La separación - Volkacio

Capítulo 8. Caminos distintos

- ¿¡QUE EL GOBIERNO HIZO QUÉ?! - Se escuchó el grito de Horacio por todo el pasillo, proclamando por respuestas mientras apretaba el algodón con el que limpiaba el rostro de su amado por reflejo, generando que éste derramara gotas de alcohol con sangre en el suelo.

- Horacio, tranquilízate, solamente nosotros sabemos que está ocurriendo y todo está aquí. - Mencionó Conway mientras sacaba de su saco la carpeta que tanto guardaba.

- ¿Podremos hacer algo al respecto? - Pronunció Volkov mientras miraba directamente a los ojos al ex-superintendente.

- Supongo que para ello debemos entender primero la situación en su totalidad.

Mientras los tres hablaban, Gustabo miraba por el pequeño televisor que se había instalado en la sala de espera del hospital, para que los enfermos pudiesen ver la situación en el exterior además de entretenerse un poco, era de los pocos que aún funcionaban pues la mayoría de los postes de luz habían caído a lo largo de la noche.

- Creo que deberían ver ésto... - El rubio llamó la atención de los demás, quienes se levantaron y tomaron asiento cerca del televisor para observar los acontecimientos del día.

La reportera narraba los sucesos al rededor del mundo, en París, Francia, donde las grietas habían consumido casi todo su terreno, las personas subían hasta la punta de la Torre Eiffel y se tiraban dando fin a su vida, impactantes imágenes inundaban el noticiero, videos de niños que lloraban en las calles buscando a sus padres les recordó a los amantes a su pequeño amigo, Zack el cual se había quedado en el refugio provisional en la prisión federal, ambos compartieron una mirada triste acompañada de una sonrisa, la cual no duró mucho luego de escuchar lo demás que aquel canal informativo tenía para decir.

Los expertos predecían que las grietas, al ser cada vez más profundas y extensas, acabarían por partir el planeta en dos, cuando éste pierda la propiedad de gravedad que mantiene el mundo como una esfera, el planeta se dividirá en enormes trozos generando la extinción de nuestra especie junto a lo que alguna vez llamamos hogar.

"Según los científicos, la tierra acabará por partirse en su mayoría, solamente un pequeño sector de ésta permanecerá intacta, por lo que más del 90% de nuestra población perecerá con el tiempo"

- ¡ESO ES! - Gritó Conway mientras abría desesperadamente la carpeta, en ella buscó los papeles que Gustabo le había mostrado antes del temblor, donde mencionaba que el dinero era enviado para maquinaria, sin embargo, parte de esas maquinarias no eran excavadoras, sino, constructoras las cuales junto con materiales como semento eran empleadas para algún asunto confidencial. - ¡GUSTABO, LOS DOCUMENTOS!

- Viejo, sabes que cuándo te pones así nadie te entiende, dinos de una vez ¿Qué ocurre? - Mencionó mientras tomaba por el brazo a su padre.

- Michelle, necesito hablar con ella ahora...

- Supongo que eso tendrá que esperar. - Mencionó el doctor mientras se acercaba a ellos. - Michelle está sedada, logramos sacarle el metal pero no sabemos si podrá caminar pronto.

- ¡NO, NO, NO, NO, ESO NO ES POSIBLE, DEBEMOS IRNOS AHORA! - Gustabo lo tomó de los hombros con la intención de calmarlo, lo miró a los ojos y le preguntó con el rostro lo que estaba ocurriendo.

Conway tragó saliva pesadamente, debía procesar lo que se le acababa de venir a la mente y para poder hacerlo necesitaba de Evans, ella era la única que podía confirmar sus sospechas, y si éstas eran ciertas, debían ponerse manos a la obra, tal vez había un modo de sobrevivir, tal vez podían parar las cosas, pero debían actuar rápido. Los cuatro le observaban atentamente mientras pensaba, hasta que, después de unos segundos recuperó la voz para poder explicar que era lo que le había alarmado tanto.