m.

Esta vez, al llegar a casa del ojiazul, no tuvieron relaciones por obvias razones, pero una película de comedia, paletas de chocolate y besos, fueron la mezcla perfecta para pasar una tarde agradable.

Justo ahora, se encontraban en el sofá grande de la sala, con Gun a horcadas sobre el regazo de Off degustando de la tercera paleta congelada en ese día. El aura era bastante pacifica e incluso se podía percibir un toque de amor, por lo que el rubio creyó este como el momento indicado para volver a tratar de hablar sobre sus sentimientos… o algo cercano a ellos.

Después de hacer este último intento por tratar de obtener algo más que sexo por parte de su enamorado, buscaría la resignación.

—He estado pensando —comenzó vacilante, quitando pelusa inexistente de la camisa del mayor con su mano libre.

—¿Ah, sí? —cuestionó Jumpol, entre una ronca risa—. Y ¿Qué tal te sentiste? Las nuevas experiencias siempre son un tanto aterradoras.

—Ja, ja, muy gracioso —dijo Gun de manera sarcástica, haciendo sus ojos girar con una divertida sonrisa—. Estoy hablando enserio, y es que estuve pensando en que —Desvió la mirada—, en estos más de dos meses que llevamos de tratarnos, más allá de lo escolar, nunca hemos tenido una cita.

El entrecejo de Off se frunció en señal de confusión.
—¿Una cita?

—Si, ya sabe —Se ecogio de hombros, terminando su paleta y chupando el palito de madera antes de dejarlo en el buró de al lado—. Como un momento para nosotros dos solos.

—¿Cómo justo ahora?

—No… Bueno, sí, pero no. es algo más planeado, algo romántico quizás.

—Ah, ya —dijo, asintiendo lentamente al comprender a lo comprender a lo que su alumno se refería—. Creo que eso deberíamos dejarlo para las personas con relaciones “normales”, ¿No? —comentó, acariciando la pequeña cintura del rubio con sus pulgares—. Eso es algo más formal, nosotros no podríamos, porque eso implica salir y las personas comenzarían a especular.

Gun frunció los labios.
—No hay necesidad de salir, puede ser simplemente una cena en casa, la intención con la que se hace es lo que cuenta.

—Entonces ¿Lo que quieres es que te invite a cenar?

—No, lo que quiero es que me invite a una cita.

—Todas las tardes tenemos citas en mi casa. Yo te cito a la salida de la preparatoria en la parada de siemp-

—Pero no es lo mismo —interrumpió frustrado—, le acabo de explicar cómo es la cita a la que yo me refiero.

Off mordió su mejilla interna mientras pensaba en qué responder. Él tuvo pocas citas, pero siempre fue con sus parejas o con personas que le gustaban para serlo, y Gun no era una de esas… ¿o sí? No, que le guste Gun sería el doble de difícil de manejar que el solo tener encuentros con él. No estaba enamorado, no, no y no.
—Umm—Rascó su nuca algo nervioso, no quería hacer que el rubio se molestara y mucho menos que pusiera triste, tenía que tener cuidado con las palabras que emplearía—… Escucha, Gun, ¿Tú recuerdas la razón por la que desde un principio te dije que no podíamos salir?

—Sí, porque eso dañaría su imagen pública y laboral.

—Exacto, además de que cuidar de un corazón en un enorme compromiso —Gun asistió, atento—. ¿También recuerdas tus palabras… ¿Lo que tú propusiste?

Gun bajó la mirada, comprendiendo el rumbo que las palabras de su profesor estaban tomando.
—Sí, que podríamos salir en secreto, sin llamarlo “noviazgo”. Una relación libre.

—Y ¿sabes a lo que una “relación libre” se refiere?

El ojjimarrón asistió.
—Que prácticamente no somos nada. Solo simples conocidos con derecho.

—Así es. En aquel momento lo ofreciste sin titubear, quizás no pensaste a futuro y en como un chico de tu edad se sentiría. Sé que tus compañeros comienzas a tener pareja y probablemente te sientas distinto o fuera de lugar al estar en este “acuerdo” conmigo. Por eso ahora te pregunto: ¿Realmente te sientes cómodo son esto? Porque de no ser así, no tienes que sentirte forzado a permanecer, podemos dar por term-

—No, no, no —se apresuró a cortarlo—, estoy bien con esto, lo prometo. No necesito un noviazgo como los de mi edad, no lo quiero, soy… soy tan maduro como usted para poder manejar esto. Solo estaba bromeando.

Las palabras nerviosas del rubio por supuesto que no convencieron ni un poco a Off. Más falso ni la relación de Louis Tomlinson y Eleznor Calder. Sin embargo, fingiría que, si le creyó y no insistiría más en hablar de esto, aunque tampoco se quedaría de brazos cruzados mirando como, en parte por su culpa, Gun sufría con este arreglo.
—Bien. Aunque tal vez ambos necesitamos un tiempo para meditar —sugirió, a pesar de que para nada era lo que él quería—, es lo que los adultos hacemos en momentos de confusión, ¿No?

—Umm… S-sí, siempre lo hago —concedió, bajándose del regazo del castaño—. Meditar, meditar, meditar —Una risa nerviosa y un tanto incomodó salió de entre sus fríos labios,

—Muy bien —dijo Off, con un asentimiento regido antes de colocarse de pie frente a él—. Este “tiempo” sólo implica alejarnos como Off y Gun, no puedes tratar de evadirme como maestro, ¿comprendes? Porque en ese caso me vería en la obligación de llamarte la atención.

—Sí, entiendo —afirmó, encaminándose a la salida con el mayor detrás suyo—. No tiene que preocuparse por llevarme, tomaré el autobús.

—¿Seguro?

—Absolutamente —afirmó—. Nos vemos mañana en la escuela, Míster Jumpol.

La mandibula del ojiazul se tensó ante el formal llamado y la ausencia de aquel especial brillo en los ojos del rubio, se sentía tan lejano de pronto.
—Si, hasta entonces —dijo, tratando de evitar referirse a él.

Una última sonrisa forzada de Gun se fue sin mirar atrás.

Off se quedó en el marco de la puerta hasta que el rubio desapareció de su campo visual, después cerró y se recargo contra la puerta. Había una extraña opresión en su pecho, pero no era nada importante, no es como si estuviese sintiéndose mal por no corresponderle a su alumno… o por tratar de hacerse creer que no lo hacía.

Su mente de pronto era un lio, tanto que sintió el palpitar de la migraña próxima, por lo que rápidamente fue hasta su jardín trasero por una hierba para hacerse un té y descansar un poco.

Apenas entró en la cocina, el teléfono fijo de esta misma comenzó a sonar. Lo descolgó; se trataba de su hermana.

—Hola, Aly.

Quizás hablar con Nirin le serviría para distraerse un momento.

Teacher (OFFGUN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora