𝑳𝒂 𝑫𝒂𝒎𝒂 𝑫𝒆 𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 ✔

Capítulo 23

Dedidacado a:
@Sagi2318, perdón por no desearte feliz cumpleaños el 26 de noviembre ☹💕

Vegeta.

 
Observo detenidamente la pelea de las catacumbas, Kyabe, un mocoso de dieciocho años se enfrenta contra Rompe Cráneos, el rey de las peleas.
 
Aún me sorprende lo que ese chiquillo puede hacer, el enorme hombre lo golpea un sinfín de veces pero en un abrir y cerrar de ojos Kyabe invierte los papeles siendo él el que ahora lo ataca en puntos estratégicos del cuerpo.
 
—Un nuevo crimen armado esta creciendo en Europa —comenta Bills a mi lado—, me han contactado, ellos saben que conozco al Rey de la Mafia, quieren hacer negocios contigo.
 
—Le diré a Broly que se encargue de todo —respondo aún sin verlo—. Recuerda que nadie debe saber quien soy yo.
 
—Lo tengo más que claro, tu solo eres un multimillonario a base de negocios industriales, lo sé.
 
Ambos seguimos observando la pelea en silencio mientras los súbditos gritan y patalean insultando a los luchadores.
 
Kyabe hace caer a su adversario, la gente lo aglomera e idolatra proclamándolo como el mejor.
 
—¿Quién es el mocoso?
 
—Un rebelde del Parlamento Bicameral, hijo de un ex general de los Guerreros Z —enarco una ceja mostrando interés—. Su padre quiere que siga sus mismos pasos pero él lo desobedece mezclándose con nosotros.
 
Encaro a Bills.
 
—¡¿Cómo carajo se te ocurre aceptar a novatos?! ¡puede ser un infiltrado!
 
—Tranquilo, las noticias corren, lo tachan de traición —me tranquiliza un poco.
 
El pelinegro sale de la arena de combate, tiene golpes por donde se le mire y la cara le sangra.
 
—Ey, tú —lo llamo cruzándome de brazos.
 
Voltea aturdido, comienza a caminar a mi dirección inclinando la cabeza.
 
—Señor.
 
—¿Qué es lo que realmente haces aquí? —lo tomo del cuello levantándolo.
 
—Y…yo, no tengo a donde más… ir —habla con dificultad.
 
Lo suelto dejándolo caer, los encargados de las peleas le entregan un maletín lleno de dinero como recompensa.
 
—Ese dinero te alcanza para largarte a las Bahamas, no te quiero volver a ver a qui —lo amenazo sin sutileza.
 
—Pe…pero señor, me gusta estar aquí —ruega a mis pies.
 
—No durara mucho en las peleas, mejor toma el dinero y vete antes de que te arrepientas —los hombres de Bills llegan rodeando al mocoso.
 
El miedo en sus ojos es notorio, pero en vez de irse solo se queda en cuclillas esperando el castigo.
 
—Es lo único que me mantiene con vida —empieza a hablar con las voz temblorosa—, mi padre mató a mi madre y a mis hermanas… no tengo a nadie, si regreso no dudarán en meterme en prisión ¡soy un fugitivo! Solo aquí puedo demostrar lo que realmente soy… también quiero juntar dinero para poder vengar la muerte de mi familia.
 
Quisiera decir que siento lástima pero no causa ni el más mínimo sentimiento en mi, aprieto los dientes furioso.
 
—Vamos, deja que el chico se quede —insiste Bills—, lo entrenare para que sea un ejecutor más.
 
—No —tomo al chico por el cabello haciendo que alce la mirada—. Me demostrarás tu lealtad matando a tu padre —concreto.
 
 

***

 
 

Entro a mi casa, en cuestión de segundos tengo a Bulma sobre mi envolviéndome con sus piernas al mismo tiempo en que me besa.
 
Siempre me recibe así y nunca me cansaré de ello.
 
—Amor, ¿qué te pasó? —pregunta preocupada al ver el pómulo de mi ojo morado.
 
Después de reprender al mocoso decidí entrar a pelear a la arena de combate donde solo uno puede salir vivo.
 
—No es nada —alejo su mano besándola.
 
—¿Quieres cenar? Ya es noche y Prince duerme en su alcoba, le pediré a Marta que te prepare algo —se aleja.
 
Le tomo la muñeca y la jalo hacia mi.
 
—Quiero cenar otra cosa —susurro cerca de sus labios besándola con intensidad.
 
La llevo en mis brazos hasta la recámara donde la dejo contra la pared, levanto su vestido estrujando sus nalgas con mis manos.
 
—Espera, tengo algo que decirte… —no la dejo hablar, mi mano en su nuca hace que su mejilla quede pegada a la pared.
 
Mi erección crece en mis pantalones, le devoro el cuello y con mi otra mano le destrozo las bragas.
 
Sus manos se aferran a la pared sin dejar de jadear.
 
—Ve…Vegeta…
 
—No te he dado permiso para hablar —demando bajándome los pantalones, le restriego mi miembro que queda entre su culo, ubico mi polla en su entrada, dejo pequeñas mordidas en su cuello sujetándola con fiereza— ¿Cuándo pensabas decírmelo, eh? —la reprendo lanzando la primera estacada sacándole un sonoro gemido.
 
Mi mano se aferra a su nuca mientras sigo dándole embates cargados de morbo.
 
El sudor me recorre la frente y la espalda aún cubierta por la tela de mi polera. Sus jadeos y gemidos es todo lo que escucho a demás del sonido de nuestras pieles chocando, inclina su trasero dándome una espectacular vista. La embisto sin cansancio.
 
—¿Creíste que no te escucharía? ala molestia en mi pregunta es notable.
 
Bajo mi mano de la cadera a su vulva estimulándola, pellizco su clítoris haciendo que se retuerza de placer.
 
Me enoja que no me haya comentado nada acerca del embarazo. Aumento la fuerza y velocidad con cada arremetida levantándola un poco de vez en vez.
 
—Lo… siento.
 
Ataco sus labios, sin dejar de moverme, siento como sus paredes me aprietan, sus brazos arañan la pared, basta un par de empujes más para que ambos nos dejemos ir en un orgasmo glorioso. Recargo mi frente contra su nuca tranquilizando mi respiración, sus piernas están temblando y tengo que sostenerla cuando salgo de ella.
 
—Pensaba decírtelo, lo juro.
 
La levanto llevándola a la cama.
 
—Por favor no te enojes —suplica.
 
—No me enojo porque estés embarazada —aclaro—, me enoja el hecho de que me hayas ocultado tu embarazo.
 
—¿Eso significa que lo tendremos? —su mirada se ilumina esperanzada.
 
—Más vale que se parezca a ti.
 
Me toma del cuello tomando la iniciativa de besarme.
 
Le quito el vestido dejándola completamente desnuda.
 
—Que estés embarazada no me detendrá al momento de follarte, te tomaré todas las veces que quiera —llevo mi boca a sus pechos saboreándolos.
 
《Embarazada, eso me prende》
 

FIN