Capítulo 6. La verdad

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POV Conway

No mucho tiempo después, Gustabo intentaba ayudar lo más que podía buscando entre los escombros alguna señal de vida por parte de aquellos desafortunados individuos; la escena era horrible, casi tan espantosa como lo que había vivido en el frente. Uno de los más altos edificios de la ciudad había caído sobre un grupo de personas que se dirigían a un refugio seguro lejos de la zona de desastre. Nadie pudo estar preparado para lo que iba a ocurrir, lo que fue un temblor terminó por arrebatarle la vida a más de quince personas que, cargadas con sus objetos más valiosos, buscaban sobrevivir.

Nosotros nos encontrábamos bastante alejados del área, sin embargo, obtuvimos varios moretones, así como, rasguños en los brazos y piernas.

- Mati, hijo. - Observé a Gustabo con su rostro desesperado levantar cada piedra junto con los agentes que se encontraban por ahí. - Tenemos que irnos.

- Joder, que no me llames así.

- No seas gilipollas, debemos llegar a la comisaría del FBI lo más rápido que podamos, está oscureciendo. - Como si mis palabras surtieran efecto, tomó su mochila roja como la chaqueta que portaba, se la colocó en la espalda con un sonido seco y caminó entre los escombros hasta donde me encontraba pasando de largo en dirección a nuestro destino.

- ¡Agentes! - Uno de los cadetes se plantó frente de nosotros, saludó como señal de respeto con la mano derecha y continuo hablando. - Pueden ir al refugio, ahí recibirán atención médica y tendrán lo que les haga falta.

- No será necesario, cadete.- Respondí sin tomar en cuenta la opinión de Gustabo.

- Como usted ordene, agente. - Asintió y se apartó del camino.

- ¿No se te ocurrió la mínima posibilidad de que ellos estén ahí?

- Horacio y Volkov son muy inteligentes, si están ahí, muy posiblemente nos buscarán luego.

...

Como si fuera obra del destino, justo al anochecer nos encontrábamos a los pies del edificio aún en pie del FBI, el lugar donde fuimos obligados a permanecer con el objetivo de mantenernos controlados. Solo bastó con empujar la puerta de cristal pulido para escuchar esa voz tan familiar a mi costado.

- Al fin llegaron, tengo la información que me pediste, Jack y no vas a creer lo que tengo. - Una sonrisa se formó en mi rostro, sabía que lo conseguiría, era la jefa del departamento, aún debe tener contactos seguro.

- Bien, habla. - Al mirarla, me sorprendió que aún en la situación más catastrófica, portaba traje, una de las cosas que tenemos en común.

- Creo que es mejor ir a la sala de reuniones, tal vez necesiten tomar asiento. - Mencionó mientras resguardaba algo que no conseguía ver a simple vista.

Una vez estuvimos sentados sobre unas sillas de cuero al rededor de una mesa rectangular, tomó un sobre de papel manila cuidadosamente cerrado cuyo encabezado decía "SECRETO, no abrir, solo personal autorizado" y me lo entregó; hacía mucho que no tenía un documento del gobierno así en mis manos, sentí un pinchazo en el corazón, si el documento era tan importante ¿De qué manera estaba relacionado con el desastre? y ¿Cómo demonios lo consiguió? Son esos momentos donde me doy cuenta del porque Michelle sigue viva, sabe tantas cosas que eso la convierte en alguien de temer.

La mirada de Gustabo se clavó en mi, impaciente de observar que era lo que estaba dentro. Una vez abierto el sobre, extraje los documentos que contenía.

Mis ojos se inyectaron en rabia, los músculos de mi cuerpo se tensaron tanto que sentí que iba a explotar.

El pentágono estaba extrayendo minerales entre los que se encuentra el diamante a más de 160 kilómetros bajo la superficie terrestre pues ahí se encuentra la mayor reserva de éste importante mineral; el exceso de explotación a la corteza originó su desgaste hasta el punto de generar tal desastre natural, sin embargo, encubren la verdadera razón a ojos del mundo pues usan el mineral para crear las armas con el mayor alcance y resistencia del mundo.

- Se cree que se continúan extrayendo minerales, son imparables, no hay forma humana de detenerlos incluso con lo que se ha provocado.

- Tienes que estar bromeando, literalmente están acabando con el planeta, ¿De qué manera servirá tener armas así si no las puedes usar?

- Jack, no seas tan ingenuo, es seguro que tienen un plan, son El Pentágono, las personas más ricas y poderosas de América siempre son las más peligrosas. - Su semblante se mantenía neutro, su mirada estaba clavada en la carpeta al igual que la de Gustabo, el cual tomaba entre sus dedos aquellos documentos releyendo en busca de algo más.

- Conway, hay una factura de más de cinco millones de dólares por maquinaría pesada, la envían a Washington, esos burócratas no gastarían tanto dinero por nada. - Mi hijo movía sus manos con destreza através de los documentos mientras me los enseñaba, buscando alguna solución entre aquellas hojas de papel.

- No podemos hacer nada por ahora, solo debemos esperar, cuando sepamos algo más sobre ello podríamos buscar ayuda, pero ya te digo, será imposible detenerlos.

La separación - VolkacioWhere stories live. Discover now