Capítulo 7

6.5K 619 53
                                    

                               
  🔥
(solo es un inicio)
🤭


Las manos de Off fueron vacilantes hasta la diminuta cintura del menor, tirando un poco de él para pegarlo más a su cuerpo. Gun no se quejó, al contrario, envolvió el cuello ajeno con sus brazos y se elevó sobre sus puntillas.

—Al escritorio —jadeó Gun contra sus labios.

—¿Qué? —cuestionó el mayor, separándose para mirarlo a los ojos.

—Que me lleve al escritorio —explico, dando un salto para enganchar sus piernas alrededor de las caderas del castaño.

—Este no es lugar para eso —replicó, sin embargo, lo sostuvo fuerte por los muslos.

Gun viró los ojos.
—Este no es momento para hablar ni pensar en consecuencias —quejó—, déjese llevar, la puerta ya está bloqueada —añadió, comenzando a desabrocharse la camisa.

Jumpol no dijo nada más, acomodando al menudo cuerpo en sus brazos, los encaminó hasta el lugar indicando. Hizo a un lado las cosas que tenía sobre el escritorio y sentó al rubio sobre el borde de este.

Apenas sintió la sólida superficie sostenerlo, Gun separó las piernas y tomó a Off por la nuca, lo hizo que se acercara más, posicionándolo entre sus largas extremidades y volviéndolo a fundir sus labios en un apasionado beso.

El de orbes zafiro no estaba del todo convencido de querer hacer aquello en la preparatoria, pero cuando sintió la esponjosa lengua del rubio colocarse en su boca y acariciar la suya, todo lo que no fuera Gun pasó a segundo plano. Lo tomo nuevamente por la cintura, subiendo y bajando sus manos en lentas caricias necesitadas, mientras que sus lenguas tenían una batalla por ver quien tomaba el control. Off venció, por supuesto.

Continuaron besándose a su ritmo por largos segundos hasta que la falta de aire fue insoportable y tuvieron que apartarse.

—Oh, Dios —jadeó el menor, limpiándose las comisuras de los labios con sus dedos índice y pulgar. Pasó sus manos desde los fuertes hombros hasta las manos que llegaban a su torso y volvió a subir. Sonrió coqueto mirando la perdida mirada de Míster Jumpol—. ¿Todo bien?

—Todo mal —respondió con vos ronca por la excitación.

Gun formó un involuntario puchero.
—¿No le gusta como beso?

—No me gusta estar haciendo esto aquí —aclaro—. No es nada ético.

El de orbes avellana volvió a rodar los ojos, dejando escapar un pesado suspiro.
—Si sigue así de estresado por esas tonterías no lo va a disfrutar —. Lo empujó suavemente por el pecho para apartarlo y se bajó del escritorio—. Así que déjeme ayudarlo con eso —Tomó la silla de detrás del mueble y la colocó al frente—. Siéntese.

Sin protestar, Jumpol obedeció y fue a tomar asiento.

Gun se acercó a él.
—Cierre un poco las piernas —ordenó, y el mayor obedeció. Hecho esto, tomó asiento a horcajadas sobre sus muslos, enrollando sus brazos alrededor de su cuello y uniendo sus rostros peligrosamente—. Tóqueme —pidió, antes de volver a apartarse de su cara y quitarse la camisa.

El brillo rojo que cruzó por los ojos de Off casi fue visible. Tardó unos segundos en procesar todo lo que estaba ocurriendo y después colocó sus manos en la desnuda cintura, comenzando a subir lentamente sus callosas manos hasta llegar casi a las axilas y volvió a bajarlas. Quería tomar al chico y someterlo sobre su escritorio, pero eso era demasiado, tenía que controlarse. Cambió esta vez sus palmas al suave vientre ajeno y subió así hasta su cuello, sintiendo una enorme atracción por los erectos botones rosados. Tragó saliva, deseaba hacer tanto, pero no quería que el rubio viera su otro lado, el que no era racional, su lado “animal”.

—Vamos, profesor, estoy a su disposición —animó Gun—, haga algo más que solo acariciar, eso me toca a mí —Dicho esto, llevó su mano derecha al sur, dejándola entre las piernas del mayor, acunando su creciente erección.

Y como sí la delicada mano ajena fuese un imán, Off sintió su sangre correr rápidamente para alojarse en su miembro. Relamió sus secos labio y se acercó lentamente hacia su presa: uno de los pezones.
Lo tomó entre sus dientes con sumo cuidado, arrancándole un sonoro gemido a su acompañante. Oh, si, necesitaba más de esos dulces sonidos. Los tomaría todos para él solo.

Chupó el sensible botoncillo erecto, succionando y pasando su lengua en pequeños círculos a su alrededor, colocando una de sus manos en la espalda baja ajena y la otra entre sus omóplatos para acercarlo más y poder saboreas mejor.

