Capítulo 16

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Semanas después.

—Es hora de atacar, Frezeer no se quedará con los brazos cruzados ¡debemos de debilitarlo! —espeta Tarble caminando de un lugar a otro— ¡Gane! Tienes poder suficiente para someter a ambas mafias ¡pero no haces nada!

Muevo mi vaso de whisky de un lado a otro esperando a que se calle, me pone de malas que grite.

—Vegeta, juro que si algo le pasa al futuro Rey o a la Reina, lo pagarás caro —me amenaza.

—No andes con tonterías —me levanto con altanería—.  Solo encárgate de dejar el camino despejado que de lo demás me encargo yo —paso por su lado pero pone su mano en mi hombro deteniéndome.

—Sé que dejé la Mafia Japonesa hace mucho tiempo pero hay una regla clara —lo miro de reojo ante sus palabras—. La familia nunca se abandona, si alguien se mete con alguno de nosotros, se mete con todos.

—En unas horas atacaremos, Bulma está en Casablanca, Marruecos, necesito que la cuiden, he dejado a los Gemelos a su cargo y un escuadrón.

—Mi gente estará allá en unas horas —afirma— Tú sólo concéntrate en matar a Jiren.

—Así lo haré —sonrío y salgo junto con mis hombres.

—¿Es cierto? —la voz chirriante de Cherry se hace presente—. Dime que es una broma.

Volteo a verla, se ve dolida y tiene los ojos cristalinos.

—¿El qué cosas?

—¡De ella! ¡de tu hijo! ¿Y yo dónde quedó? —empieza a derramar lágrimas. Su panza se ve más abultada dándome un mal sabor de boca.

—No entiendo tu malestar, ella es mi esposa. Tu Reina —me acerco a ella.

—Creí que podíamos comenzar de nuevo… juntos… los tres.

—No hay un nosotros —le hablo con dureza

—No cuentes conmigo para esta batalla —se limpia las lágrimas y sale corriendo.

Ya hablaremos después.

El Palacio donde vive Tarble es enorme y cuenta con una pista de aterrizaje privada. Mis aviones de combate y avionetas ya están aquí, mis hombres cargan armas y se preparan para el ataque.

《El fin de la Bratva está cerca》

Sin la Mafia Roja tendré aún más poder, sus comerciantes se volverán míos. Nunca se podrán recuperar, además no pienso dejar cabos sueltos.

—Estamos listos, jefe —llega Broly junto con Nappa.

Subo al avión de combate, y despego seguido de los demás.

Llegamos a Rusia después de unas horas de vuelo, aterrizamos en una pista de aterrizaje clandestina que me pertenece. Todos mis hombres viajan con armas y misiles.

La nieve cae dejando un paisaje blanco y helado, mis hombres se ponen en marcha y caminamos en silencio por varios Kilómetros escondiéndonos en el bosque, este lugar le pertenece a la Bratva y cualquier señal de amenaza no durarán en atacar.

—Escuadrones A y D, entramos de frente esperando la seña de los escuadrones C y E que entrarán por atrás y los túneles y el escuadrón B atacará desde las alturas —doy órdenes a través del intercomunicador.

Todos acatan mis órdenes e invadimos de inmediato a fortaleza Roja, los disparos se escuchan en todos lados, sueltan a sus perros y todo lo que tienen: explosivos, bombas, granadas y demás. Los guerreros de ambos bandos empiezan a caer.

Entro al castillo matando a todo el que se me atraviesa.

Llegamos al último piso, Topo y el resto de Las Tropas del Orgullo, peleamos a muerte contra ellos, muchos de mis hombres caen pero les damos batalla.

Peleo contra Topo, este insecto es más fuerte de lo que creí, me tiene acorralado contra la pared pero rápido me muevo sacando la pistola que cargo llenándole el cuerpo de balas, volteo, los únicos sobrevivientes son Broly y Nappa.

—Cubran el perímetro, yo iré por Jiren —asienten ante mi orden.

Abro las puertas doble, Jiren esta frente a la chimenea bebiendo directo de la botella de whisky.

—Veo que haz llegado —no me ve—. Eso significa que mataste a mis tropas ¿cierto?

—Es tu fin, Jiren —camino por la elegante sala tomando una botella igual—. Sabias lo que pasaría si me desafiabas y aún así lo hiciste, primero morirás tú y después el bastardo que tienes por hijo ¿sabes que Nappa tiene un hobby muy raro con los niños? Tal vez le quite la piel pedazo por pedazo.

—Mátame a mi pero déjalo vivir a él —me enfrenta—. Todo esto fue plan de Frezeer…

—¿Todavía no te he golpeado y ya estás delatando a tu amigo? —pregunto irónico— si que eres un desastre. El Rey ha llegado.

Le propino un puñetazo que lo pone a tambalear pero se me viene encima tumbándome. El tatuado comienza a golpearme pero yo también lo golpeo, una lucha de vida o muerte. Nos alejamos un poco, saca una navaja, tomo un palo de fierro de la chimenea.

—Veamos quien es el mejor —sonrío.

Trata de cortarme pero es inútil. Bloqueo el ataque y le doy un cabezazo partiéndole la nariz pero rápido da un zarpazo haciendo que la navaja alcance mi brazo. Una línea de sangre desciende por mi traje.

Basta de esto, lo golpeo con el palo rompiéndole las rodillas y codos. Jiren se queda de rodillas frente a mi con la cabeza agachada.

—Supongo que es mi fin. Pero descuida. Yo moriré, pero tú sufrirás —una risita socarrona sale de sus labios—. Sufrirás tanto que me tendrás envidia y desearías estar muerto…

Lo interrumpo enterrándole el palo de fierro en el estómago.

—¿Ah, sí? No me digas, disfruta el infierno por mi —entierro más el fierro y cae inconsciente.

La sangre se desborda por su boca empapando el suelo de madera.

《La Victoria es mía》

𝑳𝒂 𝑫𝒂𝒎𝒂 𝑫𝒆 𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 ✔Where stories live. Discover now