Capítulo 12. Los problemas

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Finalmente era de día, Gustabo se levantó con migraña, la noche anterior a penas había conseguido conciliar el sueño. Después de lo que había hecho no paraba de pensar en cuál sería la reacción de su hermano al enterarse de lo que sucedido pues hay límites que nadie debe cruzar, sin embargo él lo hizo: besó al novio de su hermano que, si bien no es de sangre, es su mejor amigo.

Muchas cosas pasaban por su mente, entre ellas su infancia, no quería pensar que lo que Volkov le dijo en la madrugada era verdad, pues no lo era, aquel chico rubio ya no era aquella entidad maligna de nombre "Pogo" que le obligaba a vestirse de payaso, hacerle daño a sus seres queridos y asesinar a sangre fría a cualquiera que se impusiera en su camino.

Todos sus pensamientos se esfumaron al notar la presencia del pequeño infante que dormía en la tienda de campaña naranja la cual los resguardó de los peligros de la oscuridad. Observó a Zack restregarse los pequeños ojitos que tenía suavemente mientras se reincorporaba, al principio le dio ternura, sin embargo, solo bastaron unos segundos para que el infante le fulminara con la mirada cual león amenazante.

El mayor no sospechó de inmediato que el pequeño había escuchado y visto el beso, sin embargo, justo cuando su cerebro comenzó a hacerlo, recordó al comisario y que éste se había marchado a las tantas de la mañana pero no había regresado; obviamente eso le puso muy nervioso pues sin importar lo que hubiera ocurrido la noche anterior, no sería capaz de dejar a Zacarías con él e irse por su cuenta.

Con dificultad se puso de pie, comenzó a guardar la tienda de campaña dentro de una bolsa y recogió las varillas que la mantenían rígida, el niño se le quedó viendo pues no entendía la situación y solamente continuaba dedicándole una mirada de odio.

- Deja de verme así y ayúdame a recoger todo. - Habló Gustabo, pues a pesar de la ternura que pudiera darle el pequeño, su mirada penetraba su corazón y solamente le hacía sentirse cada vez peor consigo mismo, afortunadamente, eso era lo que quería conseguir el pequeño: alejar al de chaqueta roja de Volkov pues no le caía muy bien, no después de la noche anterior.

- No voy a hacer nada de lo que me pidas. - Refunfuñó el pequeño mientras cruzaba sus brazos. - Solo haré lo que Volkov me diga.

- Volkov no ha regresado. - Mencionó el mayor con seriedad, denotando su tono de preocupación.

- ¡¿Me abandonó aquí contigo?! - Gritó el pequeño mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

- No, no, no... - Gustabo soltó la mochila donde estaba colocando las cosas y tomó al niño de los hombros para intentar calmarlo. - Jamás te abandonaría aquí, te quiere mucho, algo grave debió haber sucedido.

Una vez aquel pequeño entendió la situación, tomó su sudadera de Spiderman, su pequeña mochila roja de Cars (donde guardaba el osito que Horacio le había regalado con mucho amor y cariño para que jamás se sintiera solo), y se puso en marcha junto al rubio, en busca de Volkov.

POV Volkov

No entiendo que pasó la noche anterior, todo fue sumamente rápido, no tuve tiempo siquiera de terminar el libro que estaba leyendo antes de sentir los labios de aquel despreciable sujeto sobre los míos, incluso sabiendo que estoy enamorado de su hermano.

Salí a caminar en la madrugada, la luna iluminaba mi piel blanca, los árboles me hacían compañía mientras recorría el lugar intentando hacer el menor ruido posible.

Nosotros nos encontrabamos cerca de una carretera que se adentraba al bosque, acabamos ahí después de rodear aquella grieta que nos había separado a los cuatro hace dos días aproximadamente; decidimos ir por el camino más cercano al hospital pues aún debíamos ir a buscar a Michelle quien se estaba recuperando de sus heridas.

La separación - VolkacioWhere stories live. Discover now