𝑳𝒂 𝑫𝒂𝒎𝒂 𝑫𝒆 𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 ✔

Capítulo 13

Dedicado a:
@VeronicaSanchez076
💕 ¡¡¡Feliz cumpleaños!!! 💕

Vegeta.

No pongo atención a la junta de negocios a causa que sus bellos ojos color zafiro se posan sobre los míos, me reclamo los labios ansioso de besar los suyos, se remueve en su silla a causa de mi acción.

Sonrío para mis adentros.

《¡Esta mujer me tiene loco!》

Me inclino un poco a Broly que está a lado mío y susurro:

—Distraerlos un rato y trae las llaves del despacho.

Él sonríe, mira a Bulma, que habla con Flint ajena a lo que estoy planeando, y se levanta.

Segundos después regresa y me entrega una llave con disimulo.

—Aquí está, jefe —dice.

Me levanto sin tiempo que perder. Choco con complicidad la mano de mi buen amigo y comento.

Bulma mira a los demás antes de levantarse ante mi señal, aprovechando el momento, agarro a Bulma de la mano y salimos del salón.

Caminamos en silencio por el restaurante hasta que llegamos frente a una puerta, saco la llave que me ha dado Broly, la abro y entramos. En cuanto cierro, me quito la chaqueta.

—No puedo aguantar más, cariño. Tengo hambre, y no es de la comida que me espera sobre la mesa —susurro, mirándola a los ojos.

Ella me observa boquiabierta, y le dejo muy claro lo que quiero. Después la siento sobre la mesa del despacho y la beso, le recorro con la lengua sus magníficos labios, y ella se lanza y me devora.

¡Sí! ¡Me desea!

El frenesí se apodera de nosotros...

La locura nos posee...

Y, cuando ella me deja claro que no quiere que le rompa las bragas ni las medias, conteniéndome, le quito las botas y la miro.

Sonriendo, la peliazul se baja de la mesa, se quita las medias con cuidado y yo caigo de rodillas a sus pies.

《¡Soy su esclavo!》

Consciente de lo que demando, ella se acerca a mí, sus braguitas quedan frente a mi nariz mientras la agarro de los muslos con las manos.

—No sabes cuánto te he echado de menos —murmuro.

Por su gesto, intuyo que ella me ha añorado también y, satisfecho, aspiro su perfume mientras restriego mi mejilla contra su monte de Venus. Deseoso de más, le bajo las bragas y el olor de su sexo me enloquece. Es maravilloso, embriagador.

《Lavanda》

Con gusto, paseo la boca por su vientre y, tras sentirla vibrar entre mis manos, musito:

—No te dejaré ir tan fácil, no ahora que te tengo.

Nos miramos.

Soy consciente de lo que he dicho y de que, por ella, lo que sea.

Termino de quitarle las bragas y me incorporo, la siento sobre la mesa, le separo las piernas y, mirando con deleite lo que tanto ansío, saco mi erecto pene masajeándolo.

—Me vuelve loco tu cuerpo, pequeña. Me tiraría horas saboreándote, pero no hay tiempo para preámbulos, y por ello te voy a follarte ahora mismo —susurro, deseoso de lo que le voy a hacer.

Y lo hago. ¡Claro que lo hago!

Introduzco mi dura erección en su humedad y, de una sola y certera estocada, la hago mía mientras ella se muerde los labios para no gritar, al tiempo que arquea la espalda y me muestra lo mucho que disfruta.