—Ah —Gun gimió bajo, y al no poder continuar tocando el sexo ajeno por la falta de espacio entre ellos, se sostuvo de los fuertes hombros, haciéndose más hacia adelante casi hasta estar sentado sobre la erección del mayor.

Off atendió muy bien ambos pezones antes de apartarse nuevamente. No dijo nada tan solo miró profundamente los ojos ajenos. Quería tener permiso para cada cosa, no quería sentirse tan sucio.

—Ahora —Gun desabrochó hasta el último botón de la camisa azul de su profesor y la hizo bajar por los poderosos brazos, sacándosela por completo y lanzándola lejos—, es mi turno de actuar —Deposito un casto beso en sus labios antes de comenzar a bajar por su quijada y detenerse en su cuello. Dio una larga lamida justo en el centro (de su costado) y decidió que ahí haría una marca. Comenzó a succionar mientras movía su trasero de adelante hacia atrás restregándose contra el hombre debajo suyo y gimiendo bajo por lo bien que se sentía de poder estar haciendo aquello.

Off mantenía todo el control que podía, pero Gun no se lo ponía fácil, por lo que al sentirse al borde de la locura, metió ambas manos en el pantalón y bóxers de rubio. No obtuvo queja por parte del menor, por lo que sin miedo alguno comenzó a amasar las suaves nalgas. No quería cerrar los ojos, sentía que si lo hacía en cualquier momento alguien podría entrar y veros en tan comprometedora situación.

Con una pequeña mordida, Gun se alejó del cuello ajeno para admirar su obra de arte, sonriendo ampliamente al ver lo bien que se veía la rojiza marca en aquel bronceado lugar.
—Perfecto. Y ahora, si me permite… —Dejó las palabras en el aire, esperando que el mayor comprendiera; y así fue. Off sacó sus manos de su ropa interior—. Gracias —dijo, bajándose de su regazo—. Separe las piernas —ordeno, y de nuevo Off le obedeció, movido completamente por la lujuria . Gun cayó de rodillas entre las largas y fuertes extremidades ajenas, sosteniéndose de los poderosos muslos y manteniendo el contacto visual en todo momento. Los ojos de ambos ya estaban comenzando a oscurecerse—. Debo admitir que no tengo experiencia alguna en esto, pero seguro es sencillo —comentó, empezando a acariciarle la entrepierna.

Desabrocho e hizo correr la bragueta hacia abajo con lentitud que al mayor le pareció sofocante. Necesitaba atención urgente.

Así que sin desear esperar más, Off se colocó de pie y él mismo se bajó los pantalones y la ropa interior en un solo movimiento, antes de volver a sentarse.
—Hágalo rápido —ordenó, con voz tan profunda que incluso le robó un gemido al menor.

Gun se relamió los labios, excitado por estar recibiendo ordenes en esa situación.
—Eso es, dígame lo que quiere —animó, ansioso—, hágame saber lo que le gusta. Quiero ser dominado por usted.

Si Off ya estaba al borde de la locura, aquello fue un gran empujón que lo hizo caer hasta el fondo. Oh, él definitivamente podía hacer eso. Él dominaría a ese pequeño insolente sin problema alguno.
—Entonces hágalo —sentencio—. No quiero que entre cada orden haya más de cinco segundos para que la cumpla.

El rubio sintió su propio pene der un respingo.
—Si, señor —dijo, antes de tomar el grueso y caliente trozo de carne entre su delicada mano. Sacó su lengua y dio una larga lamida desde la base hasta la punta del largo miembro, metiendo el glande en su boca apenas llegó hasta arriba. Lo chupó, degustando del salado sabor que el líquido pre-seminal le brindaba, saboreando a su profesor desde el mejor punto.

Trató de tomar tanto como le fue posible, llegando únicamente un car de centímetros sobre la mitad y sacándolo de su pequeña cavidad bucal con un hilo de saliva. Relamió sus labios y alejo su mano para escupir en su palma. Utilizando la baba para lubricar el falo y poder masturbarle un poco.
De nuevo lo metió en su boca, comenzado sin tanto preámbulo con un exquisito movimiento de arriba abajo, mamando aquello que le cabía y bombeando con su mano la parte libre.

—Joder —jadeó el castaño, relamiéndose los labios , mirando atento como su pene se perdía en la boca de su alumno una y otra vez, y pasando sus ansiosos dedos entre las doradas hebras de su cabeza. La cálida y húmeda sensación que aquella boca parlanchina le proporcionaba era simplemente exquisita y enloquecedora.
Pudo contenerse por un par de minutos, conformándose con los inexpertos movimientos del chico, pero ahora necesidad mucho más. Sujeto el sedoso cabello en puños, decidido a tomar el control de la mamada—. Quita tu mano —ordenó, firme.

