Capítulo 8

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Bulma.

—¡No iré a ningún lado! —repito por cuarta vez aventando las llaves sobre la mesa.

—Oh, pero claro que irás —me enfrenta Nila— el contrato ya está firmado y di mi palabra.

—Tu lo hiciste, yo no —me cruzo de brazos— entiende que no puedo ir.

—No veo el porque no —rueda los ojos— solo serán tres meses, no es como si fuera a pasar algo en ese tiempo tan corto.

—Me bastaron dos meses en el pasado para casarme con el Rey de la Mafia —le recuerdo— sé que tu lo ves como una aventura más pero yo no, esto es peligroso… él es peligroso.

Su semblante cambia a uno más preocupado, ambas sabemos de lo que es capaz y la misericordia no es su fuerte.

—Puede deshacerse de nosotras con solo un chasquido.

Lo piensa, pero aún así no deja de insistir.

—Bulma —me toma de los hombros— sé que no es fácil para ti, hazlo por la empresa, para que crezcamos.

Ese dinero nos cae como anillo al dedo, pero ¿soy capaz de enfrentar las consecuencia que contrae?

—Por favor —insiste.

—Te juro que si algo sale mal yo misma te mato.

—¡Por supuesto! —sonríe— no te preocupes, nos tienes a Prince y a… —abre los ojos como plato— ¡Prince! Él…él no sabe que tiene un hijo y…

El veinte me cae, ¿cómo no lo pensé antes? Cuando Vegeta lo vea sabrá de inmediato que Prince es su hijo y por lo tanto… el heredero al trono.

—¡No! —grita— todo iba tan bien, ahora tenemos que huir de nuevo, empezar una vida completamente diferente —se pasa las manos por el pelo frustrada—, pero que cosa, es obvio que no puedes negar que no es su hijo ¡tan solo míralo! Son igualitos… hasta en el maldito genio —susurra lo último pero logro escucharla.

—Comenzaré a empacar—me adelanto a las escaleras, no quiero que mi cabeza sea un trofeo entre la Mafia— toma a Prince y hazte cargo de la nueva vida que tomaremos.

—No seas tonta —se me adelanta interrumpiendo mi paso— el maldito ya sabe que sigues viva, además nos demandará por fraude ¡estaremos en todos los noticieros!

Pienso. Vegeta tiene todas las de ganar si huyo de nuevo, y si me encuentra de todas formas sabrá lo de Prince, pero si actual normal, cerramos el plazo de los tres meses, se irá y nos dejará en paz.

—Conocerá a Prince de todas formas.

—Me matará —susurro.

—Eso no es cierto, llénate de cojones y enfréntalo, enséñale quien manda a ese desgraciado.

La miro fijamente a los ojos, Vegeta no es el tipo de hombres los cuales una se puede burlar fácilmente, él es sumamente orgulloso y el haberle ocultado algo así traerá muchas conciencias las cuales no quiero ni imaginarme. Tal vez me mate, tal vez mate a Nila también.

—Te ayudaré a ocultarlo de él, dejemos que Rudy se haga cargo del pequeño —sonríe— nos daremos prisa y acabaremos mucha antes del tiempo acordado, ya verás que todo saldrá bien.

—Es muy peligroso.

—¡A la mierda el peligro!

—No lo conoces realmente, no viste lo que yo…

—Muñeca —me interrumpe con voz neutra— confía en mí, te prometo que esto solo será una mala racha, ahora sí ¿empacamos? —arquea una ceja esperando una respuesta.

—Muy bien —acepto— pero a la primera muestra de amenaza huimos.

—Soy buena para correr.

Esta hecho. Iremos a Marruecos sí o sí.


***

Casablanca, Marruecos.

Nila no se concentra en el camino todo por ver el paisaje que nos brinda Marruecos.

—¡Nila! —grito cuando estaba apunto de estamparse contra otro auto estacionado.

—¡Lo tengo, lo tengo! —igual grita aferrándose al volante— ¡ya está!

—Tienes que ver el camino —le grito.

—Ya, ya —empieza a concentrarse en el camino.

Casablanca es una ciudad del puerto y un centro comercial en el oeste de Marruecos. Nila y yo nos vamos a explorar esta maravilla. Se observa la arquitectura mauresque, una mezcla de estilo morisco y el arte duco europeo. Caminamos hacia la enorme mezquita Hassan II, tomamos un par de fotos antes de ir a comer algo.

—Tengo que conseguirme un hombre aquí —comenta la castaña bebiendo de su agua— si que son candentes.

Observo alrededor, la mayoría de los moros, sin duda alguna su atractivo más llamativo es su rostro.

—Y tienen dinero —comento.

Para nadie es secreto que la mayoría de los musulmanes tienen dinero.

—Yo no me quiero casar, solo quiero disfrutar el momento.

—Nila, en un par de años te darás cuenta que solo has vivido en momento y que realmente no has hecho nada con tu vida.

Ambas desviamos la mirada hacia el Atlántico, el sonido de las aves y las olas al golpearse con las rocas se escucha.

—Algún día llegará mi hora de vivir conforme a lo común —dice en un suspiro—, una vida connotada y aburrida, donde mi única preocupación sea educar bien a mis hijos y evitar que mi matrimonial se vaya al carajo.

《Muchos años de amistad pero hasta ahora me doy cuenta que ambas no compartimos la misma idea de vivir la vida》

—Si es así preferiría pegarme un tiro —ríe sin gracia.

—No te preocupes —tomo su mano— yo te ayudaré en todo, si quieres puedo quedarme con tus hijos todos los viernes para que tu salgas de fiesta con tu marido.

—No digas tonterías —se carcajea— esos días los aprovecharé para follármelo como si fuéramos conejos ¡los hijos no te dejan tiempo para nada! —ahora yo también carcajeo.

—Mejor vámonos —propongo y ambas nos levantamos.

Ha oscurecido, las calles están algo desiertas y el frío se cuela por mis poros, creo que nos pasamos más de la cuenta. Nila va fumando un cigarro, el olor a nicotina me seduce.

—Dame un poco —pido y me extiende el cigarro.

Le doy una calada calmando mi frío.

《Había olvidado la exquisita sensación de fumar》

Una extraña sensación de que alguien nos sigue no abandona mi mente, volteo a todos lados sin encontrar algo extraño. Las luces neón del Hotel dan paso a mis ojos, me alegro de que por fin hayamos llegado. Doy un paso adentro pero un crujido llama mi atención haciendo que voltee hacia las sombras encontrándome con un sujeto aterrador, su sonrisa burlesca no tarda en aparecer, sabia que tarde o temprano esto iba a suceder y ahora él está aquí.

《Frezeer está aquí》

𝑳𝒂 𝑫𝒂𝒎𝒂 𝑫𝒆 𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora