Capítulo 4. La despedida

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- ¡No quiero que se vayan! ¡Quería ser fuerte pero no quiero quedarme solo! - Mencionó el pequeño mientras unas espesas lágrimas inundaban su rostro.
Horacio sintió como si atravesaran su corazón con tan solo una mirada, no quería dejarlo, estaba claro.

El moreno se acercó lentamente al infante quien tomaba su osito de peluche entre sus brazos pues dormía con él todas las noches y a penas escuchó la tenue conversación de la pareja, decidió que no los dejaría ir tan fácil. Una vez estuvo lo suficientemente cerca de él, se agachó sobre una rodilla, bajó la mochila que portaba en sus hombros y la dejó en el suelo para posteriormente sacar de ella su propio osito de peluche; lo único que los diferenciaba era un listón rojo atado al cuello del peluche de Horacio.

El de cresta abrazó al pequeño osito y le dijo a Zack lo importante que era para él, pues le recordaba a su pasado y a la familia que había perdido pero que debía encontrar.

- Éste osito es de las cosas más valiosas que tengo, pero creo que tú podrías darle un mejor cuidado, así podrás tenerme cerca incluso cuando esté lejos, no te sentirás solo, pero... - Hizo una breve pausa, inhaló profundo y finalmente, con voz amable le solicitó al pequeño. - Debes darme tu osito así yo también podré estar cerca de ti y cuando regrese aquí, con mi familia, te lo devolveré sano y salvo.

Al pequeño se le iluminaron los ojos como dos estrellas pequeñas en sus pupilas pues tendría un peluche nuevo, un nuevo amigo con quién jugar, así mismo, podría no sentirse tan solo y estaría completamente seguro de que aquellos dos sujetos volverían, al menos uno de ellos.

- ¿Estás seguro de que volverás? - Preguntó Zack ansioso.

- Claro que lo haré... ¿Cómo se llama tu osito? Necesito conocer su nombre para las aventuras que viviremos juntos durante éste corto lapso de tiempo.

El pequeño sonrió, tomó el peluche y le mostró a Horacio la etiqueta donde se encontraba escrito "Barry". Volkov al presenciar la escena sonrió al instante pues Horacio tenía escrito en la misma etiqueta de su respectivo peluche el nombre de "Perla".

...

No pasó mucho tiempo cuando la pareja se despidió por última vez del pequeño dejándole a "Perla" y en el caso de Volkov, un recuerdo de su madre, una pequeña cinta de cabello la cual ató a la muñeca derecha del infante.

Los militares se despidieron con un saludo en muestra de respeto tanto al agente especial como al comisario a la par que los dejaban salir de la prisión federal donde se encontraban.

Caminaron durante más de treinta minutos, recorriendo las calles desérticas donde los automóviles se encontraban abandonados con las llaves puestas, sin embargo, eran inservibles debido a que delante de ellos se podían apreciar varias grietas que, si bien eran de un tamaño reducido, continuaban siendo peligrosas.
Algunas veces observaban al pasar a personas que lloraban desesperadamente mientras buscaban a sus familias y niños que estaban solos en medio de las calles, por ello, el héroe de la ciudad y el comisario de Los Santos les explicaban cómo llegar al refugio, juntaban a los niños con gente mayor que los pudiera llevar a éstos lugares e incluso ayudaron a varios de éstos a encontrar a sus padres, como les hubiera gustado a ambos que Zack hubiera corrido la misma suerte.

La pareja caminó por lo menos tres horas en camino a Garaje Central pues tan solo unas cuadras después de éste se encontraba el departamento de Conway y cerca de aquel, el de Gustabo, sin embargo, tan solo unas cuadras antes de llegar, el cielo se obscureció de repente y un temblor sacudió el terreno, obligando a Horacio y Viktor a salir de aquel lugar pues temían que la causa del terremoto fuera la aparición repentina de una grieta.
Ambos individuos corrieron tomados de la mano mientras observaban el cielo, el cual, después de oscurecer repentinamente, éste tomó un tono rojizo justamente a las 12:00 pm, impactando a todas las personas en la ciudad.

La separación - VolkacioWhere stories live. Discover now