El ojimarrón obedeció casi al instante, sumiso, sentándose sobre sus talones y dejando sus manos reposar sobre sus propios muslos.

Off tiró del dorado cabello hacia arriba, apartando un poco la cabeza de su alumno hasta que únicamente el glande de su sexo le queso en la boca, y después lo hizo bajar abruptamente, obligándolo a tomar sus veinte centímetros en un solo segundo y sin previo aviso. Gun enterró sus uñas en sus delgados muslos, sintiendo arcadas por el invasor en su garganta. Su rostro se tornó en un intenso carmesí y sus ojos se cristalizaron, cerrándolos con fuerza para tratar de soportarlo.

Cuando el mayor decidió que ya era suficiente, volvió a tirar hacia arriba, alejando la cabeza del más joven hasta sacarle el miembro de la boca. Gun comenzó a toser al instante de forma incontrolable, llevándose una mano al pecho por la sensación de ahogo. Pero apenas Off notó que se había recuperado de aquello, volvió a hacerlo todo, pero esta vez sin dejar su pene inmóvil en el fondo. Lo obligó a meter y sacar todo una y otra vez, provocando una acuoso y obsceno sonido que le fascinaba.

Los ojos de Gun se mantenían cerrados, con saliva escurriendo por las comisuras de sus labios, y el sudor comenzando a pegarle algunos cabellos en la frente. Ya había logrado mantener una buena respiración, por lo que sin duda lo estaba disfrutando. Decidió sacar su propio miembro al aire y masturbase mientras tomaba gustoso todo lo que su maestro le daba.

Off echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y disfrutando por completo. Hacía años que no le practicaban sexo oral. Y cuando sintió su clímax aproximarse, hizo al ojimarrón retroceder para poder colocarse de pie. Lo volvió a tomar del cabello, pero ahora solo con su mano izquierda; tiro de este hacia atrás para hacerlo elevar el rostro, y comenzó a masturbarse con fiereza.
—Abre la boca —ordenó, y Gun así lo hizo, sacando incluso su esponjosa lengua. Off continúo bombeando su pene hasta que el espeso liquido blanquecino comenzó a salir, disparando en la boca y rostro del menor.

Gun solo rompió el contacto visual cuando un poco de semen cayó cerca de su ojo.

Después de dar los últimos tirones, Off volvió a meter su sexo en la boca del muchacho, haciéndolo que le chupara nuevamente y se tragara los restos de esperma en él. Pero eso no era todo, después, con su dedo pulgar, recogió hasta la última gota de esencia que cayó sobre el rostro de su alumno y la llevo a la boca del mismo, pues quería asegurarse de que tomara toda su lefa.

Gun trago gustoso, chupando ahora el dedo del mayor hasta que encontró su propio orgasmo, manchando su mano, el pantalón de su profesor y el piso con su semen.
Se quedó ahí, en el suelo, buscando recobrar el aliento, hasta que Míster Jumpol lo ayudó a ponerse de pie tomándolo por debajo de las axilas.

—Ha sido suficiente por hoy —dijo el castaño, mientras se subía el bóxer y pantalones.

—Y ¿Cuándo volverá a suceder? —cuestionó Gun, devolviendo su pene al bóxer y cerrando la cremallera de su pantalón.

—Estoy libre entre semana de cinco a siete de la tarde —comentó, después de haberlo meditado unos segundos, mientras se colocaba la camisa.

—Muy bien —dijo, imitando su acción—. Aunque aquí en la preparatoria es más excitante, por aquello de que alguien podría pillarnos, ¿no cree? —comentó, pícaro. Off lo fulmino con la mirada—. Solo decía —se excusó, elevando ambas manos en son de paz—. Como sea, ¿Sabe qué otra cosa creo? Que si usted usara corbata tendríamos muchas más posibilidades.

El ojiceleste guardo algunas cosas de su escritorio en el maletín y aliso cualquier arruga en su camisa.
—Hasta mañana, Atthaphan —Dicho esto, se fue de ahí tan serio y recto como siempre, como si nada de eso hubiera pasado.

Gun chilló emocionado, colgándose la mochila en un solo hombro.
—No puedo creerlo, esto fue mejor que cualquier sueño húmedo —dijo para si mismo. Aclaró su garganta, y tomando una postura erguida, salió del salón con una gran sonrisa.

🔹️🔹️🔹️🔹️🔹️🔹️


Porfin se le hizo a gun…… lo que todas esperábamos wuuuuuu
Espero que lo hayan disfrutado

🤭😊

Teacher (OFFGUN)Where stories live. Discover now